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Profesor Hernán Quintana dona al Archivo Teatral UC fotografías inéditas de Víctor Jara


Tras la ceremonia de firma del convenio que entrega la Colección Hernán Quintana a la Universidad Católica, el archivo donado consta de 216 negativos en blanco y negro de fotografías inéditas de Víctor Jara, tomadas por Hernán Quintana, que serán resguardadas y activadas en la comunidad artística nacional por el Archivo de la Escena Teatral, ubicado en el Archivo de la Facultad de Artes, en Campus Oriente UC.

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photo_camera La donación de la "Colección Hernán Quintana" implica un conjunto de 216 negativos en blanco y negro, donados por el profesor emérito UC, a partir de 3 sesiones de foto que hizo con el cantautor entre 1967 y 1968. La ceremonia se celebró en la Casa Central de la UC. Créditos: Karina Fuenzalida.

"Firmar este convenio de donación a la Universidad Católica de Chile de un conjunto de mis fotografías tomadas en mis años de estudiante, asegura su permanencia y resonancia en el tiempo. Ellas han adquirido un impensado valor histórico y emotivo por el devenir de los acontecimientos en mi país. Por otro lado, revelan una cierta calidad documental y artística de una época en que un simple hobby se convirtió en algo más rico, aunque de corta duración, dado el rumbo que tomó mi vida académica".

Esas fueron las palabras de Hernán Quintana, astrónomo, profesor emérito  y académico del Instituto de Astrofísica UC, que antecedieron la firma del convenio para la donación de su archivo personal fotográfico al Archivo de la Escena Teatral de la Escuela de Teatro de la Universidad Católica. Este programa, fundado por la académica e investigadora María de la Luz Hurtado, recibió una colección invaluable de fotografías inéditas que Hernán tomó del director teatral y cantautor Víctor Jara en su juventud.

En la fotografía, Ignacio Sánchez, rector de la Universidad Católica; Amanda Jara, hija de Victor Jara; María de la Luz Hurtado, gestora de la donación; y el académico Hernán Quintana, tras firmar el convenio que entregaría su material fotográfico a la universidad en la ceremonia de donación. Créditos: Karina Fuenzalida.


La emotiva ceremonia tuvo lugar el viernes 31 de mayo en la Sala del Honorable Consejo Superior de la UC. Entre los asistentes se encontraban el rector, Ignacio Sánchez; la vicerrectora de Comunicaciones y Extensión Cultural, Rosa María Lazo; el decano de la Facultad de Artes, Alexei Vergara; el director de la Escuela de Teatro, Mario Costa; la gestora de la donación, María de la Luz Hurtado; familiares, amigos y destacadas personalidades del teatro chileno, así como también Amanda Jara, hija de Víctor Jara.

"Esta donación no solo enriquece nuestro acervo cultural, sino que también subraya la importancia de preservar y compartir nuestra historia. La “Colección Hernán Quintana” no es solo un tesoro para los investigadores y académicos, sino también un legado para las futuras generaciones, que podrán aprender e inspirarse en la vida y obra de Víctor Jara. Esto es esencial para mantener viva la memoria histórica y cultural del país", fueron las palabras del decano de la Facultad de Artes, Alexei Vergara.

Colección Hernán Quintana

La donación de la "Colección Hernán Quintana" implica un conjunto de 216 negativos en blanco y negro, donados por el profesor emérito UC, a partir de 3 sesiones de foto que hizo con el cantautor entre 1967 y 1968. Hernán Quintana, quien en su juventud era un fotógrafo aficionado, conoció a Victor Jara en un curso de inglés avanzado en el Instituto Chileno-Británico de Cultura, ya que tenía la intención de salir del país a hacer un doctorado en Estados Unidos o Inglaterra. Fue ahí donde se formó la complicidad entre ambos y se hicieron amigos.

"Victor ya era conocido como cantautor popular y yo a menudo andaba con mi cámara fotográfica en esos días. Un día Víctor me invitó a ir en su citroneta al pueblo Lonquén, cerca de Talagante, donde él se había criado. Llevé la cámara y tomé fotos de personajes del pueblo mientras Víctor los saludaba y conversábamos", recuerda Hernán.

Víctor Jara en Casa de la Cultura de Ñuñoa. Año 1968. Fotografía Hernán Quintana. Fuente Archivo de la Escena Teatral UC.

Las fotografías que conforman este acervo fueron tomadas en tres ubicaciones: la casa de Hernán Quintana, la localidad de Lonquén, donde Víctor Jara vivió su infancia y parte de su adolescencia, y la Casa de la Cultura de Ñuñoa, donde el cantante impartía talleres de teatro y folklore. La mayoría de estas imágenes son inéditas y nunca antes compartidas.

"Conociendo lo difícil que son los archivos. Es un trabajo arduo, silencioso. No muy glamoroso, por así decirlo, pero tan importante. Son como las piedritas que tenemos que ir juntando para mostrar a futuras generaciones, nuestra historia, nuestra identidad. Son hermosas las fotos, hermosas las de Lonquén. Así que yo agradezco mucho que esto sea resguardado aquí. Esperamos continuar teniendo esta complicidad porque mi papá es de Chile, es de Latinoamérica y también del mundo", expresa Amanda Jara, hija de Victor Jara, en la conmovedora ceremonia.

"Cuando el sol se inclinaba,
lo encontré,
en un rancho sombrío,
de Lonquén" (Letra de "El Lazo", canción Víctor Jara)
.

Para el cantautor y director teatral su gente lo era todo. Eso se ve reflejado en la sesión que Hernán le hizo en Lonquén, donde el principal foco no era él, sino ellos. Lo que a Víctor realmente le interesaba era retratar a su querido pueblo. Apenas saliendo en unas cuantas fotos en foco, buscó darle el protagonismo a sus paisajes y a sus personajes.

"Aquí hay un acto ético de Hernán y de Víctor, porque no es que Víctor haya querido ir a estar con el paisaje de "estoy en Lonquén". Lo que a él le importa es Lonquén y la gente de ahí", comenta María de la Luz Hurtado, del Programa de Investigación y Archivo de la Escena Teatral UC, sobre cómo se ve reflejada en las fotografías donadas, la importancia de Lonquén para Víctor Jara, pueblo que lo vio crecer de los 3 a los 13 años.

Las fotografías tomadas en Lonquén se complementan con otras dos sesiones, capturando la esencia de Víctor Jara en momentos de intimidad y reflexión. En blanco y negro, se resaltan los rasgos de Víctor en la casa de Hernán Quintana, donde improvisaron retratos frente a una ventana de madera, jugando con los contrastes de luz y sombra. Él canta con su guitarra una melodía suspendida en el tiempo.

En la Casa de la Cultura de Ñuñoa, se le ve con un chaleco negro y jeans en un parque, mirando a la cámara o esquivando el lente. En total, son 120 fotos organizadas en varias secuencias, donde despliega su intensidad actoral e interpretativa. Más tarde, el profesor le cedió algunas copias al cantautor, de las cuales un par fueron publicadas en 1971 en un artículo de la revista Paula, y otras en la carátula de un disco. El resto de las imágenes permanecieron inéditas, hasta ahora.

"Salvo esas fotos, todo el resto de la donación permanece inédito. La oportunidad de darle un lugar seguro y ordenado al conjunto de fotos es algo que le añade valor y que en este acto aprovecho de reconocer. Junto a ello existe la posibilidad que el material sirva para algún estudio sobre Víctor Jara y su historia, por lo que me complace expresar mis agradecimientos al señor rector, a la Facultad de Artes y en su Escuela de Teatro", expresa Hernán Quintana sobre su donación al Archivo de la Escena Teatral UC.

Los negativos guardados por Quintana han sido conservados como una cápsula del tiempo. En el fondo, muestran el retorno del artista a sus inicios en el campo chileno, el cual forjó sus raíces, su ideario y su contexto cultural.

"Conociendo lo difícil que son los archivos. Es un trabajo arduo, silencioso. No muy glamoroso, por así decirlo, pero tan importante. Son como las piedritas que tenemos que ir juntando para mostrar a futuras generaciones, nuestra historia, nuestra identidad. Son hermosas las fotos, hermosas las de Lonquén. Así que yo agradezco mucho que esto sea resguardado aquí. Esperamos continuar teniendo esta complicidad porque mi papá es de Chile, es de Latinoamérica y también del mundo", expresa Amanda Jara, hija de Victor Jara, en la conmovedora ceremonia.

Víctor Jara con poblador en Lonquén. Año 1967. Fotografía Hernán Quintana. Fuente Archivo de la Escena Teatral UC.

Fotógrafo Autodidacta

El profesor emérito de la UC Hernán Quintana, conocido en la comunidad científica por el descubrimiento del llano de Chajnantor (donde hoy se encuentra ALMA), comenzó su interés por la fotografía en su infancia. Su padre, abogado, estaba a cargo de un juicio relacionado con una radioemisora en quiebra. En la parcela de su familia, Hernán se encontró con numerosos instrumentos eléctricos descartados que le llamaron la atención: transformadores, lentes variados y una vieja cámara fotográfica.

"En los años 1966 a 1969 me agarró el hobby de la fotografía", recuerda Hernán Quintana.

En la universidad, un compañero le prestó una cámara Zorki de 35 mm, una copia rusa de la famosa Leica, a la que pocos tenían acceso en esa época. Con ella, Hernán comenzó a sacar todo tipo de fotos. Al poco andar, adquirió su propia cámara más profesional, una Nikkormat de Nikon, con la que fotografió a Víctor Jara.

"En ese tiempo recibí una invitación para integrarme como fotógrafo la revista Paula, de reciente formación. Este fue un golpe de suerte ya que varios de sus fotógrafos eran muy reconocidos y yo un total desconocido, sin siquiera un laboratorio fotográfico", comenta el profesor emérito UC.

Dado esto, tuvo que armar un laboratorio fotográfico artesanal para poder revelar, al menos, sus propias películas en blanco y negro; condicionó el baño de visitas como laboratorio de revelado y construyó una ampliadora casera usando un tarro de galletas, otro de leche Nido y una lupa.

"Pocos años después, cambié los lentes de la cámara fotográfica por los lentes y espejos, algo más grandes, de los telescopios, familiares estrellas y galaxias lejanas".
 


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