La apuesta por un futuro saludable y sustentable
Helados de cochayuyo ricos y bajos en calorías; fideos libres de gluten y altos en proteína a base de hoja de quínoa, y un recubrimiento natural que permiten extender la vida útil de frutas retrasando su descomposición, son algunas de las innovaciones creadas por investigadores UC que están disponibles para ser licenciadas por empresas interesadas en adquirir los derechos de estas tecnologías para llevarlas al mercado.
Promover una alimentación balanceada y nutritiva, que pueda responder a la exigente demanda de los consumidores, y que al mismo tiempo, su producción sea sustentable en términos medioambientales, son algunos de los desafíos actuales que enfrenta nuestra sociedad.
De acuerdo a un estudio publicado en 2019 por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), un 74% de la población adulta en Chile sufre sobrepeso u obesidad. Esto sitúa a Chile como el país de la OCDE con la tasa más alta de obesidad y sobrepeso, por encima de México (72,5%) y Estados Unidos (71%).
Por otro lado, según las proyecciones de las Naciones Unidas, la población mundial crecerá en un 72% entre 1995 y el año 2050, lo que implica otro reto para los sistemas de producción de alimentos, el uso de los recursos naturales y su impacto en el medioambiente.
En este contexto, el desarrollo de innovaciones para el rubro agroalimentario, basadas en investigación científica, se presenta como una respuesta a los desafíos que enfrentamos no solo a nivel nacional, sino mundial. El desarrollo de nuevos alimentos a partir de ingredientes locales, ampliamente disponibles y que tienen beneficios para la salud humana, es una oportunidad que investigadores de la Universidad Católica están impulsando desde hace varios años.
“La industria alimentaria en Chile y el mundo se enfrenta a grandes cambios y desafíos que requieren integrar la innovación como eje de su desarrollo. Queremos mostrarle a las empresas que las universidades somos potenciales socios y que podemos trabajar juntos en la búsqueda de soluciones que generen impactos positivos en las personas”, comenta Catalina Bay-Schmith, jefa de Transferencia para el área agroalimentaria de la UC.
Cochayuyo 2.0
El cochayuyo es un alga marina comestible que está presente en casi toda la costa de Chile, Nueva Zelanda y algunos lugares del Océano Atlántico. Es una alta fuente de vitaminas y minerales como potasio, hierro y yodo; alto en Omega 3 y bajo en calorías. Cien gramos solo aportan 52 calorías.
Sebastian Tobar, chef docente de la Escuela de Nutrición, lidera un equipo de investigación integrado por académicos y alumnos que han desarrollado innovadores alimentos que integran todas las propiedades y beneficios del cochayuyo, pero en formatos más populares entre los consumidores como vienesas y helado.
“Desarrollamos técnicas para dejar más neutro el sabor del cochayuyo para generar un helado, producto de consumo masivo en los niños. Es una buena opción para enmascarar el sabor del alga, y convertirlo en un alimento más amigable, manteniendo todos los beneficios del cochayuyo”, explica Sebastian Tobar.
“La industria alimentaria en Chile y el mundo se enfrenta a grandes cambios y desafíos que requieren integrar la innovación como eje de su desarrollo. Queremos mostrarle a las empresas que las universidades somos potenciales socios" - Catalina Bay-Schmith, Dirección de Transferencia y Desarrollo UC.
El poder de la quinoa
Otra innovación es la desarrollada por un equipo multidisciplinario integrado por investigadores de la carrera de Nutrición y Dietética, y la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal, entre ellos, el académico Francisco Fuentes. Se trata de una nueva formulación para el desarrollo de fideos a base de hojas de quinoa secadas y pulverizadas, que actualmente no tienen un uso comercial masivo. El resultado es una pasta libre de gluten y muy alta en proteínas, que ofrece una alternativa para celíacos y personas que buscan una alimentación saludable.
En comparación con los cereales tradicionales, la quinoa presenta una elevada cantidad de proteínas, con unas proporciones de aminoácidos esenciales que favorecen su asimilación. Es una buena fuente de vitaminas y fibra, no contiene gluten y se digiere bien. De hecho, su enorme valor nutricional ha hecho que se la considere como un “súper alimento” por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO.
Las pastas frescas a base de hoja de quinoa son un resultado de investigación surgido del trabajo de QuinoaLab, iniciativa formada por un grupo de investigadores de diversas disciplinas de la Universidad Católica, reunidos con el fin de promover el desarrollo de soluciones innovadoras a partir de este producto.
Otra innovación que está lista para salir al mercado es un recubrimiento comestible elaborado a partir de harina de quinoa, que permite extender la vida útil de alimentos mínimamente procesados, tales como frutas y hortalizas. El recubrimiento evita la pérdida de peso por deshidratación, retardando el crecimiento microbiano.
Todas estas innovaciones están disponibles para ser licenciadas por empresas u organizaciones interesadas en masificar estas tecnologías. “Para la Universidad Católica es muy relevante promover la llegada de sus resultados de investigación a la sociedad y el mercado”, comenta Catalina Bay-Schmith.
La Dirección de Transferencia y Desarrollo, perteneciente a la Vicerrectoría de Investigación, apoya la labor que realizan los investigadores de la UC a través del levantamiento de recursos para I+D aplicada, la protección de resultados de investigación, la validación temprana con la industria, la definición de las estrategia de masificación y comercialización, hasta la negociación y firma de contratos con las potenciales empresas interesadas.
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