Académico de Harvard aborda en visita a la UC cómo los procesos históricos impactan en la economía
Las secuelas de la esclavitud que afectó a más de 20 millones de personas que fueron trasladados forzadamente a las Américas a partir del siglo XV siguen azotando a África. El destacado investigador canadiense Nathan Nunn descubrió que este proceso histórico todavía genera desconfianza entre los individuos e impacta especialmente sobre la economía.
Ocurrió hace poco. Un grupo de médicos internacionales recorrió diversas zonas de África occidental para realizar exámenes de VIH y vacunar preventivamente a la población frente a enfermedades de riesgo. Sin embargo, reiteradamente se encontraron con personas que se rehusaron a recibir atención. ¿La razón? Una profunda desconfianza hacia la medicina occidental, cuyo origen se remonta a la década de 1930, cuando especialistas de la salud llevaron a cabo diversas campañas para combatir la enfermedad del sueño (Tripanosomiasis africana). Los procedimientos incluyeron en dicha época el suministro de atoxil, una droga tóxica que generó ceguera en un 20% a 30% de los pacientes que recibieron el medicamento.
“Por más que hayan pasado más de 80 años, el recuerdo de esta lamentable situación sigue vivo en la comunidad a través de relatos y canciones. Hay personas que tienen algún abuelo o familiar que resultó afectado”, contó Nathan Nunn, economista canadiense y académico de la Universidad de Harvard, al referirse a una investigación que llevaron a cabo algunos de sus estudiantes. Nunn visitó el Instituto de Economía de la Universidad Católica hace unas semanas y realizó diversas conferencias para académicos y estudiantes de postgrado.
Nunn se ha dedicado a estudiar sobre cómo ciertos procesos históricos siguen determinando conductas e incluso afectan la economía. Entre otras conclusiones, pudo demostrar que el comercio de esclavos africanos ocurrido a partir del siglo XV, y que tuvo como destino principal el continente americano, generó una profunda desconfianza que perdura hasta hoy y que sigue incidiendo en las relaciones comerciales. “Generalmente los economistas creemos que las decisiones de negocios se adoptan en base a mucho raciocinio y cálculo, pero la verdad es que están muy determinadas por nuestras creencias, sentimientos, valores e historia”, aseguró.
El economista explicó que en su estudio comprobó que las áreas más afectadas por el proceso de esclavitud en África son las que hoy también registran mayores niveles de desconfianza. “Frente a preguntas como ‘¿confías en tu familia?’, dependiendo de la zona, hay entre un 30% y un 50% que responde ‘no’, mientras que en Estados Unidos apenas obtienes un 2%”, comentó.
El académico estimó que cerca de 20 millones de africanos fueron “vendidos” como esclavos y explicó que muchas veces el comercio era intermediado por personas cercanas y conocidas por la comunidad. “Esto generó una desconfianza que irremediablemente se ha traspasado a las generaciones de hoy y que provoca problemas, por ejemplo, en la entrega de préstamos o pagos a plazo”, afirmó.
Enfoque interdisciplinario
Nathan Nunn destacó la necesidad de fortalecer el trabajo académico interdisciplinario. En sus investigaciones relacionadas al continente africano ha colaborado con historiadores, antropólogos y psicólogos, entre otros. “Nos hacemos preguntas muy parecidas y todos queremos saber cuáles son los factores que determinan que una sociedad sea exitosa”, puntualizó. Asimismo, afirmó que cada disciplina aporta herramientas diferentes. “Por ejemplo, los economistas somos buenos para evaluar los datos y también hemos aportado con el análisis cuantitativo a este tipo de investigaciones”, añadió.
Según Nunn, el estudio de la historia no sólo permite comprender algunas de las razones que explican el origen de la desconfianza en algunos países africanos, sino que también resulta importante en la generación de políticas públicas eficientes. “Debes entender la historia de un lugar para adaptar tu estrategia de intervención y generar comunicación”.
Para superar la falta de confianza el economista comentó que hay diversos caminos, pero una de las teorías sugiere que es relevante que se produzca un mayor contacto entre las partes, sobre todo, si existe animadversión. “Cuando las personas se conocen se dan cuenta de que sus contrapartes no son tan malas, la interacción resulta clave para construir confianza”.
Si bien Nathan Nunn explicó que no tiene proyectos de trabajo conjunto con académicos de la Universidad Católica en estos momentos, espera que en el futuro se pueda generar este tipo de colaboración. “Hay grandes economistas acá, como Francisco Gallego y Emilio Depetris-Chauvin, con quienes compartimos un interés común por el estudio de la evolución histórica de la economía, espero que podamos trabajar conjuntamente en el futuro”, sostuvo.