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En Región de Coquimbo

Académicos participan en proyecto que reutiliza aguas grises


Como parte de un proyecto INNOVA-CORFO, un grupo interdisciplinario de expertos UC implementó un sistema de tratamiento de aguas grises en establecimientos educacionales, pertenecientes a zonas con déficit hídrico crítico de la Región de Coquimbo. La colaboración de la comunidad fue fundamental para potenciar la sustentabilidad a largo plazo de este proyecto.

Sistema de riego con botellas de plástico en un jardín con plantas y árboles.

photo_camera Las aguas recicladas se utilizan dependiendo de las necesidades de cada colegio, pero principalmente para riego de espacios ornamentales y recreacionales. Créditos foto: Geografía UC

Uno de los grandes desafíos que debemos enfrentar como país es la escasez hídrica. De acuerdo al Balance Hídrico Nacional recientemente publicado por el Ministerio de Obras Públicas, las regiones entre Atacama y Maule registran déficits de precipitaciones entre un 62% y un 80% comparado con el promedio histórico 1981-2010, situando a julio de 2021 como el mes más seco desde 1998. 

Considerando este complejo escenario, que lleva años afectando el acceso al agua potable en las zonas rurales de nuestro país, se desarrolló el proyecto INNOVA-CORFO “Implementación de un prototipo sustentable para la reutilización de aguas grises en escuelas pertenecientes a zonas con déficit hídrico crítico”, que contó con la participación de docentes e investigadores de Ingeniería Hidráulica y Ambiental UC, la Facultad de Química y Farmacia UC, el Instituto de Geografía UC, la escuela de Biotecnología de la Universidad Mayor, la Fundación un Alto en el Desierto y la Municipalidad de Ovalle.

“La sequía avanza cada vez más y afecta más a zonas rurales”, explica Eduardo Leiva, profesor de la Facultad de Química y Farmacia y director del proyecto, detallando que en Chile el 72% de la superficie sufre sequía, 156 de las 345 comunas del país presentan riesgo de desertificación y un 38% de la población se ha visto afectada por la sequía. En el caso específico de Coquimbo, subrayó, que el 80% del déficit hídrico se ha producido en esa región, la que ha sido declarada Zona de Escasez Hídrica y Zona de Emergencia Agrícola. “La reutilización de aguas grises puede ser una respuesta a la sequía. En vez de utilizar el agua potable para regar, podemos utilizar las aguas grises para este mismo propósito”, afirma el académico.


Reutilización de aguas grises: aportando soluciones para la crisis hídrica

Pero ¿qué son las aguas grises? A diferencia de las aguas negras, las aguas grises provienen del uso doméstico resultante del lavado de manos, duchas y lavaplatos y pueden ser recuperadas mediante la instalación de mecanismos de limpieza y depuración de mediana complejidad y servir para el llenado de inodoros, riego o limpieza de exteriores. Por su parte, las aguas negras son aguas residuales contaminadas por elementos fecales y detergentes o sustancias no biodegradables que requieren de sistemas de canalización y tratamientos mucho más complejos.

“La reutilización de aguas grises puede ser una respuesta a la sequía. En vez de utilizar el agua potable para regar, podemos utilizar las aguas grises para este mismo propósito” - Eduardo Leiva, profesor de la Facultad de Química y Farmacia UC.

El objetivo del proyecto de reutilización de aguas grises fue optimizar e implementar un sistema de tratamiento de estas aguas, basado en un prototipo de filtración, que permitiera mejorar la calidad del agua alcanzando los estándares requeridos para su reutilización en el riego de árboles ornamentales, frutales y otras plantas de las distintas localidades.

Esta iniciativa surgió gracias a un concurso de Corfo para financiar proyectos que contaran con un prototipo ya desarrollado y que tuviese como objetivo resolver un problema social y/o medioambiental de manera sustentable y, como previamente se había realizado uno similar en la provincia de Limarí en 2017, los investigadores aprovecharon dicha experiencia y postularon un proyecto centrado en generar sistemas de reutilización de aguas grises, ahora incorporando también a establecimientos educacionales de las provincias de Elqui y de Choapa. 

Seis establecimientos educacionales receptores contaron con la ejecución de una obra física en la escuela para la instalación del filtro de aguas grises. Créditos foto: Geografía UC.

Trabajo sustentable con la comunidad 

El profesor Eduardo Leiva, precisa que el proyecto se realizó en colegios porque son “una estructura ideal para transferir conocimiento y nos permitían desarrollar un proyecto efectivo, dado que para generar la reutilización de aguas grises se necesitan determinados niveles de agua que es difícil de lograr en las casas”.

Por su parte, el profesor de Geografía UC e integrante del equipo ejecutor del proyecto, Rafael Sánchez, agrega que, de acuerdo con los datos obtenidos sobre el uso de agua potable en la región, descubrieron que un docente abre la llave en promedio 4,3 veces al día, durante 12,5 segundos cada vez, mientras que un estudiante abre la llave en promedio 3,4 veces al día, durante 21,1 segundos cada vez. “Hay una relación entre el número de alumnos de un establecimiento educacional y la cantidad de agua gris generada. A mayor cantidad de estudiantes, mayor cantidad de agua gris generada”, señala.
 
Para implementar este proyecto se seleccionaron 15 establecimientos educacionales de distintas localidades de la Región: seis establecimientos educacionales receptores, que contaron con la ejecución de una obra física en la escuela para la instalación del filtro de aguas grises, tres talleres medioambientales, una jornada de intercambio de experiencias y un seminario científico, y nueve establecimientos educacionales visitantes, con una jornada de intercambio de experiencias en la que se realizará un trabajo práctico relativo a la construcción y manejo del filtro y un seminario científico donde vieron el resultado del funcionamiento del sistema de reutilización de aguas grises. Cabe destacar que las aguas recicladas se utilizaron dependiendo de las necesidades de cada colegio, pero principalmente para riego de espacios ornamentales y recreacionales.

De acuerdo con los datos obtenidos sobre el uso de agua potable en la región,  un docente abre la llave en promedio 4,3 veces al día, durante 12,5 segundos cada vez, mientras que un estudiante abre la llave en promedio 3,4 veces al día, durante 21,1 segundos cada vez.

Otro aspecto fundamental para escoger establecimientos educacionales fue la posibilidad de generar una transferencia de conocimiento efectivo. “Buscamos potenciar la sustentabilidad a largo plazo de este proyecto y para eso resulta fundamental una colaboración con la comunidad y que esta se haga parte del proyecto. El sistema de tratamiento no solamente sirve como un sistema tecnológico que mejora la gestión de recursos hídricos para la comunidad educativa, sino que también sirve como un modelo para estudiar la calidad del agua, entender la química y biología del agua, porque hay muchos microorganismos en el proceso de tratamiento y también para comprender aspectos de tecnologías sustentables”, señaló el profesor Leiva.

El profesor Rafael Sánchez, que tuvo a su cargo establecer el proceso de transferencia a cada uno de los colegios de acuerdo con su contexto, especifica que participó “en la inserción social del proyecto en las comunidades educativas a través de la realización de talleres de educacional ambiental y cuidado de los recursos hídricos”.

La importancia de la interdisciplina 

El trabajo en conjunto fue fundamental para desarrollar esta iniciativa, asegura Eduardo Leiva: “A través de todo esto establecimos un proyecto que no solamente abarca aspectos tecnológicos, sino aspectos sociales de cada una de las comunidades. Nosotros no entregamos un sistema estandarizado de tratamiento, sin que buscamos generar un traje a la medida asociado a la realidad local. Nuestro objetivo no fue desarrollar un proyecto que mientras nosotros estemos en él pueda operar, sino que opere más allá de los limites en los cuales existe financiamiento para el proyecto. Nosotros lo instalamos, diseñamos, lo co-construimos con los estudiantes y después ellos se hacen cargo del sistema, lo operan y van a hacer que sea sustentable en el tiempo”, concluye.

Natalia Rebolledo, directora ejecutiva de la Fundación un Alto en el Desierto, valora y destaca el vínculo entre todos los actores que participaron en este importante proyecto: “estamos muy contentos de pertenecer a este proyecto como co-ejecutor y de llevar una relación de varios años con la UC y de compartir este proceso con las escuelas”.

Para conocer más sobre el prototipo que se diseñó y construyó para este propósito y las conclusiones del proyecto, puedes ver el aquí el webinar “Implementación de un prototipo sustentable para la reutilización de aguas grises en escuelas pertenecientes a zonas con déficit hídrico crítico”.


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