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Las claves para acercar la ciencia a los niños menores de 6 años


La psicóloga UC y subdirectora del Núcleo Milenio para el estudio de Depresión y Personalidad (Midap), María Pía Santelices, se incorporó al consejo de Explora Conicyt en 2018 para acercar la ciencia a los niños desde la psicología: estimular la curiosidad y adaptar en lenguaje forman parte de sus desafíos.

Retrato de María Pía Santelices

photo_camera César Cortés

Un buen educador siempre ha sido fundamental a la hora de instalar el conocimiento en niños y niñas en etapa de aprendizaje, pero existen variables psicológicas asociadas a ese proceso. En el ámbito de la ciencia esas variables son cruciales, pues los conceptos pueden ser complejos y no necesariamente se asocian a su vida cotidiana a la hora de enseñarles.

La psicóloga UC y subdirectora del Núcleo Milenio para la Investigación de Depresión y Personalidad (MIDAP), María Pía Santelices, analiza este tipo de factores y lo hará también en el ámbito gubernamental debido a su participación en el consejo de Explora Conicyt, instancia que la convocó el año pasado. "Acepté con mucho entusiasmo, ya que me apasiona la idea de llevar la ciencia a los más pequeños en un formato adecuado para ellos", recordó.

En la siguiente entrevista Santelices responde sobre las claves que determinan un aprendizaje exitoso, en términos de las emociones y los desafíos psicológicos que pueden presentar los niños menores de 6 años al abordar los tópicos científicos.

  • ¿Cuál es la relevancia de promover el tema de la infancia en este contexto?

Tiene que ver con sembrar la curiosidad de forma temprana. Es algo que parte en esa etapa de la infancia. Si se logra incentivar ese comportamiento de hacerse preguntas se podrá formar a personas con un pensamiento crítico.

La ciencia se vincula en gran medida a la conexión con la naturaleza y la lógica del pensamiento. Hay muchas habilidades que se pueden potenciar en el contexto de Explora, que tiene un foco escolar para niños entre 8 y 15 años.

El hecho de adelantar el inicio de los proyectos es un acierto, ya que a esas edades puede ser un poco tarde. La edad de los porqué, por ejemplo, es a los 4 años, según surgiere la teoría de la mente. Es un momento en que se conforma el pensamiento propio y se entiende que uno puede guardar un secreto o que nadie les lee la mente.

A esa edad los niños pueden hacerse preguntas personales. A ellos no hay que hablarles de ciencia propiamente tal. Hay que apelar a responder a la necesidad humana de hacerse preguntas. A los 5 años un niño puede preguntar por qué el cielo es azul o qué es la vida y la muerte. Son preguntas profundas que impresionan a los padres, pero es lo natural. Si se dan esas respuestas con la estimulación correcta se siembra en el momento propicio la semilla de la curiosidad.

  • ¿Qué temas va a impulsar?

Los temas que promueve el Consejo son variados. A mí me interesa adaptar el lenguaje a los niños pequeños, como psicóloga. También incorporar estrategias para relacionarse con los niños y sugerir materiales para acompañarlos en este proceso científico. El lenguaje de la ciencia suele ser muy adulto y a los educadores muchas veces les cuesta imaginar cómo transmitir una idea compleja a niños pequeños. Explora espera que aporte en esta adaptación.

Nosotros en MIDAP estudiamos salud mental y cuando se hace divulgación de la ciencia, también se hace prevención en ese ámbito. Se cuida el ánimo, las emociones y el mundo interno.

  • ¿Qué instancias cercanas a tu área de investigación existen hasta ahora para acercar la ciencia a la infancia?

Lo que más realiza Explora son actividades de divulgación de la ciencia. En 2017 firmaron un convenio con la subsecretaría de Educación Parvularia con el fin de llevar la ciencia a jardines infantiles, tales como experiencias positivas, laboratorios de biología y experimentos. En ese contexto se les ocurrió que se necesitaba a alguien para facilitar este acercamiento.

Estoy súper entusiasmada porque es un desafío. Me motiva conocer experiencias de ciencia para los niños. Hay casos extranjeros como en Francia y su fiesta de la ciencia, una instancia de lenguaje sencillo y participación de la familia. Hoy tenemos la oportunidad de disminuir las brechas de la ciencia, incluso temáticas como la igualdad de género como contexto podrían ser una buena puerta de entrada para seguir esa línea. Ya no se puede afirmar que las niñas o los niños son mejores para abordar cierto tipo de conocimientos.


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