Solidaridad
Su pensamiento está tan vigente hoy como hace varias décadas atrás, pues la solidaridad debe ser la columna vertebral bajo la que se estructura nuestra sociedad.
Tenemos que avanzar hacia un Chile profundamente solidario, en el que cada uno de sus ciudadanos jugamos un rol fundamental: no solo con campañas sociales esporádicas, sino comprometiéndonos como comunidad. Eso sólo se logra dejando atrás el individualismo y entendiendo que el de al lado es un hermano, igual en dignidad. La solidaridad sin fraternidad no es más que un activismo social al que recurro de vez en vez para dejar mi conciencia tranquila. La invitación es a seguir el consejo del padre Hurtado a hacer de la solidaridad un estilo de vida. Aquí está la esencia de la anhelada paz social.
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