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La Tercera

Subsidio al transporte público metropolitano RED


Foto de Patricia Galilea
Profesora Facultad de Ingeniería
Las platas estatales que van al ex Transantiago triplican las de hace una década. Y las tasas de evasión siguen altas. Pero en el mundo, no hay casos de transporte público que funcionen bien sin subsidio. Y reducir la evasión es un desafío inabarcable para los gobiernos, salvo un cambio en la cultura del usuario. Mientras, el Congreso está cerca de despachar un proyecto de ley que define un millonario subsidio por los próximos ocho años.

El pasado 30 de abril, la Comisión de Hacienda del Senado emitió su informe sobre el proyecto de ley que establece un subsidio permanente de US$1.057 millones anuales hasta el 2032 para el sistema de transporte público metropolitano RED, ex Transantiago. Es una de las últimas etapas de tramitación legislativa para una iniciativa que lleva casi dos años de discusión, pese a que el Ejecutivo le puso suma urgencia y discusión inmediata sucesivas veces.

Es que el dinero que compromete el proyecto es altísimo y el hecho de comprometerlo genera más de una duda entre los parlamentarios y entre quienes los asesoran.

De hecho, una entidad que normalmente colabora con la actual oposición es el Instituto Libertad y Desarrollo (LyD), organismo que emitió un informe poniendo énfasis en las elevadas cifras de costos y subsidios que caracterizan al sistema RED. Y que en la última década no han parado de crecer. E hizo el punto de la necesidad de que exista un esfuerzo por detenerlas o reducirlas.

En el estudio denominado “Transantiago, en qué estamos”, LyD advierte que el sistema de transporte público RED es el séptimo programa más costoso del Estado, incluso por sobre el Programa de Alimentación Escolar del Ministerio de Educación. Para este año, el presupuesto fiscal le asigna US$1.057 millones -el proyecto de ley replica este monto hasta el 2032-, y para el de la Junaeb van US$965 millones. (...)

“El subsidio al sistema de transporte público es deseable por varios motivos: es un subsidio progresivo (beneficia a personas de menores ingresos, quienes son los que más usan el transporte público y que además, generalmente no tienen otra manera de llegar a sus lugares de trabajo o estudio). Además, estos subsidios mejoran la calidad del transporte público (tenemos más líneas de metro, más buses eléctricos porque el transporte público tiene más demanda y hace socialmente rentable este tipo de proyectos) y al usar más el transporte público, se contamina menos”, explica Patricia Galilea, profesora de Ingeniería de Transporte y Logística de la Universidad Católica. (...)


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