El contacto entre civilización e indígenas a la luz de la interdisciplina
El Instituto de Historia realizó el seminario “Extinciones/exterminios/genocidios", donde académicos de geografía, ecología e historia dieron a conocer casos de diversos lugares del mundo, tales como Tasmania o las misiones en Tierra del Fuego, en Chile.
Los conceptos de genocidio, exterminio y extinción fueron analizados por académicos de distintas disciplinas en un seminario que dio a conocer teorías, casos específicos y experiencias de contacto entre la civilización y diversas etnias. La instancia buscó “ampliar las posibilidades teórico-metodológicas de observar experiencias de manejos de seres vivos”.
La académica del Instituto de Historia UC, Carolina Odone fue una de las expositoras, quien presentó su investigación “La misión, un organismo vivo, social y cultural complejo (San Rafael, Isla Dawson, Tierra del Fuego 1889-1911)”. La historiadora planteó que estas instancias de evangelización son un “mecanismo vivo” que da cuenta de cómo se ha construido históricamente la relación con el otro.
En el contexto de las misiones, manifestó Odone, ha existido una “multitensión”, que ha implicado la asimilación de las costumbres y creencias del otro. Este trabajo -presentado como su tesis doctoral en 2013- se refiere a la misión salesiana instalada al sur de Chile, la cual planteaba una estructura de alta organización.
“Había un muelle de entrada a la misión, como espacio abierto (…); casas pequeñas que se constituyen desde lo republicano y luego, desde lo cristiano”, manifestó. Se trataba de viviendas de misioneros, peones y de las familias, además había lugares específicos para indígenas viudos, solteros y niños huérfanos.
“La iglesia también tenía brazos determinados. A la izquierda mujeres y niñas y la derecha era para prácticas de piedad de los salesianos”, ejemplificó. Al mismo tiempo, había una zona para la deforestación y se producía ganado para la alimentación de la comunidad. “La misión absorbió un espacio social, pobres y marginales eran reeducados para convertirse en personas de valor social para la sociedad mayor”, ilustró la académica.
Un genocidio en disputa
Otra de las presentaciones estuvo a cargo de la docente del Instituto de Historia UC, Jimena Bustos, quien trató cronológicamente el tema del genocidio ocurrido en Tasmania en el siglo XIX, un concepto que sin embargo se encuentra en tensión en este territorio, pues parte de la comunidad actual rechaza asumir que su sociedad fue construida en base al exterminio de una etnia.
Actualemente, explicó Bustos, Tasmania vive un momento de “history wars”. Todo comenzó en el siglo XIX cuando los ingleses llegaron a Australia y comenzaron a interactuar con aborígenes, aunque de manera intermitente. A partir de 1827, continuó la académica, aumentó la cantidad de colonos, la demanda de territorio y el ganado escaseó.
En este contexto, entre el 27 y el 30, el gobernador George Arthur adoptó la política de “limpiar la tierra” y trasladó a los indígenas a una isla cercana. En ese entonces se estimaba que existían entre 3.000 y 10 mil aborígenes.
Pocos años más tarde, se estimó la población aborigen en 200 personas y fue otro gobernador quien decidió trasladarlos a Flinders Island. Es en 1876 cuando muere la última tasmana, llamada Truganini. Es en este punto, según Bustos, cuando “la extinción de los aborígenes tasmanos parece haberse completado. En este caso la conciencia de la destrucción de pueblos indígenas fue muy evidente, pues era una población que había estado aislada de otras culturas durante miles de años” y habían sobrevivido.
A lo largo de la historia, explicó, ha ocurrido una evolución de conceptos: extirpación, exterminio y extinción, donde “el discurso de la extinción es propio de la colonización”.
Entre 1835-36, se creó el British House of Commons Commitee para conocer, proteger y educar comunidades indígenas. Subsistió en ese entonces una cierta noción de que se trataba de “razas evanescentes”, es decir, indígenas que desaparecen al contacto con el hombre blanco.
En 1944 se acuñó el concepto de genocidio y comenzó a ser usado respecto del caso de Tasmania. Fue en 1948 cuando el periodista Clive Turnbull habló por primera vez de exterminio, al reflexionar sobre la segunda Guerra Mundial
Al respecto, el historiador Keith Windshuttle manifestó que “la verdad se ha transformado en una causa perdida, los aborígenes no fueron víctimas de un holocausto, comparar las intenciones del gobernador Arthur no se compara con Hitler: las autoridades querían civilizar, no exterminar”.
Su afirmación desató gran polémica. La investigadora Ann Curthoys respondió esta idea y afirmó que las autoridades sabían perfectamente lo que significaba: “buscar apropiarse de la tierra sin considerar consecuencias, es genocidio”.
Hoy en día, concluyó Bustos, “la población no logra o no quiere asumir que la historia de su país está basada en la destrucción de otras personas”. Recientemente, graficó, el diario Sydnay Daily Telegraph publicó que se reescribió la historia para decir que sí hubo una invasión en Australia.
En este seminario también participaron académicos de otras disciplinas, como el biólogo del departamento de Ecología UC, Pablo Marquet, quien abordó la dinámica de extinciones y el fenómeno humano. Por su parte, Alejandra Mora (Escuela de Geografía, Universidad Academia de Humanismo Cristiano) presentó "Territorio, territorialidades y redes: presiones de cambio en los estados nacionales"; mientras que Romina Casali (UNICEN-Conicet) expuso "La historia y los selk’nam: sobre una [teórica] extinción sin genocidio" y Alberto Harambour (Universidad Austral de Chile) dio la charla "Estado, capital y genocidio transnacional: Tierra del Fuego y Putumayo en perspectiva comparada".
INFORMACIÓN PERIODÍSTICA
Violeta Bustos, periodista, vsbustos@uc.cl