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Historiadora UC reivindica el 12 de febrero como día de la Independencia y revela el rol ciudadano e


El 12 de febrero de 1818 en Santiago, Talca y Valparaíso se realizó un acto republicano para declarar oficialmente la Independencia de Chile. La historiadora UC, Lucrecia Enríquez, busca reivindicar esta fecha y dar a conocer procesos que hasta ahora eran desconocidos. Enríquez publicó recientemente el libro “Historia, memoria y olvido del 12 de febrero de 1818. Los pueblos y su declaración de la independencia en Chile”.

Cuadro de la Independencia

Antiguamente, todo Chile celebraba la Independencia el 12 de febrero. Hasta 1837. Ese año se firmó un decreto que condensaba las celebraciones republicanas en la semana del 18 de septiembre. La verdadera fecha en que se declaró la separación de nuestro país con la corona española quedó entonces en un irremediable olvido que la historiadora UC, Lucrecia Enríquez, busca reparar.

Recientemente, la académica publicó el libro “Historia, memoria y olvido del 12 de febrero de 1818. Los pueblos y su declaración de la independencia en Chile” con el fin de reivindicar la importancia de todo el proceso que rodeó a este hito. Entre los hechos determinantes de esta conmemoración, ocurrida simultáneamente en Santiago, Talca y Valparaíso en 1818, existe una desconocida consulta ciudadana, donde el pueblo fue llamado a manifestarse respecto de si deseaba o no la independencia.

Enríquez relata que el tema de investigación llegó a ella y que todo comenzó cuando la prensa relevó la disputa entre Talca y Concepción, ciudades que querían ser reconocidas como el lugar donde había sido la declaración de esta fecha. “Siempre me llamó la atención que no se celebrara y se ignorara el día de la declaración de Independencia que es el 12 de febrero. Cuando se desató este conflicto en un contexto periodístico, y aparecieron historiadores y personas vinculadas a la cultura opinando, decidí prestarle atención al tema”. En ese entonces, Enríquez desarrollaba un proyecto Fondecyt –que sigue su curso-, sobre cabildos y su papel en periodo de la Independencia.

Fue así que la historiadora decidió involucrarse. Comenzó analizando la documentación que revisó Luis Valencia Varia, cuya tesis era citada para justificar que la Independencia fue en Concepción el 1 de enero de 1818. Sin embargo, la historiadora confirmó que no existía documentación que así lo avalara, sino todo lo contrario. Ese día, en efecto, el ejército del sur esperaba el desembarco de las tropas españolas que buscaban reconquistar el territorio, pero las fuerzas independentistas finalmente se retiraron.

“Ninguno de los grandes historiadores de Chile del siglo XIX, como Barros Arana, Amunátegui o Vicuña Mackenna y otros del siglo XX fecha la independencia en ese momento en Concepción. Viendo los errores de interpretación que existían me di cuenta de que había un tema más profundo”. Hoy el tema, agrega Enríquez, es de interés político e interesa a autoridades locales. Pero la relevancia de aclarar la verdad histórica, apunta, se vincula a la memoria e historia nacional y latinoamericana.

“La independencia de un país es un hecho muy relevante y en este caso se requería investigación de archivo. Es una temática olvidada y delante de la cual muchos historiadores han seguido de largo”, señala.

Reescribir la historia

La declaración de independencia de un país, continúa la historiadora, representa el momento fundacional de un Estado, un contrato jurídico. “Así se entendió bajo los parámetros de modernidad política de ese momento. Como se expresaba la soberanía del pueblo”.

El 12 de febrero de 1818 simultáneamente en Santiago, Talca y Valparaíso se realizó la ceremonia de jura y declaración de la independencia. En Talca la presidió Bernardo O´Higgins. En los días posteriores también se llevó a cabo la declaración en todos los pueblos y ciudades de Chile. “En cada país se buscaron formas propias de declarar la independencia de acuerdo a la cultura política local. Es original el caso chileno comparado con otros lugares donde, por ejemplo, se realizó en congresos de diputados”.

“La conmemoración en Chile tuvo el lenguaje al que el pueblo estaba acostumbrado, el de las juras de los reyes, en la que se transmitía la soberanía de un rey a otro. El 12 de febrero de 1818 el pueblo chileno abjuró de Fernando VII y juró la independencia del estado chileno”, añade Enríquez, quien hace un llamado a reescribir la historia de este periodo y desmitificar lo que ocurrió el 18 de septiembre de 1810, ocasión en que se formó la Junta Gubernativa del Reino de Chile en nombre de Fernando VII.

Asimismo, la académica recuerda la relevancia de personajes históricos que, si bien son reconocidos, no se estima su incidencia en el proceso. O´Higgins, por ejemplo, era director supremo y junto con el Gobierno directorial dieron los pasos definitivos para que todo culminara en la declaración de 1818. “Además, el gran olvidado es el pueblo chileno. La independencia no fue sólo un acto militar. Antes, no se había puesto atención a que en los cabildos se declaró la independencia y que en ellos se hizo la consulta al pueblo por medio de libros de registros de firmas sobre si creían que había llegado o no el momento de que se la declarara, lo que fue una verdadera consulta ciudadana”

Enríquez recuerda además a José San Martín. “Hay que reubicarlo en el proceso. Volver a mirar esa alianza con ejército libertador, pero no en un sentido heroico y apologético. Él era militar, pero también un gran político”. Finalmente, hace un llamado a no enseñar errores. “Esta historia no puede permanecer oculta. Ojalá más personas tomen esta bandera y puedan considerarlo”.

Sobre la publicación:

Este libro estudia la afirmación soberana de los pueblos chilenos tras el desmembramiento de la Monarquía española (1810), el proceso que condujo a la declaración de la independencia el 12 de febrero de 1818 y cómo la sociedad contemporánea participó. Asimismo, analiza la desaparición de la fecha en la memoria nacional, en relación con el énfasis dado al 18 de septiembre de 1810. Dos siglos después, lo que en aquel momento fue considerado como el acto fundacional del Estado, se convierte en una incógnita para los historiadores del presente, que tratan de responder cuándo y cómo Chile se independizó.


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