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Estudio sobre violencia escolar muestra que jóvenes demandan más atención de los adultos


El trabajo, publicado en la revista Psykhe de la Escuela de Psicología UC, busca identificar los factores que, según la perspectiva de los propios estudiantes, desincentivan o favorecen el involucramiento en situaciones de violencia escolar.

En los últimos años, el tema de la violencia escolar se ha posicionado como uno de los principales problemas en los contextos educativos y ha sido foco de numerosas investigaciones, intervenciones y políticas públicas. La última Encuesta Nacional de Violencia en el Ámbito Escolar señala que un 23,3 por ciento de los escolares reconocen haber sido agredidos en su establecimiento educacional.

En el caso de los estudios sistemáticos, estos se han centrado en describir el fenómeno, sus alcances y los factores que se asocian con el mismo. En cambio, existe menos información sobre la perspectiva que los propios adolescentes tienen acerca de la violencia. Esta mirada es clave para identificar los factores involucrados en el desarrollo del fenómeno y poder generar estrategias de prevención e intervención.

Una investigación realizada en conjunto por académicos de la Universidad Católica y de la Universidad Alberto Hurtado tiene este foco como punto de partida: identificar los factores que de acuerdo a la perspectiva de los propios estudiantes desincentivan o favorecen el involucramiento en situaciones de violencia escolar entre pares. Su título es Una aproximación relacional a la violencia escolar entre pares en adolescentes chilenos: perspectiva adolescente de los factores intervinientes. El trabajo de Maritgen Potocnjak, Christian Berger y Tatiana Tomicic aparece publicado en la revista Psykhe (volumen 20, Número 2, noviembre 2011; Escuela de Psicología UC, 148 páginas), que incluye una sección especial dedicada a la violencia escolar.

Los investigadores concluyeron que “El fenómeno emergente central del estudio es la demanda por parte de los adolescentes del ejercicio del rol adulto de afecto, protección y formación”.

Los jóvenes entienden la violencia como una forma de posicionarse socialmente y lograr estatus grupal y popularidad. Y aunque reconocen que involucrarse o no en dinámicas violentas está sujeto a la decisión de cada uno, señalan que hay por lo menos responsabilidades compartidas con los adultos significativos. En el artículo los investigadores señalan que a los adultos “… en general los perciben desinteresados en sus conflictivas y con dificultades para dar alternativas relacionales, no coercitivas ni violentas, frente al riesgo o desarrollo de situaciones violentas”.

Los resultados confirman la importancia del desarrollo de relaciones positivas con los padres u otras figuras significativas, como los profesores, que disminuirían el riesgo de ocurrencia de violencia al interior de los colegios. “La responsabilidad de los adultos es proveer un contexto favorecedor para la construcción de identidad, a través de vínculos estables y amorosos, los cuales deben ir acompañados de una visibilización e interés real por las necesidades de los adolescentes”, concluye el artículo.


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