¿Cómo cambió Chile después del estallido?
A dos años de la chispa que encendió el estallido social, pareciera que la percepción de la ciudadanía sobre algunos temas también ha cambiado. Según una encuesta publicada por el Centro de Estudios Públicos (CEP) a mediados de septiembre, un 30% opinaba -en agosto de 2021- que la democracia en Chile funcionaba “mal” o “muy mal”. Esta cifra alcanzaba un 47% en diciembre de 2019.
El mismo sondeo plantea que existe un cambio con respecto a los efectos que se espera podría tener una nueva Constitución. En agosto de 2021, un 49% respondió que esta “probablemente ayude a resolver los problemas” de Chile, frente al 56% que opinaba lo mismo en diciembre de 2019. Asimismo, en agosto un 15% consideró que “probablemente empeore la situación actual”, opción por la que, hace dos años, se decantaba un 6% de los encuestados.(...)
“Post 18 de octubre se democratizó la incertidumbre”, comenta, por su parte, Juan Pablo Luna, académico de la Universidad Católica e investigador asociado del Instituto Milenio para la Investigación en Violencia y Democracia, VIODEMOS. “Quienes sentían que vivían en un oasis hoy ven el desierto de frente. Quienes estaban en el desierto, siguen ahí (…). El resto sigue transitando un camino árido, en un desierto que se ha vuelto aún más seco, por la crisis social desatada por la pandemia, por la carestía, y por las debilidades de una institucionalidad estatal que cuando está presente, usualmente trata mal”, agrega.
En ese sentido, Luna apunta a que, en el Chile post 18-O, “contamos con una oportunidad de renegociar los parámetros de una salida colectiva de ese desierto. Es una oportunidad tenue y frágil, pero aún está abierta, en una sociedad que ha vuelto a descubrir ciertos sentidos colectivos que estaban consumidos por el individualismo, la desesperanza de muchos y la complacencia de otros”. (...)
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