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La antipoética relación de Nicanor Parra con la Universidad Católica


El acercamiento del antipoeta con la universidad empezó en la década del setenta, siguió en los noventa, se consolidó en el nuevo milenio y revivió con la muestra de diez de sus artefactos en el congreso “Chile mira a sus Poetas”. Este es un artículo publicado en Visión UC en 2015.

Paula Miranda y una bolsa sustentable, uno de los artefactos de Nicanor Parra.

photo_camera Paula Miranda y uno de los artefactos de Parra, entregado por el mismo antipoeta a la UC. Fotografía: César Cortés.

Que el exitoso libro La poesía de Violeta Parra de la profesora de Letras Paula Miranda lleve un prólogo escaneado del hermano mayor de la cantautora chilena, no es trivial. Fue precisamente Nicanor Parra quien sugirió a la académica abrir este libro profundo y minucioso con uno de sus últimos artefactos —esos irreverentes mensajes visuales tan conocidos del vate— titulado “La cueca de los poetas”, en referencia a uno de los temas de la artista.

Esta y otras nueve piezas son las que coronaron parte del último congreso “Chile Mira a sus Poetas” de 2015, el tercero que se realizó en la UC a cargo de Miranda. Los artefactos, entre los que se incluyeron varios textos manuscritos, una bolsa sustentable, y uno que otro corazón “parriano”, fueron entregados por el mismo antipoeta a la UC a través de la académica de Letras.

Pero la historia de nuestro premio Cervantes y su relación con la Universidad Católica tiene raíces más profundas aún. Los primeros artefactos que salieron a la luz pública en 1972 lo hicieron en la antigua Ediciones Nueva Universidad de nuestra casa de estudios. El proyecto lo impulsó Cristián Santa María, el artífice de la primera y hoy histórica publicación Décimas. Autobiografía en verso de Violeta Parra, tres años después de la muerte de la folclorista.

Casi cuarenta años más tarde, la nueva editorial, Ediciones UC, sería la encargada de sacar adelante un proyecto con nuevos artefactos: Parra. Obras Públicas.

«Hicimos un libros con ley de donaciones culturales», sostiene la directora de Ediciones UC, María Angélica Zegers. «Ese libro recoge los artefactos que después se fueron a una exposición itinerante (a Europa)».

 

Parra y la academia


En una de sus muchas conversaciones con Nicanor Parra, Paula Miranda recuerda una particular confesión del vate sobre su obra póstuma: un libro sobre la antiacademia, “en donde no dejará títere con cabeza”, rememora.

Escribir un libro así implica conocer a fondo este mundo que Parra insiste en cocear. Después de todo, Nicanor viene de la academia y es con ella con la cual dará importantes aciertos en el campo de la literatura. Y ahí, nuestra institución ocupa un lugar trascendental.

Eugenio Dittborn, director del Teatro de la Universidad Católica, le abrió en 1970 las puertas del teatro a Parra. A través de la desaparecida Escuela de Artes de la Comunicación (EAC), se estrenó la obra Todas las colorinas tienen pecas. Esta fue una creación colectiva de estudiantes inspirada en textos del escritor.

En 1992 se estrenaría en el Teatro UC la obra El rey Lear de Shakespeare, apoyada en la celebérrima traducción del poeta de Las Cruces. La petición surgió de la misma Escuela de Teatro y, según la académica María de la Luz Hurtado, la traducción excedió el montaje “para convertirse en un aporte para toda la lengua castellana e, incluso, para la filología shakespereana”, explicó en su momento en la revista Apuntes.

Este tributo al mayor poeta inglés de occidente que dio Parra a través de la UC determinó de alguna manera que el St. Catherine ‘s College de la Universidad de Oxford lo nombrara honorary fellow, título honorífico cuya listado sólo incluye 25 nombres, entre ellos, emblemas como Noam Chomsky y Mark Getty, el fundador de Getty Images.

«(Nicanor) tiene mucho cariño por la Universidad Católica. Incluso hizo clases acá cuando lo invitaron a dictar unos cursos al Centro de Extensión. Además, tiene muy buenos recuerdos de la UC como una universidad que lo recibe, que lleva sus artefactos, que acoge la obra su hermana Violeta», sostiene Paula Miranda.


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