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La Tercera

Día sin auto


Foto de Ricardo Hurtubia
Profesor escuelas Ingeniería y Arquitectura, investigador Cedeus
Esta semana se celebró el “día sin auto” tanto a nivel internacional como local. Muchos se preguntarán de dónde viene la idea de esta celebración, que invita a evitar algo que mucha gente considera lo más natural del mundo, casi un derecho adquirido.

El uso excesivo del automóvil es uno de los principales problemas de las ciudades modernas. Existen abundantes estudios científicos que analizan las externalidades asociadas al uso del automóvil: congestión, contaminación, ruido, siniestros viales y un uso desproporcionado del escaso suelo urbano, entre otros. La conclusión es que estas externalidades se traducen en importantes costos sociales, en general muy superiores a los impuestos pagados por la compra y uso del automóvil. Lo opuesto ocurre con el transporte público, la bicicleta y la caminata, lo que justifica facilitar su uso o incluso subsidiarlos.

Un estudio realizado en la Universidad Católica de Chile (Rizzi y de la Maza, 2017) estimó que el costo social del uso del automóvil en Santiago es de $500 por kilómetro recorrido (en hora punta). Así, un viaje en auto al trabajo de 5 km de largo implica un costo social de aproximadamente 1,2 millones de pesos al año. Tributos como el permiso de circulación o el impuesto al combustible están lejos de cubrir estos costos (el último, por ejemplo, debería ser al menos 10 veces más alto para lograrlo). Es importante considerar que este valor subestima el impacto de las emisiones de CO2 y el cambio climático, por lo que es razonable asumir que el costo social real del uso del automóvil es muy superior a esos 500 pesos por km. (...)


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