25 años de Medicina Familiar UC

Recientemente, en la Facultad de Medicina de la UC celebró  los 25 años del Programa de Medicina Familiar, “un hito significativo que revela la madurez que ya ha alcanzado esta disciplina de la Medicina en nuestro país”, según señala el rector Ignacio Sánchez en una columna que publicó El Mostrador este 19 de octubre.  Dice que esto se ha logrado gracias al tesón de académicos, profesionales, personal técnico y auxiliar que han puesto lo mejor de sí para sustentar y mejorar el aporte de estos especialistas a la medicina nacional. A través de un trabajo formativo, clínico y de investigación, que se expresa en un aporte concreto a la salud de nuestros habitantes.

A continuación, Sánchez  revisa la  historia de  estos 25 años. En el año 1993 se crea el Programa de Medicina General del Adulto, al cual se agrega al año siguiente el Programa de Medicina General del Niño. Ambos programas surgieron como respuesta a la necesidad de desarrollar una formación médica sistemática y de excelencia en el ámbito de la atención primaria de salud (APS). Hasta ese momento -sostiene -,  el énfasis de la formación médica de las escuelas de medicina en el país era hospitalario, y no existía una mayor reflexión y formación académica en el escenario ambulatorio general, que es precisamente donde se produce el primer contacto y el seguimiento (post-hospitalario) de la mayoría de la población con problemas de atención en salud. Diez años después se inicia el trabajo del Departamento de Medicina Familiar en la Escuela de Medicina UC, el que consolida la labor académica universitaria ya desarrollada a través del Programa.

La Medicina Familiar aborda los problemas de salud que surgen en el núcleo mismo de la sociedad que es la familia. La labor y misión del Departamento de Medicina Familiar es colaborar en el desarrollo de la atención primaria de salud del país, por medio de la formación de médicos clínicos especialistas, con un fuerte enfoque humanista de la persona y su familia, y con una actitud de excelencia en servicio a la comunidad. Respecto de su visión, apunta el rector,  el Departamento se orienta al desarrollo profesional en la especialidad, con un fuerte liderazgo en docencia clínica, con investigación en atención primaria de reconocimiento nacional e internacional, excelencia asistencial, y con un enfoque humanista y cristiano de la persona y su familia. Un gran aporte a la medicina nacional.

El Programa de Medicina General debe su existencia al trabajo mancomunado de varios actores relevantes. Por una parte, señala  Ignacio Sánchez, el  entusiasmo de un grupo de médicos jóvenes egresados de la UC, con un liderazgo visionario, altamente motivados por desarrollarse en la APS en forma académica.  Según dice, el apoyo de la Facultad de Medicina fue esencial para llevar adelante un proyecto innovador que tuvo en el principio altos grados de incertidumbre y fragilidad. Luego de un período inicial, y siguiendo la tendencia de desarrollo especialmente presente en EEUU, Canadá y España,  el Programa de Medicina Familiar “acentúa el enfoque sistémico de la especialidad, incentiva el trabajo interdisciplinario y promueve la continuidad del cuidado en salud”, manifiesta.  Además, agrega, el modelo familiar aporta un modelo integral de enfoque biopsicosocial de gran relevancia en la medicina actual.

Uno de los aspectos distintivos del Departamento de Medicina Familiar ha sido su capacidad de establecer alianzas estratégicas. En sus inicios dos tipos de alianzas fueron claves para su desarrollo: el trabajo coordinado entre los Departamentos de Medicina Interna, Pediatría y Salud Pública al interior de la Escuela de Medicina, y por otra parte la vinculación, a través de convenios, con diferentes municipalidades en Santiago y sus centros de atención de salud ambulatoria.  “Estas alianzas permitieron combinar la formación académica con la labor clínica y el servicio a la comunidad”, explica el rector. Adicionalmente, la creación del Consorcio de Salud y Medicina Familiar bajo el amparo de ASOFAMECH es un ejemplo de trabajo colaborativo que el Departamento ha logrado, en conjunto con los programas de formación de la especialidad de todas las universidades chilenas.

Luego, Ignacio Sánchez enfatiza la  relevancia  del aporte que han entregado el Departamento de Medicina Familiar y  los centros Áncora de atención primaria -ubicados en las comunas de Puente Alto y La Pintana-, a las políticas de salud pública del país. En el año 1998 el Departamento asume el desafío de gestionar un Centro de Salud Familiar al interior de la Red UC (CESFUC) basado en el modelo de salud administrada, y a partir del año 2004 se inicia el proyecto ANCORA a partir de una donación realizada a la UC. Esta donación contempló la implementación de una red de tres centros de salud en áreas de alta vulnerabilidad social, que actualmente beneficia a más de sesenta y cinco mil habitantes de sectores vulnerables. En las proyecciones futuras  -agrega el rector-  se incluye el Centro de Innovación en Salud Ancora II, para la resolución de la patología secundaria de esta población, como una respuesta a los grandes y nuevos desafíos sanitarios que tenemos en Chile.

La Medicina Familiar aborda los problemas de salud que surgen en el núcleo mismo de la sociedad que es la familia.  “La labor y misión del Departamento de Medicina Familiar es colaborar en el desarrollo de la atención primaria de salud del país, por medio de la formación de médicos clínicos especialistas, con un fuerte enfoque humanista de la persona y su familia, y con una actitud de excelencia en servicio a la comunidad”, sostiene. Respecto de su visión, dice que el Departamento se orienta al desarrollo profesional en la especialidad, con un fuerte liderazgo en docencia clínica, con investigación en atención primaria de reconocimiento nacional e internacional, excelencia asistencial, y con un enfoque humanista y cristiano de la persona y su familia.  Y, agrega,  un gran aporte a la medicina nacional.

 

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