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The Clinic

Los libros que más espero


Foto de María José Navia
Profesora Facultad de Letras
¿Qué nos trae este 2022 en literatura? Probablemente muchas sorpresas. Libros de autoras y autores que no conozco y que me deslumbrarán pero también, por cierto, libros inmensos de autores muy favoritos. Aquí un listado.

(…) Me pidieron que escribiera sobre los libros que más espero para este año y allá voy, pero primero quisiera recomendar algunos, buenísimos, que fueron publicados a finales del 2021 y que, por lo mismo, a veces quedan fuera de las listas de lo más destacado o se pierden entre el murmullo o jolgorio de las festividades. Son muchos pero yo quisiera destacar cuatro: Tomar tu mano, de la salvadoreña Claudia Hernández (publicado por la editorial chilena La Pollera) es una novela que engaña con un lenguaje sencillo y frases breves para ir sacando de a poco las garras y los dientes. También dos extraordinarios libros de cuentos: Tierra fresca de su tumba, de la boliviana Giovanna Rivero (publicado por Los Libros de la Mujer Rota) en los cuales lo sobrenatural y lo inquietante se va asomando en un desborde de lenguaje y genialidad que caracterizan desde siempre la prosa de esta autora; y Cacería de niños de la japonesa Taeko Kono (publicado por primera vez en español por La Bestia Equilátera), una verdadera clase magistral de lo que un cuento, y una colección de ellos, es capaz de hacer. Ese milagro. Esa belleza feroz. Por último, el libro de ensayos de Adriana Valdés, Intromisiones (publicado por ediciones UDP), en el que se compilan distintos textos de la autora y tenemos el privilegio de acompañarla por sus lecturas y sus siempre luminosas reflexiones.

¿Pero qué nos trae este 2022? Probablemente muchas sorpresas. Libros de autoras y autores que no conozco y que me deslumbrarán pero también, por cierto, libros inmensos de autores muy favoritos.

El primerísimo en la lista, y que llega ahora, en enero, a librerías, es la nueva novela del extraordinario Rodrigo Fresán. Después de su magnífico tríptico de Las partes o La parte contada (compuesto por La parte inventada, La parte soñada y La parte recordada y que suma 2001 páginas como una gran odisea literaria), llega Melvill. Con una “e” fantasmal que brilla en la portada (Melvill es el apellido del autor de Moby-Dick, la e se agrega luego de la muerte de su padre), la novela toma una escena hermosa y terrible (el padre del autor estadounidense Herman Melville caminando sobre un río Hudson congelado para llegar a reencontrarse con su familia y luego delirar hasta su muerte, amarrado a su cama, con su hijo escritor a sus pies) y la refracta en reflexiones sobre la paternidad, la escritura (el libro como un hijo, pero también el hijo que escribe y reescribe a su padre configurando así su propia lengua paterna) y la literatura (las obras de Herman Melville y la de tantos otros autores como ballena a cazar o bien como ola que siempre trae tanto). Un prodigio en una escala distinta, considerando la obra de Fresán (277 páginas versus la mayoría de sus larguísimos libros anteriores) pero prodigio ciertamente. Un globo de nieve que guarda al océano dentro.(...)


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