Estudiantes prueban tallos de cochayuyo para reemplazar al plumavit
Se trata del proyecto Ecoyoi, una de las 11 ideas finalistas del curso de Investigación, Innovación y Emprendimiento que apoya el programa de Ingeniería 2030 de Corfo.
photo_camera Para el equipo de estudiantes UC detrás del proyecto, las ventajas del prototipo desarrollado son su alta resistencia y bajo peso, gracias a las celdas que hay al interior del tallo del cochayuyo. Este producto marino posee una estructura similar a un panal de abejas, entonces, al sellarse con un alto contenido de aire en su interior, adquiere cualidades de aislamiento termoacústico.
Un grupo de estudiantes de Ingeniería UC diseñaron una lámina de cochayuyo termoprensado con características mecánicas parecidas al poliestireno expandido o plumavit, uno de los materiales de construcción más contaminantes.
Se trata de Ecoyoi, uno de los 11 proyectos finalistas del curso de Investigación, Innovación y Emprendimiento de Ingeniería UC que promueve el programa de Ingeniería 2030 de Corfo.
"La idea es aprovechar al cochayuyo, un recurso natural disponible y cultivable a lo largo de nuestra costa, para sustituir un material sintético, por otro con menor huella de carbono, biodegradable e igual de resistente”, señaló el estudiante Nicolás Solís.
El futuro ingeniero destacó la simplicidad de su proceso de fabricación. Primero, dijo, se pica el cochayuyo en trozos de aproximadamente medio centímetro, para luego extraer químicamente el alginato, un biopolímero que combinado con celulosa se comporta de forma similar al plástico.
"La idea es aprovechar al cochayuyo, un recurso natural disponible y cultivable a lo largo de nuestra costa, para sustituir un material sintético, por otro con menor huella de carbono, biodegradable e igual de resistente”- Nicolás Solís, estudiante de Ingeniería
“El paso siguiente, es vaciar la mezcla a un molde, donde es termoprensado, hasta conseguir una plancha de 50 por 100 centímetros de alto y ancho, respectivamente, con un espesor de 50 milímetros y un kilo de peso”, agregó Nicolás Solís.
Para el grupo de estudiantes, integrado además por Daniela Bernal, Nicole Caballero, Fernando Mayta y Natalia Lagos, las ventajas del prototipo desarrollado son su alta resistencia y bajo peso, gracias a las celdas que hay al interior del tallo del cochayuyo.
Dicho producto marino posee una estructura similar a un panal de abejas. Este al sellarse con un alto contenido de aire en su interior, adquiere cualidades de aislamiento termoacústico.
Otras ideas
Este semestre se presentaron un total de 517 estudiantes y 106 ideas en el curso de Investigación, Innovación y Emprendimiento, que en esta edición buscó el desarrollo de ideas en torno a la “Energía para la Carbono Neutralidad”.
Para el director académico del curso, Michael Leatherbee, estas iniciativas buscan que todos los estudiantes de pregrado tengan una experiencia lo más cercana posible a la complejidad, incertidumbre y desafío que significa que llevar un producto o servicio innovador de base científica-tecnológica al mercado.
Las ideas ganadoras fueron un sistema de enfriamiento para tanques de almacenamiento de hidrógeno (Hydrocool), una planta de reciclaje de silicio proveniente de paneles solares (Re[Si]Clo) y un software destinado al mantenimiento de aerogeneradores (Windfix).
El evento virtual donde participaron los finalistas, entregó tres premios de un millón de pesos para apoyar y potenciar los proyectos. Las ideas ganadoras fueron un sistema de enfriamiento para tanques de almacenamiento de hidrógeno (Hydrocool), una planta de reciclaje de silicio proveniente de paneles solares (Re[Si]Clo) y un software destinado al mantenimiento de aerogeneradores (Windfix).
El jurado que evaluó las propuestas, estuvo compuesto por María de los Ángeles Romo, Gerente de Start-Up Chile; Andrés Baehr, Investment Director – Corporate Venture Capital de Engie Factory; María Paz de la Cruz, Gerente general de la Asociación Chilena de Hidrógeno y Jaime Herrera, Innovability & BD Manager Latam en Enel X.
