Adolescentes y las redes sociales
A comienzos de este mes, Noruega hizo noticia por algo muy particular: en el país nórdico entró en vigor una nueva ley que “obliga” a las personas influyentes en redes sociales a declarar si sus fotos en los posteos están retocadas. Así, quienes las vean pueden saber si gracias a herramientas digitales, como Photoshop o los filtros de las aplicaciones, su abdomen se ve más plano, la piel más tersa o los labios más voluminosos.
La idea, según reportan medios internacionales, como BBC y La Vanguardia, es un esfuerzo del gobierno “para reducir entre los jóvenes la presión por cómo luce su cuerpo”, ya que con tanto filtro —muchos de ellos produciendo cambios imperceptibles a primera vista—, a veces se hace difícil distinguir qué es real y qué es fruto de la virtualidad y el talento en la edición. (…)
Otro problema que se ha visto en las redes sociales es algo que en Instagram, por ejemplo, ha comenzado a popularizarse con el término FOMO (de Fear of Missing Out, acrónimo en inglés de “miedo a perderse algo”). El síndrome corresponde a la angustia que cada vez más sienten los usuarios al ver la vida “maravillosa” que publican otros y el temor que genera la sensación de estar perdiéndose alguna vivencia increíble o de tener una vida poco fabulosa en relación con los demás. (…)
Germán Morales, psicólogo y académico de la Escuela de Psicología de la U. Católica, advierte que, más que prohibirle a un adolescente que use su computador o celular para que no ingrese a internet —medida que, afirma, tiende a ser poco efectiva—, “los padres y madres deben dialogar más (con los hijos) para compartir y entregar criterios sobre lo que ven. Un diálogo propositivo, donde no solo se le pregunte qué visita (en línea), sino una conversación acerca de cosas que los padres han visto en esos sitios e interpelen a los adolescentes para que les den una opinión al respecto y así ir comentando mutuamente”. (...)
Leer artículo launch