Así afecta la soledad y ansiedad a los adultos mayores

La pandemia del coronavirus ha obligado a las personas a estar confinadas en sus casas, debido a los contagios y a las comunas que se encuentran en cuarentena a lo largo de nuestro país. Uno de los grupos que ha tenido que respetar de manera estricta este aislamiento son los adultos mayores. Pese a las restricciones, el académico de Psicología Roberto González, junto a Siugmin Lay, psicóloga social de Mide UC, creen que es clave diferenciar entre el aislamiento social y el físico. 

“Un punto es el aislamiento social o la falta de contacto con familiares y amigos. Lo otro es lo que llamamos la soledad. Está referido a la experiencia o sentimiento de aflicción de estar solo o separado de otros. Hay personas que incluso estando con otras personas pueden sentirse afligidas desde el punto de vista de esta emoción, de la soledad”, asegura Roberto González. 

Estar solo implica no implica que siempre se experimente esa sensación de soledad. Pero, de acuerdo al académico, las personas que sí están aisladas y sienten soledad también verían un impacto en su salud física y mental. 

“Por ejemplo, se ha visto que el aislamiento y la soledad ambas presentes incrementan el riesgo de ansiedad, de cuadros de depresión, afecciones cardíacas e incluso mortalidad"- Roberto González, académico de Psicología UC.

En general, las personas mayores viven en hogares intergeneracionales, viven con familias u otras personas, son parte de una red de apoyo. En Chile, se estima que un 13% de los adultos mayores  reside en viviendas unipersonales, viven solos. En ese caso particular hay más mujeres que viven solas que hombres. 

“A esto hay que sumar las condiciones de vulnerabilidad y pobreza. No da lo mismo estar en un hogar o centro especializado de cuidado de larga estadía, que estar solo en una habitación, sin la posibilidad de mantener una interacción cotidiana con otros. En ese grupo extremo que viven solos en condiciones de pobreza se encuentra más vulnerabilidad asociada”, dice Roberto González. 

Pese a que actualmente, debido a la pandemia, es normal experimentar ansiedad y frustración, hay personas que pueden estar más afectadas y requerir apoyo de profesionales. 

“Por ejemplo, se limita su movilidad física, no quieren alimentarse, se desvinculan de sus actividades: eso es un signo de que requieren ayuda”, asegura Roberto González.

A juicio del académico, es necesario estimular programas nacionales, regionales o locales que fortalezcan los vínculos con las personas para sobrellevar el riesgo de la soledad.

Una persona con sentimientos de soledad y ansiedad puede ver limitada su capacidad para dormir, generar más irritabilidad y alteración de los estados de ánimo. Además, también puede tener sentimientos muy negativos sobre sí mismo o desarrollar una depresión. ¿Cómo podemos apoyar a nuestros adultos mayores? Roberto González llama a mantener la conectividad, telefónicamente, conversando, escribiéndoles.

¿Cómo podemos apoyar a nuestros adultos mayores? Roberto González llama a mantener la conectividad, telefónicamente, conversando, escribiéndoles.

“Hay gente que vive bien con su aislamiento, lee, tiene acceso a la televisión, hace actividad física, se conecta con su familia, es importante estar vinculado a otro. Evitar que el aislamiento se transforme en un problema mayor. Llamo a los amigos y familiares de los adultos mayores a estar atentos, una llamada puede hacer la diferencia que una persona entre a un estado más crítico de sentirse solo, con angustia y temores”, reflexiona.

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