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La dramaturga Isidora Stevenson recibe el Premio Nuez Martín


El reconocimiento -otorgado por la Facultad de Letras y la fundación homónima- galardona de forma alternada novelas y obras de teatro publicadas o estrenadas en Chile. Este año destacó a la autora por “Niebla”.

Retrato de Isidora Stevenson en la Facultad de Letras UC

photo_camera  Isidora Stevenson consolida en la obra "Niebla" una dramaturgia que, tras una década de oficio, brilla para capturar la intimidad y memoria de diversas mujeres. Crédito imagen: Karina Fuenzalida, Dirección de Comunicaciones UC.

Una emocionada y agradecida Isidora Stevenson sube al podio a recibir el Premio Nuez Martín, que este año la Facultad de Letras y la Fundación Nuez Martín le han otorgado por su obra Niebla. "Cada vez que escribimos seguimos la huella que han dejado quienes han abierto caminos por los que transitamos hoy. Traigo, entonces, conmigo a todas esas que abrieron caminos. Hago hoy un ejercicio de memoria por esas antiguas. Estamos aquí, las de hoy, las de ayer y las de mañana”, dice conmovida al recibir la distinción. 

El Premio Nuez Martín que se otorga año tras año, desde 1994, destaca de manera alternada novelas y obras de teatro publicadas o estrenadas en Chile. En casi una treintena de ediciones del premio, cuatro mujeres lo han recibido. Por un fallo unánime, este año Isidora Stevenson se transformó en la quinta

Para el jurado conformado por Patricio Lizama, decano de la Facultad de Letras, Gonzalo Cortés, representante de la Fundación Nuez Martín, los académicos Cristián Opazo e Inés Stranger, la vicedecana Rosa María Lazo, que actuó como ministra de fe, Isidora Stevenson consolida en Niebla una dramaturgia que, tras una década, brilla para capturar la intimidad de diversas mujeres, "sobre todo de las olvidadas, las postergadas y las silenciadas".

Con respecto al premio, Gonzalo Cortés, representante de la Fundación Nuez Martín, cuenta que su fundador, el español José Nuez Martín, era un admirador del teatro, de la novela y de la historia. Los destinos de las obras de su fundación quedaron sellados en su testamento, con especial dedicación a "hogares de ancianos, la educación, las obras y el mantenimiento de la casa Rotary de San Bernardo, y un premio a la dramaturgia y la novela", dice, "así que nosotros estamos cumpliendo con su deseo". 

Isidora Stevenson junto a autoridades y académicos de la Facultad de Letras la Escuela de Teatro, y los representantes de la Fundación Nuez Martín. Crédito imagen: Karina Fuenzalida, Dirección de Comunicaciones UC.

"Cada vez que escribimos seguimos la huella que han dejado quienes han abierto caminos por los que transitamos hoy. Traigo, entonces, conmigo a todas esas que abrieron caminos. Hago hoy un ejercicio de memoria por esas antiguas. Estamos aquí, las de hoy, las de ayer y las de mañana” – Isidora Stevenson, premiada

Teatro en pantallas

La obra Niebla (2021) se estrenó en pandemia, cuando los teatristas hacían lo imposible para mantener vivo el oficio. Fue en ese contexto que la pieza teatral llegó a los públicos de manera virtual, a través del Teatro Finis Terrae, con las magistrales actuaciones de Gabriela Hernández y Gloria Münchmeyer, bajo la dirección de Soledad Gaspar, la curaduría audiovisual de Roberto Doveris y la música de Damián Noguera. 

Para Isidora Stevenson todo lo que se escribió en pandemia, y que no fue poco, pasará a la historia como parte de una nueva dramaturgia: el teatro virtual. "Creo que nunca antes añoramos los escenarios como en ese tiempo porque nada puede reemplazar ese espacio de encuentro, de intimidad colectiva, de oscuridad y silencio en el que todo parece ser posible, porque lo es", dice la autora.

Así nació Niebla, una obra que invita a oír las voces tenues de aquellas mujeres senescentes que en una coyuntura signada por el confinamiento pandémico van quedando en los bordes de las estructuras familiares. Una trabajadora doméstica y una matriarca amenazada por el olvido, Carmen y Nena, a través de un diálogo remoto en el inclemente Zoom, se brindan ternura, un antídoto contra la desafección que propicia la tecnología, la ansiedad y el abandono que se disfraza de cotidianidad.

"Es una obra sobre dos mujeres que una vez que enlazan sus vidas ya no les es posible desenlazarlas. Una historia que podría ser sorora, de hermandad, pero como el género y la clase son un tejido enredado, no hay igualdad entre ellas. Lo único que las iguala es la soledad y el encierro en el que está ese pasado que fue la pandemia, en el que las personas mayores fueron infantilizadas y aisladas, como si ya no tuvieran suficiente", explica Stevenson.

"Niebla" se estrenó virtualmente en 2021, en pandemia, con las actuaciones de Gabriela Hernández y Gloria Münchmeyer. Crédito imagen: Teatro Finis Terrae.

Mientras las acotaciones de la obra delinean con agudeza los infranqueables límites de la soledad, los diálogos despojados de artificios van tejiendo las expresiones cotidianas que, bajo una aparente sencillez, expresan esos deseos y medios, afectos y distancias que muchas veces se prefiere no oír. Niebla demuestra que para Stevenson el arte de escribir dramas es, ante todo, un arte de la escucha, un arte en que la autora cede la palabra a quienes como Carmen y Nena, no han tenido derecho a usarla

"Soy una convencida de que no basta con tematizar, lo importante son las perspectivas desde las que desarrollamos la historia, la apertura, la óptica y la proyección de esas como un ejercicio de memorias futuras, de caminos que pueden seguir abriéndose. Por eso escribo. Porque creo en la capacidad transformadora de las palabras, catalizadores de mundos desconocidos, pasados y futuros. Viajeras del tiempo poderosas que hacen aparecer lo olvidado y lo inexistente", señala con convicción.

Abriendo caminos

Isidora Stevenson se abrió camino en la dramaturgia desde hace más de una década. Se emociona al recordar a todos sus referentes femeninos que la encausaron en su búsqueda: su abuela, su mamá, profesoras, bibliotecarias, autoras. "A todas ellas les debo este premio", confiesa. Mujeres –muchas de ellas sin voz o poco reconocidas– que la guiaron para tener su propia voz. 

Inspirada en su abuela, Stevenson escribió una obra pensando en las innumerables mujeres a las que no les fue permitido abrirse camino en lo que realmente querían hacer o que ni siquiera pudieron permitirse soñarlo. "A todas esas mujeres mayores, a esas antiguas, está dedicada Niebla", sentencia

Ramón Carbó Nuez, presidente de la Fundación Nuez Martín, fue el encargado de entregar la distinción a Isidora Stevenson. Crédito imagen: Karina Fuenzalida, Dirección de Comunicaciones.

"La lectura y la escritura fueron las orillas a las que logré llegar cada vez que me estaba ahogando. ¿Cómo yo iba a osar escribir dramaturgia si este era un territorio exclusivo de los hombres?", reflexiona. Caso ejemplar es el de Isidora Aguirre, quien mientras amamantaba y criaba escribió uno de los textos dramáticos más importantes de la historia del teatro chileno, La pérgola de las flores. La autora "nunca fue reconocida con un premio nacional", dice Stevenson, "y nos abrió caminos". 

"Soy una convencida de que no basta con tematizar, lo importante son las perspectivas desde las que desarrollamos la historia, la apertura, la óptica y la proyección de esas como un ejercicio de memorias futuras, de caminos que pueden seguir abriéndose. Por eso escribo" - Isidora Stevenson, premiada

Ciertamente, antes y después de Aguirre, el oficio de las dramaturgas ha sido ese: abrir ataúdes, exhumar restos, destapar cofres, según Cristián Opazo, académico de la Facultad de Letras. "Esta es la tradición de las ancestras a las que honra Isidora Stevenson: escuchar las voces que sepulta la niebla para luego escribir lo que oye", sostiene.

Para Isidora Stevenson una forma de abrir caminos es nombrar, dar a conocer, citar, reconocer "y, claro, premiar". Porque cientos de mujeres fueron borradas de la historia del teatro y "gracias a investigadores que han desarrollado trabajos arduos y minuciosos, pirquineando nuestra memoria olvidada, hemos podido conocer", recalca. 

*Isidora Stevenson nació el 9 de febrero de 1981 en Los Ángeles, Chile. Estudió Teatro en la Universidad Arcis. En 2005 funda con otras personas el Teatro La Nacional donde dirige Little Medea en 2006, H.P. (Hans Pozo) en 2007, Safe en 2009, Fábula del niño y los animales que se mueren en 2012. Dirigió en 2012 para la XV Muestra de Dramaturgia Nacional la obra Chicago-New York y Una plaza para la Universidad de Playa Ancha. Como actriz ha trabajado en diversas puestas en escena: La ChanchaSantiago FlaytePolenNiñas ArañaEnsayos sobre la basuraEntelequiaSantiago High Tech, entre otras. En su dramaturgia destacan las obras Campo, Hilda Peña, Réplica y Bernarda, escrita junto a Luis Barrales y estrenada en el Teatro UC, entre otras.


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