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Profesor Arturo Yrarrázaval recibe el Premio Carlos Casanueva 2021


Al recibir el máximo reconocimiento que la universidad entrega a un académico, Arturo Yrarrázaval rememora las principales batallas que libró para que su facultad conquistara el liderazgo nacional en su área, a la vez que relata cómo ve en su calidad de profesor de derecho económico, lo que acontece en Chile.

Retrato del profesor, abogado y ex decano de la Facultad de Derecho, Arturo Yrarrázaval, en su hogar.

photo_camera El exdecano de Derecho estudió en la UC, obtuvo un Magíster en la Universidad de Nueva York y un Doctorado en Yale. Su especialidad es el derecho económico, y dentro de este, la libre competencia y los arbitrajes internacionales. Crédito: Karina Fuenzalida.

“La Universidad Católica avanzaba a 200 kilómetros por hora, y nosotros a 50”. Así describe Arturo Yrarrázaval en qué pie se encontraba la Facultad de Derecho en 2003, cuando asumió como decano, cargo que desempeñó siete años, hasta 2010. “Todos nos pusimos la camiseta, trabajamos un proyecto común, y logramos el liderazgo. En 10 o 15 años, la facultad cambió totalmente”.

Una de las iniciativas que impulsó junto a su equipo, fue contratar profesores jóvenes, muchos de los cuales estaban cursando postgrados en el extranjero. “El cuerpo docente cambió radicalmente. La media de edad cuando yo partí debe haber sido alrededor de los 60. Hoy es poco más de cuarenta”. La nueva oleada de profesores también inyectó energía en otras áreas. “La gran mayoría de los que habían estudiado fuera, eran también investigadores, así que pasamos de una investigación casi inexistente, a una de muy buena calidad”.

Crear programas de postgrado en la facultad fue otro de los objetivos de Yrarrázaval. “No existían magíster ni doctorado en Derecho, y creamos ambos con un esfuerzo increíble, basándonos en nuestras propias experiencias de estudios en el extranjero, viendo qué se podía aplicar en Chile”. 

En esa época -relata- predominaba la tendencia a valorar solo los magíster científicos, por lo que se vio motivado a iniciar una cruzada para impulsar los magíster profesionales.Hubo otros cambios en la visión imperante que el entonces decano de Derecho también promovió. “Cuando la investigación comenzó a ser medida sobre la base de los papers, yo dije, esto no es para nosotros. En nuestra área lo relevante son las publicaciones en revistas jurídicas”. 

 

“Todos nos pusimos la camiseta, trabajamos un proyecto común, y logramos el liderazgo. En 10 o 15 años, la facultad cambió totalmente” - Arturo Yrarrázaval, académico, Premio Carlos Casanueva 2021.

A través de su experiencia en el Honorable Consejo Superior de la UC, en la comisión de evaluación de otras unidades académicas y en los procesos de elección de decanos, Arturo Yrarrázaval llegó a la conclusión de que cada una de las 18 facultades que tiene la Universidad Católica eran un mundo en sí, y que los esfuerzos por homogenizar a nivel institucional se topan muchas veces con las características propias de cada facultad.

Según Yrarrázaval, este es un desafío que se ha encarado acertadamente. “Una de las fortalezas que tiene esta universidad es el equilibrio entre la homogenización y la heterogeneidad de sus facultades. Hay un respeto mutuo muy importante”. 

El edificio de la Facultad de Derecho, un sueño alcanzado

En el repaso de los hitos que marcaron los dos períodos consecutivos como decano, uno muy destacado es la construcción del edificio de la Facultad de Derecho, inaugurado en 2009.

“De las 18 facultades éramos la única sin edificio propio. La idea de construirlo fue muy bien recibida, pero no teníamos los recursos”, cuenta Yrarrázaval. “Decidimos entonces hacer un fundraising (captación de fondos) al estilo norteamericano. Por primera vez organizamos una comida para crear la noción de exalumnos de Derecho, propiciando reencuentros y recuerdos. Y en una segunda comida, les mostramos la maqueta del edificio y los invitamos a hacer donaciones. ¡Fue un éxito espectacular! El 100% del edificio fue financiado por donaciones de nuestros profesores, personal administrativo, empresas y estudios de abogados”. 

Patio de la Facultad de Derecho, Casa Central, en donde se aprecia, a la derecha, el edificio de esa unidad. Imagen tomada previo a la pandemia.

"El 100% del edificio (de Derecho) fue financiado por donaciones de nuestros profesores, personal administrativo, empresas y estudios de abogados" - Arturo Yrarrázaval, académico, Premio Carlos Casanueva 2021.

La crisis política en Chile

También es relevante que bajo la dirigencia de Yrarrázaval, Derecho se convirtió en pionera en incorporar alumnos a primer año, pertenecientes a familias vulnerables. “Nos ha ido bien como universidad en esto, pero todavía queda mucho por hacer en lo que se denomina acompañamiento. Es un trabajo de hormiga que demanda muchos recursos y voluntarios”.

—¿Cómo describiría el proceso social que está viviendo Chile?

—Como una ebullición de frustraciones muy variadas que se fueron produciendo a través del tiempo a la que se agregó el factor desigualdad. Es una frustración con rabia, muy preocupante.

—Como profesor de derecho económico, ¿considera que los dueños de grandes empresas y sus ejecutivos debieran hacer un mea culpa por algo que no haya funcionado bien en Chile?

—Mucho mea culpa a mí no me gusta. Prefiero que sea uno solo y bien hecho. El tema es de una complicación enorme. Le pongo un ejemplo: las colusiones. Es lo más vergonzoso que puede existir en cualquier mercado en el mundo. Pero resulta que hay colusiones gravísimas y otras poco importantes. En Chile, generalizadamente, se dice que este es un país de grandes abusos económicos. No creo que lo sea. Hay una diferencia entre la percepción que tiene la gente y lo que realmente ocurre.

—¿Cuáles son sus expectativas frente a la redacción de una nueva Carta Magna?

—Es un proceso que veo con optimismo siempre y cuando haya un buen trato interno entre los constituyentes, y una capacidad de alcanzar acuerdos. Si no se dan los dos tercios vamos a quedar con una Constitución disminuida y empobrecida, reducida a puras generalidades. Algo que me toca analizar a fondo son los derechos económicos y sociales. Es razonable que la Constitución consagre el derecho a la vivienda, por ejemplo, algo que hoy no está. Todos los demás están. Pero la consagración es lo mínimo. La Constitución no genera políticas públicas ni en vivienda, ni en trabajo, ni en nada. Todo eso corresponde a la ley. Y si se aprueban los derechos en forma muy fantasiosa va a haber problemas cuando queramos ejercerlos y nos digan que no hay plata para financiarlos. 

—El nuevo escenario que se está conformando, ¿cómo influye en los futuros desafíos para la universidad?

—Nuestra universidad, al igual que otras, va a tener desafíos muy grandes. Me preocupa especialmente el económico. Con la multiplicación de los derechos sociales no van a haber fondos fiscales para las universidades. La fórmula que encontraron los planteles norteamericanos para el financiamiento universitario es la de los tres tercios. Un tercio son matrículas – aquí hoy es 80% o 90%-, otro tercio son los fondos de reserva patrimonial (endowment), y el tercer tercio son servicios; investigación para empresas públicas, gobierno y empresas privadas, venta de servicios. En cuanto al endowment, hay que considerar que en Estados Unidos hay grandes exenciones tributarias para las donaciones. 

Trayectoria

Arturo Yrarrázaval es parte de la séptima generación de abogados en su familia. Y es el sexto de siete hermanos hombres. A su vez, tiene siete hijos, uno de los cuales también estudió Derecho, pero después tomó otros rumbos, mientras que otros dos son economistas, dos son médicos, y dos son profesoras. En cuanto a nietos, hasta el momento suman 13. 

El exdecano de Derecho estudió en la UC, obtuvo un magíster en la Universidad de Nueva York y un doctorado en Yale. Su especialidad es el derecho económico, y dentro de este, la libre competencia y los arbitrajes internacionales.

Su trayectoria profesional incluye el haber sido decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, y socio de estudios de abogados, actividad que mantiene actualmente en Yrarrázaval, Ruiz-Tagle, Ovalle, Salas y Vial

Uno de los proyectos que tiene para futuro es escribir un nuevo libro, que se sumaría a otros dos ya publicados, que son un manual de derecho económico, y un diccionario de términos jurídicos económicos. “El diccionario me costó sangre, sudor y lágrimas. Lo escribí porque abogados y economistas generalmente no se entienden, y muchas veces es por un tema de lenguaje”.  


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