De manifestantes a apáticos: los perfiles de la calle chilena tras el 18-O
¿Cuál es el perfil de los manifestantes que salieron a la calle en todo el país a partir del 18 de octubre de 2019, empujando el cambio a la Constitución que hoy se discute en la Convención Constituyente, entre muchas otras cosas?
A dos años del estallido, los académicos Loreto Cox (Escuela de Gobierno UC), Ricardo González (director del Laboratorio de Encuestas y Análisis Social UAI) y Carmen Le Foulon (coordinadora Programa de Opinión Pública CEP) buscaron dar con esa respuesta, para muchos, aún indescifrable.
Lo hicieron cruzando una serie de datos obtenidos de la encuesta realizada por el Centro de Estudios Públicos de fines de 2019 y comienzos de 2020.
El perfilamiento lo elaboraron a partir de una pregunta inicial: si los encuestados participaron en las manifestaciones del estallido social, y cuántas veces lo hicieron. A partir de ello, los autores del estudio obtuvieron cinco grupos: los “manifestantes frecuentes” (17%), que corresponden a aquellas personas que fueron más de una vez a las protestas; los “manifestantes de una sola vez” (9%), todos aquellos que dijeron haber ido exactamente en una ocasión; los “simpatizantes” (36%), quienes apoyaban las manifestaciones, pero nunca fueron a una; los “opositores” (20%) que son los que expresan rechazo a las protestas, y los “apáticos” (18%), quienes se acogían a la fórmula de no sabe/no contesta ante la consulta de su posición sobre las manifestaciones.
Los investigadores destacan en su trabajo un punto relevante: que el factor socioeconómico no es tan relevante a la hora de explicar quiénes salieron a la calle.
“El apoyo al estallido no proviene de los más desaventajados socioeconómicamente”, concluye Loreto Cox, como se podría suponer. “Sí hay un componente fuertemente generacional en quienes apoyaron activamente el estallido”, agrega.
Otra de las conclusiones de la investigación comprueba que el uso de las redes sociales fue muy importante durante el estallido. “Los manifestantes frecuentes se quejaron de la cobertura de los medios tradicionales, lo que derivó en una caída abrupta de la confianza en todos ellos, particularmente en la televisión. En contraste, la confianza en las redes sociales era muy alta entre los manifestantes, lo que puede estar asociado al uso que le dieron como herramienta de organización… En contraste, los simpatizantes, opositores y apáticos tienden a desconfiar de las redes sociales”. (...)
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