Todo al revés...
¿Cómo no se escribe un artículo sobre el Espíritu Santo? Si le preguntas a un profesor de periodismo te respondería diciendo que hay que evitar decir banalidades, que hay que evitar decir cosas demasiado difíciles y, por último, que tiene que contener unas indicaciones bien prácticas… Pido de inmediato disculpas al lector, pero yo no voy a hacer eso. No puedo. Y es que el Espíritu Santo es demasiado sencillo como para no decir algo sobre el que suene banal, es demasiado profundo como para no decir algo difícil sobre él y su misterio llena tanto el corazón de asombro que es mejor quedarse gustando esta sensación que estropearla poniéndose a hacer cosas que por nobles y justas que sean, finalmente nos sacan de la necesidad de gozar del misterio del Espíritu Santo, contemplándolo.