Importancia de las humanidades
Muy necesario el debate respecto de las humanidades. Para poder visualizar por qué es urgente un correcto desarrollo de estas puede ser de utilidad revisar ejemplos actuales. Un primer caso son las reacciones dicotómicas que genera la inteligencia artificial (IA).
Por una parte, se visibilizan grandes beneficios (ejemplo, diagnóstico médico), a lo que se contrapone el temor a los peligros de esta tecnología (ejemplo, plagio, sesgos, impacto laboral). ¿Cómo podemos explicar lo anterior?
Quizás una parte de la respuesta está en que la TA avanza a velocidades vertiginosas, desacoplada de un anticipamiento de las humanidades que evite que dichas tecnologías se vuelvan contra el ser humano.
Ejemplos similares abundan a lo largo de la historia y por eso resuenan las palabras de Benedicto XVI ("Salvados en esperanza", 2007), al decirnos que "si el progreso técnico no se corresponde con un progreso en la formación ética del hombre... no es un progreso, sino una amenaza para el hombre y para el mundo". Un segundo ejemplo de un florecimiento equivocado de las humanidades es su efecto nocivo en la democracia.
Como indica Martha Nussbaum ("Sin fines de lucro”, 2010), la democracia necesita de las humanidades, ya que estas permiten potenciar el pensamiento crítico, la capacidad de argumentación y el discernimiento ético, entre otras habilidades.
Sin ir más lejos, las dañinas situaciones de convivencia que se observan en las universidades en parte podrían explicarse por la falta de un apropiado desarrollo y práctica de las humanidades. El debate abierto es una gran oportunidad para sumarse a la invitación que han hecho otros de sus lectores a abrir una conversación de cómo salvar y potenciar las humanidades, y hacerlo de forma autocrítica y sin autocomplacencia.
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