Hay una nueva forma de poder, cuyos ejemplos paradigmáticos son Donald Trump y Elon Musk, en la que el control se ejerce no reprimiendo la verdad, sino multiplicando las narrativas hasta el punto en el que es imposible fijar una referencia. Es una nueva arquitectura de la realidad, dice el filósofo chino Jianwei Xun, y la llama “hipnocracia”, concepto que presentó en un artículo de la revista Le Grand Continent, y que también da nombre a su primer y hasta ahora único libro.
“En ‘Hipnocracia’, Jianwei Xun revela los mecanismos a través de los cuales opera el poder en la era de la percepción digital”, se explica en el sitio web del autor (jianweixun.com). “Aunque la mayoría de los análisis se centran en fenómenos como las noticias falsas o la posverdad, Xun revela una transformación más profunda”. (…)
La semana pasada se descubrió que el filósofo y su obra son en realidad una creación de quien hasta entonces figuraba como su traductor, el ensayista italiano Andrea Colamedici, en colaboración con dos plataformas de inteligencia artificial. (…)
La filósofa Gabriela Arriagada-Bruneau, profesora de la Universidad Católica, especializada en ética de la IA y datos, y autora del ensayo “Los sesgos del algoritmo”, cree que el caso de Jianwei Xun sí es una “novedad relevante” respecto de lo que ya hemos visto de estas herramientas digitales.
“Primero, no se trata solo del uso de IA como herramienta técnica, sino de una coautoría intencional en la producción de pensamiento filosófico, con el objetivo explícito de
intervenir en el debate público”, explica. “Esto desdibuja las fronteras entre autor y asistente, entre sujeto pensante y máquina, poniendo en discusión nuestros criterios de credibilidad epistémica”.
“Además”, agrega, “introduce una dimensión performativa: la IA no solo asiste, sino que participa en la creación de una obra que interpela críticamente a la sociedad. Que esta obra haya sido reconocida por el mundo académico y mediático antes de conocerse su origen artificial, representa un salto epistemológico y ético en la relación entre IA y humanidades que no debemos dejar pasar como una simple anécdota”. (…)