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Tenemos Que Hablar de Chile:

Diálogos ciudadanos: del malestar a la necesidad de llegar a acuerdos


Personas de todas las regiones, de diferentes edades y opiniones, se juntaron a conversar de manera virtual al alero de la iniciativa “Chile a escala 2022”, sobre temas relacionados con el proceso constituyente, sentimientos hacia la política y desafíos de Chile a futuro. Cinco fueron los hallazgos clave en que coinciden los participantes, y que sirven para seguir dialogando y aportando al debate público.

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photo_camera Un malestar intensificado y diversificado, inseguridad e incertidumbre, pero también la necesidad de generar acuerdos, son algunos de los principales hallazgos que aparecieron de los 56 encuentros organizados por Tenemos Que Hablar de Chile. (Fotografía: Tenemos Que Hablar de Chile)

Más de 300 personas de todas las regiones del país y de diversas edades, participaron en Chile a Escala 2022, al alero de Tenemos que Hablar de Chile, iniciativa de la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Chile. 

Se desarrollaron 56 encuentros, de manera virtual, en los cuales se abordaron temáticas relacionadas con los desafíos que enfrenta Chile, recomendaciones de los participantes hacia el mundo político y las emociones predominantes en relación con el proceso constitucional. 

Como explica Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC, “estos espacios de diálogo y participación ciudadana son diversos y representativos de las miradas que coexisten en la sociedad, por lo que sus resultados son un buen insumo para abordar la conversación política con una mirada desde las personas”.

"A diferencia de las encuestas, que ordenan las preferencias de las personas y generan ciertas tendencias o proyecciones, la metodología de diálogos logra rescatar narrativas colectivas y el significado de las cosas para las personas, por lo estos hallazgos son relevantes de seguir analizando más allá de los resultados de las elecciones", agrega la subdirectora de Tenemos Que Hablar de Chile, Valentina Rosas.

Cinco hallazgos clave

¿Qué se puede desprender de la sistematización y análisis de estas conversaciones? Principalmente, cinco grandes hallazgos, los que son un aporte para el debate público y una muestra de cómo se siente la sociedad respecto al Chile que viene. 

Valentina Rosas afirma que, “con este tipo de acciones y sistematización, lo que buscamos es ser un aporte a la conversación pública y visibilizar hallazgos que son relevantes para la ciudadanía, así como también seguir promoviendo el diálogo, la reflexión y la participación ciudadana, que son conceptos claves para la democracia”.

“Más que sumarnos a la búsqueda frenética de explicaciones para el resultado del plebiscito, desde Tenemos que Hablar de Chile, creemos que la tarea de hoy es seguir haciéndonos preguntas, abrir más espacios para escuchar a la ciudadanía, sus anhelos, angustias y percepciones. Los procesos que viven las personas van más allá del proceso político. Al mundo político le diría que toca ejercitar la oreja”, agrega.

En los diálogos virtuales que se llevaron a cabo, hay una serie de narrativas, es decir, frases y palabras que se repiten en el discurso de los participantes. No se trata de preferencias individuales, sino que ideas comunes que van emergiendo naturalmente de la conversación con algún grado de fuerza o relevancia de sentido para el grupo. 

1. Un malestar intensificado y diversificado

 

La experiencia cotidiana de los participantes fue descrita como dura, compleja, insatisfactoria y tiende al descontento o, como se denominó en procesos participativos previos, al malestar. El concepto de malestar es utilizado para identificar con mayor precisión el fenómeno subjetivo que las personas describen en las conversaciones, pero no es un término que mencionen explícitamente. Los participantes mencionan sentimientos negativos y de alta intensidad como por ejemplo: incertidumbre, preocupación, frustración, ansiedad, miedo, con una mayor frecuencia que sentimientos positivos.

¿Cuáles podrían ser las razones de la intensidad de los sentimientos negativos? Se podría considerar que la intensificación del malestar y la incertidumbre podría estar dada por cuatro grandes factores que toman fuerza en la conversación: la situación política y social en Chile debido al proceso constituyente; la percepción de inseguridad debido al aumento de la delincuencia y otras formas de violencia; la percepción de una desmejorada situación económica del país, y la pandemia.

“Siento cansancio e incertidumbre por lo que uno ve en las noticias, asaltos, portonazos, inseguridad e incertidumbre política, porque el gobierno no está tan afianzado como se pensaba, se esperaba más, pero hay cosas que no se pueden cambiar tan rápidamente”, es parte del testimonio de una de las participantes, de 40 años, de la Región del Biobío.

2. Desde la incertidumbre hacia la inseguridad

 

En las conversaciones, las ideas más mencionadas espontáneamente por las personas giraban en torno a los conceptos de salud, educación y la delincuencia, altamente relacionados con los sentimientos negativos mencionados en el primer hallazgo. También aparecieron mencionados el proceso constituyente y el deseo de fortalecer la economía, asociados a la sensación de incertidumbre.

Las personas parecen haber pasado desde la incertidumbre a la inseguridad, con la constatación y descripción de una crisis, a la percepción de un agravamiento de esa crisis, con causas múltiples. Llama la atención la fuerza que han adquirido dos factores nuevos en la intensificación de este estrés focalizado: la delincuencia y la inseguridad. A esto se suma la inseguridad económica, la inflación o la percepción de la posibilidad cada vez más real de perder el trabajo, factores que se perciben como un peligro inminente para la estabilidad personal y familiar, y son fuente de nuevos problemas sociales. 

“Los desafíos son los mismos, lo que pasa es que el estallido social y la pandemia nos hizo mirar las cosas con distinta perspectiva, afloraron las cosas que como ciudadanos y gobierno no habíamos querido ver, o si los ven no los han querido llevar a un avance o cambio que sea beneficioso para la sociedad”, afirmó un hombre de 66 años participantes, que resume este hallazgo.
 

Inseguridad
Delincuencia e inseguridad son los dos factores que intensifican la percepción de agravamiento de la crisis que estaríamos viviendo como sociedad. (Crédito fotográfico: Karina Fuenzalida)

3. Ciudadanía exigente y empoderada

 

En los diálogos emerge un grupo amplio de personas con un perfil exigente y crítico hacia la labor política. Se percibe como una exigencia ciudadana la necesidad de generar un giro en las prácticas políticas y en el funcionamiento de las instituciones. Esta exigencia hacia las prácticas políticas tiene cuatro líneas generales: 1) que las autoridades se acerquen a la ciudadanía para que entiendan mejor y se empapen de la realidad, 2) que estén volcadas hacia los intereses generales y no a los intereses propios, como señalan, se suele hacer en el mundo político, 3) que tengan un estándar ético superior y 4) que sean eficientes en la provisión de soluciones.

4. Un camino incierto a recorrer

 

A la hora de enfrentar los desafíos del país, los participantes consideran que Chile sí contaría con las condiciones necesarias para abordar dicha tarea. Es decir, perciben que hay muchos problemas que les afectan en el día a día y que pueden ser resueltos. ¿Cómo? No aparece en las conversaciones propuestas concretas sobre el contenido de cómo abordarlos, pero sí se observan algunas claves parciales sobre la forma y los determinantes que debiese tener cualquier abordaje. En ese espacio difuso aparece la percepción de que el país cuenta con los recursos, especialmente recursos materiales, como uno de los factores para abordar los desafíos. 

Esto se conecta también con la necesidad de contar con las voluntades políticas correspondientes, que no tiene que ver solo con la idea de “atreverse a hacer los cambios”, que sí estaría presente, sino que también, como se refleja con mayor detalle en el siguiente hallazgo, tiene que ver con la capacidad de producir acuerdos que generen cambios estabilizadores de la vida. Es decir, una voluntad de hacer política, más allá de las ideas o intereses partidistas. 

5. Los acuerdos como un horizonte

 

A pesar de la fuerte crítica que se hace al mundo político, la vía institucional sigue arraigada en la conversación de las personas. Hay un respeto básico por los espacios institucionales existentes y se visualiza como un aparato funcional para generar cambios. Sin embargo, al mismo tiempo, se anhela una renovación de las prácticas de la política. Es importante destacar que tanto en la crítica como en la demanda de soluciones no emerge un receptor específico, como podría ser el gobierno u otros organismos públicos. 

“(...) el sistema está tan polarizado que no hay consenso en las fuerzas políticas e independiente de que se implante la nueva Constitución, a finales de cuentas, si en el congreso no existe consenso político va a ser muy difícil avanzar”, resume la opinión de un hombre de 20 años, de la Región del Maule, quien fue parte de los diálogos virtuales.

¿Cómo son los participantes? 

 

En total participaron 309 personas, habitantes de todas las regiones de Chile, y pertenecientes a 133 comunas. Del total de participantes, 52% son mujeres, y un 48% hombres; mientras que el 16% se siente parte de un pueblo originario o indígena. La edad promedio es de 45 años: 32% tiene entre 55 años o más, 21% de 25 a 34 años, 20% de 45 a 54 años, 16% de 35 a 44 años, y 11% de 18 a 24 años. Con respecto al nivel de escolaridad, el 36% cuenta con educación media, el 34% educación superior, el 18% educación básica, y el 13% con educación técnica. Además, el 39% pertenece a la Región Metropolitana, el 32% a regiones del sur, 20% del centro, y 9% del norte. 

Encuentra el informe completo aquí


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