Incendio en la Amazonía: académicos UC explican por qué es una tragedia ecológica para el mundo y nu
Hace tres semanas que voraces incendios afectan este territorio rico en biodiversidad, generando preocupación mundial y críticas ante las políticas medioambientales. Expertos de la UC explican lo que significa una de las tragedias ecológicas más importantes de nuestra región.
Más de 74 mil focos se han detectado desde hace más de 20 días en la selva amazónica. El número de incendios forestales ha sido registrado por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (Inpe) de Brasil, cifra que es todo un récord en ese país, y que, representan un 82% más en comparación con la misma fecha del año 2018. Pero los incendios –los más grandes de los últimos siete años– se han localizado, además, en Paraguay y Bolivia, países que también cohabitan en esta importante cuenca de biodiversidad del planeta.
Inicio de los incendios
El origen del fuego apunta a la acción humana. “Las quemas han sido utilizadas por décadas en Brasil para abrir terrenos a la agricultura y a la ganadería. Y hoy tenemos esta tragedia en un momento en que la Tierra está en un punto de quiebre”, señaló Cristián Bonacic, experto en cambio climático y académico de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal UC.
Los fuertes vientos y la falta de precipitaciones se han sumado a las quemas agrícolas descontroladas, empeorando el escenario y amenazando gran parte de la superficie del Amazonas que, en su totalidad, equivale a la mitad de la superficie de EE.UU.
Quemar bosques para despejar tierras es una técnica utilizada desde finales del siglo XIX y principios del XX como metodología para despejar terrenos. “Pero hoy en día ése ya no es el camino”, aseguró Pablo Osses, profesor del Instituto de Geografía UC. “Ya nadie quema bosques para introducir ganadería. Y si se realiza –que ya es un error– es necesario contar con un conjunto de acciones e intervenciones premeditadas y prediseñadas, y aplicarlas inmediatamente después de la quema para evitar la erosión, que es la pérdida total de suelo”, aclaró el académico.
Estos incendios han puesto en riesgo entre el 17% y 20% del agua del planeta, y el 20% del oxígeno mundial, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). El peligro amenaza al 10% de la biodiversidad del mundo, unos 6,7 millones de kilómetros cuadrados de bosque y el hábitat de más de 34 millones de personas, incluyendo alrededor de 500 pueblos indígenas.
Consecuencias a corto plazo
Es tan devastador el escenario que los expertos advierten que la crisis climática se agudizará a causa de las emisiones de carbono provenientes de la quema de materia orgánica, reduciéndose; además, la capacidad de absorción de dióxido de carbono por parte de los ecosistemas.
Recientemente, en un viaje académico por el Amazonas, el profesor Cristián Bonacic pudo constatar que en pocos metros cuadrados hay especies únicas aún no descritas para la ciencia. “Se estima que hay más de tres millones de especies entre animales, insectos y plantas y solo el 1% de las plantas medicinales han sido descritas, de las cuales se han obtenido productos farmacéuticos importantes. Si el Amazonas se extinguiera por completo desparecerían más de 400 especies de mamíferos, más de mil especies de aves y un sin número de insectos y plantas sin ser conocidas”, precisó el experto.
Los bosques de la Amazonía tienen una función vital que es la de absorber el CO2 para liberar oxígeno. Esta vegetación realiza aproximadamente al 20% de la “función pulmonar” en el planeta, por lo tanto, "perder o dañarla es como tener un quiste o perder una fracción del pulmón. Es así de grave para la vida. La Amazonía es vital para el planeta entero, no solo para nuestra región", afirmó el académico del Instituto de Geografía UC, Pablo Osses.
La deforestación que se ha causado en el Amazonas ya ha ido generando un círculo vicioso de menos lluvias y períodos prolongados de sequías en esta zona del planeta, y agudizando aún más el problema del calentamiento global. “Probablemente, estos incendios caen en una condición histórica, y tenemos que empezar a pensar que esto va a ocurrir con mayor frecuencia, más aún con la ausencia de precipitaciones. Y si a esto se suman vientos fuertes, la tragedia es casi inevitable”, señaló Osses. A escala planetaria se pueden agravar todos los procesos de intensificación de aumento de la temperatura. “Hoy en día ya se ven los efectos que los científicos pronosticábamos como los menos probables porque eran los más extremos. Y se están dando los escenarios más extremos que habíamos predicho hace 20 años atrás”, subrayó Cristián Bonacic, por su parte.
¿Cómo evitar futuros incendios?
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), si se quieren evitar los incendios en el futuro es necesario combatir la deforestación e impulsar una reforestación, promoviendo medios de vida sostenibles.
“Tenemos que entender que la conservación de biodiversidad y el ecosistema no puede ser en contra de las actividades productivas, sino con ellas”, puntualizó Cristián Bonacic. “La humanidad tiene que ocuparse de este problema ahora y no en diez o 20 años más”, agregó. Y en ese sentido es importante la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas (COP25), evento que busca impulsar políticas activas para cuidar y proteger el planeta y que se realizará próximamente en Chile.
Pero “hay otro problema detrás de todo esto y es geopolítico. Tanto Brasil como Estados Unidos tienen gobiernos que no están muy convencidos de la veracidad del cambio climático ni de seguir implementando políticas de protección hacia el bosque amazónico”, según el académico.
Sequía en Chile
En relación a la megasequía que afecta a las regiones comprendida entre Coquimbo y La Araucanía desde hace más de una década, los expertos adviertieron que es difícil de revertir si continúa acentuándose el calentamiento global. Esta pérdida de lluvias ocurre en la década más cálida de los últimos 100 años, aumentando el déficit hídrico a través de la evaporación desde lagos y embalses.
La escasez de agua podría, incluso, aumentar entre un 30 y un 50% en muy pocos años, de no tomar medidas más eficientes. “En Chile no hay una política ni un trabajo de reforestación seria. Deberíamos pasar desde la temporada de incendios, tratando de extinguirlos para que no se expandan, a una política de restauración ecológica el resto del año con una redefinición de los paisajes de nuestro país”, concluyó Cristián Bonacic.