Cómo navegar en esta nueva era de contenidos desde Cine UC
Con el Ciclo Cine de Última Función, los críticos Felipe Blanco y Christian Ramírez nos guían para no perdernos entre la creciente oferta audiovisual online.
Prendes el televisor, abres una aplicación de streaming e inmediatamente notas una película o serie que te interesa. ¿Todo listo para darle play, cierto? Suena fácil, pero esta parte termina convirtiéndose en una tarea mucho más parecida a caminar en un laberinto de carátulas, donde entre tantas vueltas empiezas a marearte hasta apretar “Salir”.
¿Cuántas veces has hecho zapping en tu cuenta de Netflix, para no ver nada, abandonar la plataforma, entrar a Amazon Prime, y seguir buceando entre categorías de contenido que tampoco seleccionarás? Ese es uno de los temas que se discuten en el Ciclo Cine de Última Función, conducido por los críticos Felipe Blanco y Christian Ramírez y organizado por el Cine UC de la Dirección de Extensión Cultural.
A través de la página de Facebook de Cine UC, se transmiten estas conversaciones donde ambos críticos dialogan sobre la oferta de plataformas de series y películas, los conversatorios online que hoy hacen los mismos directores y los podcasts de cine que existen actualmente. Durante el ciclo, se ha conversado sobre “Cómo navegar y no perderse en el streaming”, “Cómo armar tu propia muestra de cine”, y próximamente se abordará el mayor acceso a directores en “Mundo online: cineastas que hablan de cine” (este viernes 2 de julio, a las 19 horas); y “Podcasts: los otros caminos de la crítica” (viernes 9 de julio, a las 19 horas).
“Cuevana, Pelispedia, y otros sitios como estos fueron una especie de rastro primitivo de lo que estaba por venir: la era del consumo cinéfilo digital ya se ha masificado, especialmente tras la llegada de Netflix. Y por eso quisimos hacer este ciclo, para ahondar en ciertos factores detrás de la experiencia del streaming”, dice Felipe Blanco, programador de Cine UC.
En estos días en que según el crítico las personas están destinando cerca de 47 dólares mensuales entre sus diversas cuentas en sitios de streaming, en apariencia hay una gran oferta de plataformas. Pero ese gasto, para Felipe Blanco y Christian Ramírez, quizás podría resultar innecesario al entender cómo funcionan estas compañías, y así manejar mejor las expectativas propias con estos servicios.
A continuación, algunas recomendaciones y elementos claves a saber antes de navegar en estas plataformas:
Mezclar 1+1
En este tiempo de pandemia, en Chile el uso de streaming creció en un 157% durante el año pasado. Para muchos, la opción de inscribirse en cada una de las plataformas que se van habilitando en el país suena a la mejor apuesta para cubrir todas sus necesidades de series, documentales y películas.
Pero los expertos sugieren algo diferente.
“Si uno tuviera que aconsejar cuál de todos estos servicios tener, yo tendría 1 servicio generalista como lo que ofrece Netflix, Amazon Prime o HBO Max, y lo complementaría con una plataforma con la que tuviera más cercanía como consumidor, como Mubi, Tubi o -con el truco del VPN- acceder al Filmin o al The Criterion Channel, que ofrecen películas de selección para festivales, más clásicos y cine arte. Mejor esa mezcla que llenar la parrilla con servicios de películas que después no termino viendo”, dice Christian Ramírez.
¿Olvidarse de los “clásicos”?
Entre las grandes plataformas de streaming, han diseñado una nueva realidad: el cine clásico es aquel realizado en las décadas de los 80s y 90s.
“La noción del presente y el pasado se alteró de manera radical con el streaming. Allí, la historia del cine parte en los 80s. Todo lo que hay para atrás no es tan fácil de encontrar, porque no tienen los derechos de emisión”, cuenta Ramírez.
Este escenario podría cambiar un poco con la llegada de HBO Max, plataforma que sí cuenta con derechos al catálogo Warner y puede acceder más fácilmente a películas de los 50s, 60s y 70s.
Contenido invisibilizado
Muchas veces, entre tanto buscar entre categorías y pasearse por la oferta de cada sitio de streaming, parecieran repetirse los mismos títulos de siempre. Eso no significa que allí esté todo lo que esa plataforma pueda ofrecer, si no que eso es lo más fácil de proyectar para ellos. Vale la pena sumergirse en sus buscadores directos con algún título específico y nombres de directores o actores claves, para descubrir qué hay más allá de la vitrina.
“Por mucho que tengas todo el catálogo del mundo, los servicios de streaming dependen de los servidores. Netflix, Amazon Prime y HBO Max tienen servidores mundiales, y de eso depende si el contenido corre más lento o no. Muchos de los títulos que ellos tienen quedan en el patio de atrás, para que la gente no vaya a buscarlos. Estas mismas plataformas los invisibilizan, para destacar aquellos títulos con un potencial de proyección más masivo. Puedes tener bastante contenido para tu biblioteca, pero no cabe todo en esa biblioteca, y eso limita mucho la presencia de ciertos géneros de cine”, dice Ramírez.
Más miniseries y más “challa”
Hay que hacer un ejercicio casi espiritual y de libro de autoayuda frente a estas plataformas: entregar y aceptar.
Ya pasó esa época en que Netflix tenía desde Friends a las películas de El Padrino, perdiendo la licencia de emitirlas con la llegada de nuevas aplicaciones. Por eso, el futuro de este servicio de streaming apuntará a mucho contenido propio y corto, y harto relleno entremedio.
“Siempre estás corriendo el riesgo de que lo que quieres ver salga del catálogo digital. A estas alturas los servicios de streaming han optado por modelos autosustentables, en Netflix vamos a ver mucho más contenido propio y la compra de películas baratas que antes podrían haber salido directo a DVD, tipo La Sirenita 3. Si uno quiere conservar Netflix, hay que acostumbrarse a la idea de esa challa que Netfix te va a vender y aceptar que ya no se harán series largas, si no que se apuesta más por las miniseries tipo Gambito de Dama”, dice Ramírez.
Producciones chilenas
Frente a esa elevada competencia entre cada una de estas apps, no pareciera haber mucha diferencia en el servicio final: los catálogos se han fragmentado tanto que no se puede aspirar a encontrar todo en un solo sitio. En la presión por destacarse con algo que lo diferencie entre estas grandes compañías, hay uno de estos sitios de streaming que está apostando por generar un vínculo local, creando más contenido nacional por sobre su competencia directa.
“Amazon Prime está tratando de fidelizar a su audiencia con producciones locales, como la más reciente Isabel, enfocada en Isabel Allende. Lo vimos con El Presidente también, con la historia de Jadue”, dice Ramírez.
Factor Oscar
A pesar de esas posibles diferencias en los catálogos, hay algo en lo que todos estos grandes sitios coinciden: existe una especie de temporada que sí comparten, y que gira en torno a los premios Oscar. Estos premios suelen ocurrir en el mes de febrero o marzo, y ya no solo marcan la pauta de los estrenos en salas de cine, si no que también en el calendario de Amazon Prime o Netflix, que estrenan sus mejores apuestas cinematográficas hacia final de año.
“Hay que habituarse a ese calendario. Las películas que uno espera que puedan sacar cineastas como Scorsese o Spike Lee y los hermanos Coen, van a llegar desde el mes de octubre para adelante”, dice Ramírez.
Irrupción de HBO Max
La más reciente de estas aplicaciones viene con el potencial de remecer el mercado de streaming local. Pero su modelo tiene algunas particularidades, y se espera que complique especialmente el uso de Amazon Prime en el país.
“HBO Max no solo tiene la tremenda librería de series de HBO, sino que cuenta con estrenos como In the Heights, que debutan sin costo adicional a diferencia de Disney+. Eso sí, en la versión que llegó a Chile esos estrenos saldrán 35 días después que en Estados Unidos. Con la llegada de esta plataforma, el servicio más complicado será Amazon Prime, porque la cantidad de relleno que tiene es gigantesca al lado de las otras apps y está enlentecida a la hora de sacar películas nuevas. Mientras que Netflix tiene estrenos cada semana”, dice Ramírez.