Skip to content
Emol

Astronomía Nova


Foto de Gaspar Galaz
account_circle Gaspar Galaz launch
Profesor Instituto Astronomía
El inicio de un nueva etapa de la astronomía es lo que marcará el nuevo telescopio Vera Rubin, que llevará a cabo un sondeo de todo el cielo del hemisferio sur y que con sus cámaras de gran capacidad permitirá tener flujos de información sobre nuestros cielos nunca antes vistos.

En 1609 el eminente astrónomo Johannes Kepler, publicaba un libro con el nombre de esta columna, dando a conocer los nuevos descubrimientos sobre el movimiento de los planetas del Sistema Solar, en especial de Marte. Entre muchos descubrimientos, daba a conocer las dos primeras leyes sobre los movimientos de los planetas del Sistema Solar, obtenida a regañadientes a partir de las observaciones de otro distinguido astrónomo, Tycho Brahe. El nombre del libro no podía ser mejor: era la nueva astronomía que comenzaba, no solo deiva, sino que predictiva (con su Tercera Ley, publicada poco después), siendo posible determinar con precisión dónde estaría tal o cual planeta en un cierto momento futuro. 1609 fue también el año en que Galileo Galilei realizaba sus descubrimientos con telescopio, por primera vez en la astronomía, publicando un año después los resultados en su obra Sidereus Nuncius (Mensaje Sideral).

Dentro de algunos años, algo más de 400 años después de la obra de Kepler y Galileo, comenzará a operar en el norte chico, el telescopio Vera Rubin, que llevará a cabo un sondeo de todo el cielo del hemisferio sur. Con esto, comenzará también una nueva astronomía, posiblemente tan revolucionaria como la realizada por Kepler y Galileo en 1609. Este telescopio tendrá una cámara enorme, que contendrá un CCD de 32,000 Giga pixeles, y podrá cubrir vastas áreas en el cielo por medio de su cámara con un campo de visión de 3.5º x 3.5º en el cielo, donde caben 49 lunas llenas, cubriendo todo el cielo del hemisferio sur celeste cada 3 noches. Esto permitirá observar y estudiar cambios ya sea en la luminosidad y/o la posición de miles de millones de objetos, incluidos asteroides, estrellas de nuestra galaxia la Vía Láctea, galaxias de todo tipo, supernovas, etc. El flujo de datos será de 20 Tera bytes por noche (20,000 Giga bytes por noche), un flujo de datos nunca manejado por la astronomía.

Esto ciertamente implica que nadie podrá observar realmente las imágenes de manera directa, ni en el momento, ni de manera posterior. Simplemente no caben en un computador normal. Nadie podrá estudiar detalladamente y de manera individual, uno u otro objeto en particular del cielo, uno a uno, ni detectar cambios en la luminosidad o posición de los objetos usando la inspección visual de las imágenes, etc. Todo el análisis será realizado por computadores en base a procesos automatizados, prácticamente sin intervención humana, desde el momento que comienze a funcionar el sondeo. De este modo, por ejemplo, un software apoyado por machine learning e inteligencia artificial, será el encargado de clasificar morfológicamente millones de galaxias. Una vez clasificadas, un programa permitirá al usuario realizar mediciones de las formas, cantidad de luz, colores, etc., de cada una de las galaxias (en realidad de todos los objetos), y derivar propiedades de una sola vez, para millones de objetos clasificados de una cierta manera de manera completamente automatizada, sin intervención humana. Una labor que, con un ejército de 500 personas, habría demorado miles de años, sin contar los avatares sociales. El cúmulo de datos por noche será semejante al que se ha obtenido con otros sondeos hace unos 20 años, en no menos de 10 años de observación. Esa es la proporción del avance. (...)


Comparte esta publicación

import_contacts Medio
Emol
edit Sección
Columna de Astronomía
event Fecha
local_offer Temas

Seguir leyendo la columna launch