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El Mostrador

Explotación ilegal de huiro amenaza costas del norte de Chile


Foto de Alejandro Pérez Matus
Profesor Facultad Ciencias Biológicas
Más de 600 mil toneladas del alga conocida como huiro palo exportó nuestro país en el 2020, negocio que dejó más de 1.200 millones de dólares. Hoy estos números representan más del 20% de lo que China importa en algas, lo que deriva en cremas, cosméticos y hasta cervezas. Sin embargo, este boom de exportación ha impulsado la extracción ilegal de las algas y con esto, nefastas consecuencias para el ecosistema marino.

Quizás no es algo que se sepa mucho, pero el huiro está en muchos productos que consumimos diariamente. En shampoos, cremas, gel, jaleas e incluso se usa en la elaboración de ortodoncia y cervezas. Es el alginato, compuesto que deriva de las algas y que tiene una gran demanda, sobre todo en China. Con el auge de este producto, ha crecido la demanda por extracción de algas y Chile, un país privilegiado en costa, es uno de los mayores exportadores de alga picada a China, Japón y Francia.

El alga más extraída en nuestro país es el huiro, macroalgas pardas que se dan en costas rocosas, de aguas frías y de poca profundidad, formando un ecosistema rico en biodiversidad: los bosques de algas.

Cada huiro es el hogar de más de 150 especies que se asocian a las distintas partes del alga y dan refugio a otras como los peces de roca, moluscos, cangrejos, caracoles. Son el nido de muchos de estos animales, que depositan sus huevos y se reproducen en dicho lugar.

Además, los bosques marinos funcionan de la misma manera que un bosque terrestre, es decir, son los responsables de transformar el CO2 en oxígeno, lo que es especialmente relevante cuando hablamos de cambio climático.

Según Alejandro Pérez, biólogo marino que lleva años estudiando estos organismos desde la Estación Costera de Investigaciones Marinas de la UC, en Las Cruces, el método de barreteo está generando que estas especies no se vuelvan a reproducir. Es decir, los bosques de huiros en Chile no se están reforestando. “Hemos visto en algunos puntos cambios bien drásticos, donde la recuperación del huiro ha sido nula, como en Tongoy, Caldera, algunas zonas del norte, donde ha cambiado el paisaje del bosque marino, debido a la extracción masiva”, explica Pérez.


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