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Destacan estudio sobre efectos de los juegos de mesa en habilidades matemáticas en la niñez


La investigación liderada por el profesor de la Facultad de Educación Jaime Balladares, en conjunto con los psicólogos Martín Miranda y Karen Córdova, fue reconocida por el índice Altmetric 500 como la más influyente en América Latina en la materia, en 2023.

Juego de mesa en que se ven piezas y un dado.

photo_camera El juego no solo aumenta el disfrute, sino también el el involucramiento de los niños en las tareas que se les proponen, explica el profesor Jaime Balladares. (Crédito fotográfico: Pixabay)

Los juegos no solo sirven para entretenerse. También tienen una serie de efectos en el desarrollo en una variedad de áreas cognitivas. Esta es precisamente el área de estudio del profesor de la Facultad de Educación Jaime Balladares, quien en conjunto con Martín Miranda, psicólogo UC y estudiante de magíster de la Universidad de Leiden, Países Bajos, y la también psicóloga UC Karen Córdova, concluyó por ejemplo, que los juegos de mesa para niños y niñas de pre-kínder y kínder basados en números, ayudan a mejorar el conteo, la suma y la capacidad de reconocer si un número es mayor o menor que otro.

Ese fue el principal resultado del artículo sobre los efectos de los juegos de mesa en las habilidades matemáticas, “The effects of board games on math skills in children attending prekindergarten and kindergarten: A systematic review”, publicado en 2023 por la editorial Taylor and Francis. Trabajo que fue reconocido por Altmetric, empresa dependiente de Digital Science, como el estudio que ha obtenido mayor tráfico y visibilidad entre nuevos artículos para Latinoamérica y el Caribe respecto de la temática.

La revisión incluyó artículos y libros por región geográfica y considerando una serie de categorías como medios de comunicación, blogs, redes sociales, documentos de política, Wikipedia, entre otros, así como investigaciones que tuvieron una amplia atención en múltiples categorías de fuentes de mención.

El proceso de investigación contempló una revisión exhaustiva de 19 investigaciones publicadas sobre el tema en los últimos 23 años, que involucraron a niños de tres a nueve años. Estas investigaciones debían cumplir con dos criterios. Primero, que compararan las habilidades de los niños antes y después de la intervención basada en juegos, y también tener un grupo de control: un grupo que juega con juegos reglados versus un grupo que no juega.

“Este reconocimiento nos alegra enormemente y nos motiva a continuar desarrollando más y mejores juegos desde la Educación, la Psicología y el Diseño, en contacto directo con niños y niñas en sus establecimientos educativos. Sin esto, es imposible desarrollar juegos de alta calidad técnica y pedagógica”, afirma el académico.

Profesor Jaime Balladares
"Cuando hablamos del cambio cultural decimos: sí, hay que formar a las educadoras en juego, fomentarlo. Pero también debe ocurrir ese cambio en los apoderados", dice el académico de la Facultad de Educación Jaime Balladares. 

“¿Hicieron algo hoy, o solo jugaron?”

Un estudio del profesor Balladares, que está en progreso, lleva por título “¿Hicieron algo hoy o solo jugaron?”. La frase es una cita que su equipo recogió en un estudio realizado con doce educadoras de párvulos, a quienes se les consultó cuáles son los obstaculizadores y facilitadores del juego. “Una de las educadoras nos dijo esa frase, que fue lo que le dijo una apoderada cuando retiró a su hijo del colegio”, explica el profesor.

“Por ahora, los datos muestran que en el caso de que una educadora de párvulos o una profesora de primaria se vea en la disyuntiva de utilizar juegos o guías de papel y lápiz, debería optar por el primero, porque la pasarían mejor todos y no entorpecería el aprendizaje, sino que todo lo contrario. De acuerdo con otras investigaciones en el área, el juego aumenta el disfrute, y el involucramiento de los niños en las tareas que se les proponen”, complementa.

“Cuando hablamos del cambio cultural decimos: sí, hay que formar a las educadoras en juego, fomentarlo. Pero también debe ocurrir ese cambio en los apoderados. Si los apoderados creen que hay una dicotomía entre estar jugando y estar haciendo algo, hay entonces un problema serio”, concluye el académico. 


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