Teología presenta el primer cierre formal del ciclo de planificación estratégica

El 18 de mayo recién pasado, en la sala del HCS y con la presencia del prorrector Guillermo Marshall y de autoridades de la universidad y de la Facultad, tuvo lugar la presentación del cierre del Plan Estratégico 2018-2022 de la Facultad de Teología, el primer trabajo que responde al Sistema de Aseguramiento Interno de la Calidad que está implementando la Dirección Superior desde la Prorrectoría.

La presentación estuvo a cargo del decano Fernando Berríos, quien junto a su equipo directivo dio curso formal al cierre del trabajo de cinco años de la facultad, y con ello marcó además el comienzo de un nuevo ciclo de aseguramiento de la calidad.

En esta línea, el decano Berríos manifestó que el proceso de cierre del Plan Estratégico 2018-2022  los ha desafiado como Facultad a hacerse cargo de importantes compromisos contraídos con la Universidad y con su propia comunidad, con ocasión del acta de acuerdo firmada el 9 de octubre de 2018. “Fue un trabajo de evaluación que significó un gran esfuerzo de revisión y análisis de un gran caudal de información en diversos ámbitos de nuestro quehacer”, señaló. Esos ámbitos se resumen en los cuatro grandes ejes del Plan: comunidad de la Facultad; internacionalización; investigación; y compromiso con la misión de la Universidad y de la Iglesia.

“Fue un trabajo de evaluación que significó un gran esfuerzo de revisión y análisis de un gran caudal de información en diversos ámbitos de nuestro quehacer”- decano de la Facultad de Teologia, Fernando Berríos.

Así también, Berríos destacó la continuidad que se ha evidenciado en los análisis que se expresaron en la evaluación final del Plan Estratégico 2018-2022. “Esta continuidad habla de objetivos logrados, pero no plenamente, por diversos factores, y que requerirán seguir siendo abordados. Pero también habla de la perspectiva de futuro de importantes desafíos que han guiado nuestro quehacer como Facultad en los últimos cinco años. Enfrentamos la tarea de diseñar el próximo Plan Estratégico con entusiasmo y esperanza, y también con gran sentido de realidad”, manifestó el decano.

Berríos destacó también  el trabajo de equipo realizado en la elaboración del informe final. “Sin ese trabajo colaborativo, habría sido imposible alcanzar a tiempo el objetivo. El aporte de todos los miembros de nuestros equipos de trabajo, así como de la comunidad toda, ha sido decisivo no solo en esta ocasión, sino en todo el desarrollo del Plan Estratégico”, precisó.

Con miras hacia el futuro

La importancia de la actividad del 18 de mayo radica en que marcó un hito en el proceso de planificación estratégica que la universidad inició hace más de quince años en las facultades y unidades académicas de manera complementaria a los planes de desarrollo institucionales que han estado en marcha en la institución desde el año 2000.  

A fines de esa década comienza una etapa destinada a potenciar el esfuerzo de las facultades y de la Dirección Superior para que sean las propias unidades académicas las que hicieran sus planes estratégicos, enmarcados en los planes de desarrollo de la universidad y de acuerdo con sus intereses, sus necesidades y en consideración a su propia naturaleza.

"Esta continuidad habla de objetivos logrados, pero no plenamente, por diversos factores, y que requerirán seguir siendo abordados. Pero también habla de la perspectiva de futuro de importantes desafíos que han guiado nuestro quehacer como Facultad en los últimos cinco años"- Fernando Berríos, decano de Teología.

Así, gracias al aprendizaje y a las experiencias recogidas en los primeros años, tanto por parte de las facultades como de la Dirección Superior, liderada por el prorrector Guillermo Marshall, se decidió cambiar la modalidad de elaboración de estos planes con miras a seguir avanzando. Para ello a partir de 2016 se incluyeron mejoras importantes en el proceso, tales como la incorporación de la visita de pares expertos internacionales y un trabajo profundo y exhaustivo de reflexión interna.

Finalmente, el 2022, la universidad aprobó una política de calidad y mejora continua que apunta a la capacidad de autorregulación de las unidades, de su capacidad para reflexionar sobre sí mismas y ver oportunidades de avances, y donde los planes estratégicos juegan un rol fundamental en la institución.