Código de Honor de la UC: Por una cultura del respeto y la honestidad
Hoy se dio inicio al proceso de instalación del Código de Honor de la UC, a través de una firma simbólica del documento. Se trata de un proyecto único, que reúne a estudiantes, académicos y funcionarios en la construcción de una comunidad donde la integridad y la honestidad se vivan a diario en los campus universitarios.
“Como miembro de la comunidad de la Pontificia Universidad Católica de Chile me comprometo a respetar los principios y normativas que la rigen. Asimismo, prometo actuar con rectitud y honestidad en las relaciones con los demás integrantes de la comunidad y en la realización de todo trabajo, particularmente en aquellas actividades vinculadas a la docencia, el aprendizaje y la creación, difusión y transferencia del conocimiento. Además, velaré por la integridad de las personas y cuidaré los bienes de la Universidad”.
Un código que interpela a través de 80 palabras. Este importante texto fue dado a conocer oficialmente hoy a través de una ceremonia que reunió a distintos estamentos de la comunidad UC, la que fue sensibilizada días previos a través de una campaña comunicacional. En ella, distintos rostros de funcionarios, académicos, autoridades y alumnos de la universidad relevaron la importancia de este documento que, en breves líneas, nos interpela a trabajar por una comunidad basada en el respeto, la honestidad y la integridad.
El Código de Honor no es no es un reglamento, sino que busca ser un compromiso al cual adhiera cada uno de los miembros de la comunidad para fortalecer y potenciar buenas prácticas, con el objeto de formar mejores personas y lograr una sana convivencia.
La ceremonia estuvo marcada por una alta concurrencia de distintos representantes de la universidad. El rector Ignacio Sánchez, encabezó el acto y destacó la importancia de este código. "No significa que de ahora en adelante éste va a ser un mundo de maravillas, que vamos a evitar los problemas y que no habrán ilícitos ni actitudes negativas en la comunidad. Significa que nosotros, como comunidad, hemos puesto un tema sobre la mesa y que es muy relevante. El tema es cómo yo cuido del otro, cómo hago bien mi trabajo y soy honesto y coherente con las acciones que tomo”, dijo.
Asimismo, enmarcó el código dentro del Plan de Desarrollo 2015-2020 de la universidad. "Creo que el día de hoy avanza un paso más en los dos ejes principales del Plan de Desarrollo de nuestra universidad: la identidad de la UC en nuestra sociedad y el sentido de comunidad. La ceremonia de hoy, une estas dos columnas, porque va a preguntarnos muy directamente cuál es la misión, la identidad y las bases más fundantes de esta institución en términos de lo que quiere proyectar al país, preocupándose que esa misión y visión se haga en un sentido de comunidad", señaló.
Por su parte, el vicerrector académico, Juan Larraín explica que "el Código de Honor nos invita a la reflexión sobre nuestro quehacer diario y respecto de la relación que tenemos con nuestros alumnos, académicos, profesionales, administrativos y la comunidad en su conjunto. Su objetivo es colaborar a establecer un ambiente que contribuya a la formación de personas y la generación de conocimiento con sólidas bases éticas, que permita que cada integrante pueda desarrollarse plenamente y entregarlo mejor de sí".
Héctor Flores, presidente del sindicato número 5, fue una de las personas que habló en la ceremonia, en su caso, en representación de los trabajadores de la universidad. En su discurso destacó que, a su juicio, el Código de Honor implica contribuir en una cultura de respeto. "El respeto es uno de los valores morales más importantes del ser humano, pues es fundamental para lograr una armoniosa interacción social" destacó, señalando que para ser respetado es importante respetar.
Una iniciativa anhelada
Tras la aprobación de este compromiso en mayo pasado por el Honorable Consejo Superior, se ha desarrollado una etapa de puesta en común y retroalimentación. Aquí destaca el trabajo que han llevado a cabo la Vicerrectoría Académica y la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE), reuniéndose con representantes de los estudiantes, como sus centros de alumnos, consejeros académicos y territoriales, entre otros. También se han realizado jornadas de trabajo con académicos, funcionarios y estudiantes, para presentar el documento, escuchar sus inquietudes e invitarlos a trabajar en conjunto.
Seis pilares de inspiración
El documento se basa en valores fundamentales, muchos de los cuales han inspirado los principios del International Center for Academic Integrity (Centro Internacional para la Integridad Académica), consorcio de instituciones de educación superior dedicado promover una cultura de integridad en las instituciones académicas. Entidades de más de 20 países (el grueso de Estados Unidos) están aliadas a este centro, entre ellas el Massachusetts Institute of Technology, Universidad de Harvard y Universidad de Stanford. Entre los pilares que han inspirado nuestro código están:
- Honestidad: personal e intelectual, como requisito para el aprendizaje, la enseñanza, la investigación y el trabajo en general.
- Confianza: para permitir el intercambio de ideas y el desarrollo de todo el potencial académico.
- Justicia: entendida como la capacidad de establecer expectativas, estándares y prácticas claras que sustenten la interacción entre alumnos, profesores y administrativos.
- Respeto: necesario para generar un ambiente que permita el aprendizaje interactivo, cooperativo y participativo. Se basa en honrar, valorar y considerar las opiniones diferentes.
- Responsabilidad: disposición a liderar dando el ejemplo, asumir los actos realizados y ser proactivo cuando sea necesario.
- Valentía: llevar lo que se cree a acciones concretas, incluso en la adversidad.
La experiencia internacional
Fuera de nuestras fronteras, el Código de Honor es una iniciativa que se ha ido adoptando de manera cada vez más amplia. En la región, por ejemplo, en la Universidad de Monterrey este es un texto que rige para todos los miembros de la comunidad; en Notre Dame, los estudiantes deben firmar el código durante las evaluaciones; y en Harvard, este debe ser revisado y firmado periódicamente. Según quienes han estudiado este tipo de compromisos en Europa y Estados Unidos, un código de honor ayuda a reforzar valores y conductas que van más allá de lo académico.