Expertos debaten en torno a educación religiosa en colegios públicos
Convocados para comentar el documento escrito por el vicario para la Educación del Arzobispado de Santiago, Tomás Scherz, cuatro intelectuales debatieron los pros y contras de la educación confesional en establecimientos públicos.
El documento La enseñanza de la religión en las escuelas: urgencia educativa para la esfera pública, escrito por el vicario para la Educación del Arzobispado de Santiago, padre Tomás Scherz, fue el tema de debate del primero de los Diálogos 2015 sobre Educación y Fe. El encuentro, que reunió a cuatro expertos el pasado 14 de mayo, fue organizado por el Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación (CEPPE-UC) y la Facultad de Educación de la UC, junto a la Vicaría para la Educación del Arzobispado de Santiago.
Carlos Abrigó, de la Universidad Cardenal Silva Henríquez; Agustín Squella, de la Universidad de Valparaíso; Joaquín Silva, de la Facultad de Teología de la UC y Sergio Micco, de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, debatieron sobre la presencia de la enseñanza confesional en el currículo escolar, y los aportes y tensiones que genera en la formación integral de los estudiantes.
La actividad fue inaugurada por el rector Ignacio Sánchez y por la decana de la Facultad de Educación de la UC, Lorena Medina. La académica comentó que el texto del padre Scherz presenta reflexiones profundas y contingentes respecto de las tensiones que enfrenta la educación católica hoy en día. “La clase de religión permite dialogar con otros saberes y permitir a la persona descubrir un sentido para su existencia, encontrar respuesta a las grandes preguntas de la mente, filosóficas, y del corazón, vivenciales. El autor plantea así la generación de un clima de aula reflexivo, que permite oír la voz de los estudiantes, sus demandas y búsquedas a la vez que se conoce y descubre la religión en comunidad, su historia y las búsquedas de los otros que pudieron o pueden identificarse con las propias”, señaló.
Educación religiosa
Carlos Abrigó sostuvo que el documento plantea una serie de criterios que fundamentan la necesidad de fomentar la enseñanza de la religión, y que podrían agruparse en torno a dos dimensiones. La primera, subjetiva, es donde la religiosidad emerge como fenómeno antropológico ligado a la conciencia, a la libertad, al sentido existencial, en tensión con una racionalidad instrumental lógica, y la segunda, objetiva, es donde la religión forma parte de la identidad cultural de un pueblo que no puede comprenderse sin referencia a ella.
Agustín Squella, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2009, declaró al inicio que su posición filosófica se encontraba alejada del documento presentado. “En asuntos de índole religiosa lo que tenemos son eso: creencias, y, desde luego, desacuerdos en nuestras creencias. Del mismo modo, discrepamos también sobre ideas y, desde luego, en materia de intereses”, argumentó.
Y agregó: “Según mi parecer no hay ninguna urgencia ni menos necesidad en llevar la enseñanza de la religión a la educación pública, sin perjuicio de que establecimientos educacionales privados la ofrezcan libremente a sus alumnos. Ninguna urgencia y ninguna necesidad, salvo que se crea, como revela el documento de Tomás Scherz, que sin religión se perjudican gravemente la espiritualidad de los individuos, la moral de las personas e incluso la democracia como forma de gobierno. Un error, según creo, porque puede haber espiritualidad, moral y democracia sin religión, sin Dios, sin fundadores de religiones, sin profetas religiosos y sin profesores de religión en las salas de clase de niños y jóvenes”.
Joaquín Silva, académico de la facultad de Teología de la UC, felicitó el coraje y la libertad de Tomás Scherz para escribir sobre la necesidad y urgencia de la educación religiosa en un contexto que no es particularmente favorable. “Hace mucho rato que tenemos problemas con la calidad de la educación religiosa. Y ese problema no lo hemos querido ver, reconocer, enfrentar. Ahora, en un contexto “secularizado” vemos cuestionada la educación religiosa. Por distintas razones hay quienes piensan que ella no debe existir, al menos en las escuelas que pertenecen al Estado. Esta crítica, objeción o duda respecto de la educación religiosa, la sentimos como una amenaza y nos obliga entonces ahora a justificar la pertinencia, la oportunidad, la necesidad de la educación religiosa. Reconozco en ello un valor: el texto no cierra los ojos ante el cuestionamiento de la educación religiosa y busca hacerse cargo de él”, comentó.
Silva coincidió con el padre Scherz en que existe necesidad de educación religiosa, tanto en los colegios públicos como privados, porque en sus manos sería posible desarrollar valores y aptitudes de trascendencia personal y social. “El país necesita una educación religiosa que cultive en los niños y jóvenes el sentido de lo infinito, de lo santo, lo trascendente; que ayude a vivir la inmanencia en la perspectiva de la trascendencia, que reconozca la cercanía trascendente de Dios en la historia. (..:) Una educación religiosa que contribuya a crear lazos de amistad entre las diferentes culturas de nuestro país, valorando el aporte de cada una de ellas al crecimiento de todos. Una educación religiosa al servicio de la paz y del desarrollo integral de las personas y de la sociedad”, concluyó.