5 claves para apoyar a la comunidad escolar en esta crisis
Pese a que el actual distanciamiento hace aún más complejo crear una buena convivencia en las escuelas, existen algunas formas de aliviar el estrés causado por esta pandemia. Isidora Mena, académica de Psicología UC y parte de la mesa de trabajo interdisciplinario por COVID-19, cuenta qué propuestas podrían ser beneficiosas para el bienestar emocional de profesores y estudiantes.
Cursos pequeños, otros numerosos; escuelas rurales en sitios aislados y otras en zonas urbanas de gran exposición social; diferentes generaciones lidiando con diversas posibilidades de acceso y entendimiento tecnológico: el panorama de las comunidades escolares frente a la actual pandemia tiene una gran cantidad de variables y realidades, pero en todos los casos resulta necesario crear una estrategia de salud psicoemocional eficiente para estos tiempos de incertezas.
“Es un momento de crisis grave, con muchos factores para producir miedos y rabias. La gente está menos tolerante, habrá más veces en que las personas se salgan de sus casillas. Si ya habían problemas de convivencia en las escuelas, en general, hoy en día estos problemas se agudizarán, salvo que haya una buena gestión de apoyo”, asegura Isidora Mena, académica de Psicología UC.
Para la experta, quien también ha participado de la mesa de trabajo interdisciplinario por COVID-19, el actual estado de estrés genera una sensación de irritabilidad y pensamientos más desorganizados que dificultan el aprendizaje.
Además de afectar la concentración de los estudiantes, los adultos a cargo de planificar las clases y el proyecto educativo también están afectos a la crisis, con un estrés mental que les dificulta el proceso de repensar su programa pedagógico.
"No siempre le están respondiendo los estudiantes y en todas las comunidades hay un potencial de que se agraven los vínculos, pero en algunas escuelas el equipo directivo ha logrado organizarse para apoyar más y producir situaciones de calma" - Isidora Mena, académica Psicología UC
En general, entre las claves para lidiar con este contexto, Isidora Mena confía en reajustar ciertos parámetros y fortalecer lazos de apoyo más que de crítica cuando se enfrenten fallas durante este proceso:La también docente del diplomado en Convivencia Escolar y Desarrollo Socioemocional -que está incorporando en sus contenidos el manejo de esta crisis-, cree que hay algunos ejemplos de gestiones que se pueden hacer para aliviar este momento y activar circunstancias de acompañamiento pese a la distancia.
- Mantener cuidado de los y las docentes y todos los funcionarios. “Si todos los estudiantes llegan con una crisis mayor o menor, se van a enfrentar con adultos que también están alterados. Lo primero que tiene que hacer una escuela es procurar que los adultos que van a estar a cargo de contener a esos niños estén bien, estén calmados, ver cómo mantener un ambiente de coordinación, apoyando cuando se cometen errores y creando un sistema colaborativo”.
- Reducir las presiones y evaluaciones. “El estrés puede producir más estragos cognitivos que el retraso escolar. Hay bastante consenso en ciertas medidas, entre otras, buscar contenidos mínimos para este año, no ser tan exigente con los docentes. En nivel macro, no usar evaluaciones nacionales este año, no usar ni ahora ni en marzo evaluaciones como el Simce, por ejemplo. Hacer las mínimas evaluaciones del año, y restringir los curriculums a contenidos básicos”.
- Actividades intelectuales, entretenidas, y flexibles. “La escuela debe organizar actividades académicas de relajación, ejercicios físicos, instancias de conversación, para neutralizar este estado de estrés. Incluir ejercicios de artes, que activen las funciones cognitivas, las priorizaciones, las reflexiones: si logras hacer eso vas a poder neutralizar algo que ocurre con los estados de estrés, que es que el pensamiento se deteriora, se olvidan cosas, y se toman malas decisiones”.
- Mantener un vínculo cercano. “En relación a los estudiantes, demostrar preocupación, mandar audios a las familias, comprender sus situaciones, felicitarlos según el caso. Si, desde los directivos a los profesores, hay posibilidad de comunicación on-line, mantener sesiones cortas en tiempo simultáneo con docentes para conversar. Si no, enviar de alguna forma mensajes de esperanza y cercanía. En el caso de los docentes, estar atentos a estudiantes que estén en extremo estado de estrés, producto de situaciones varias, de agresiones físicas o sexuales”.
- Programar jornadas de compañerismo. “Propiciar el envío de Whatsapp o encuentros por Zoom entre distintos compañeros, no siempre entre aquellos círculos que ya se conocen bien, sino que practicar actividades cognitivas que los lleven a conocerse. Crear un grupo de Whatsapp, por ejemplo, donde vayan respondiendo reflexiones como ¿5 cosas que te gusta mucho que haya ahora en tu casa, priorizadas?¿Qué diferencia hay en tu vida familiar en cuarentena, entre un fin de semana y la semana? ¿Cuáles han sido las mayores dificultades de estar en cuarentena? Cuando se investiga casos de personas resilientes frente a situaciones de crisis grandes, son personas que han logrado mantener redes sociales, que han tenido relaciones afectivas, vínculos con otras personas, que no se han aislado, ni están solos durante la crisis. Eso significa poder conversar de las cosas que te pasan, darte cuenta que hay otros que pasan por lo mismo: saberse acompañados".