Vivir en áreas catalogadas de alto riesgo
Son 174 las poblaciones, villas o barrios, de 31 comunas de la Región Metropolitana, que viven esta dura realidad: tiroteos, comercio y consumo de drogas en la vía pública, “soldados” del negocio ilícito que circulan armados y abandono policial. Ese es el resultado de esta tercera investigación de CIPER sobre las “zonas ocupadas”, territorios en que el Estado está prácticamente ausente y las normas las impone el narco. La primera publicación se hizo en 2009 y la segunda en 2012.
Según el académico de Ciencia Política, para que el Estado esté “en serio” en estos territorios debe imponer su presencia como solucionador de conflictos vecinales. Volver a incidir en la vida cotidiana de las personas como un actor realmente útil para mejorar la calidad de vida. Ese rol lo ha perdido frente a los capos narcos:
"Lo que hacen las organizaciones criminales como el narco es solucionar los problemas cotidianos de la gente. Si tú tienes un hijo enfermo, los tipos te pagan los medicamentos. Si tienes un problema con la escuela, los tipos extorsionan a la escuela. Hay toda una necesidad de mediación, de demandas y de conflictos que en estas zonas los órganos criminales solucionan y gestionan como si fueran el Estado, porque son un Estado paralelo. El Estado tiene que recuperar esas funciones", asegura Luna.
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