Analizarán incidencia del Covid-19 en población indígena y afrodescendiente en Chile
La iniciativa busca estudiar las particularidades que ha tenido la pandemia en 45 comunas donde habitan pueblos indígenas y afrodescendiente, considerando factores de riesgo y protección presentes en cada territorio.
Actualmente no existe información sobre los efectos del COVID-19 en los pueblos indígenas y afrodescendiente en Chile. En este contexto, la subdirectora del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas, CIIR, académica del Campus Villarrica y del Instituto de Historia UC, Francisca de la Maza, encabeza el proyecto que analiza las repercusiones de la pandemia en este grupo de la población.
El estudio "Incidencia del Covid-19 en Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en Chile", que ya publicó su primer boletín, utiliza una metodología cualitativa, focalizándose en un total de 45 comunas a lo largo de Chile. El proyecto incluye entrevistas a personal del aparato público vinculado a las oficinas de Pueblos Originarios, salud municipal y referentes territoriales, así como conversaciones con las autoridades responsables de Salud y Pueblos Originarios a nivel nacional.
"Estamos cruzando toda esta información para conocer cómo ha incidido la pandemia en cada uno de los territorios abordados. Esto es algo que hasta ahora ha estado totalmente invisibilizado y que se asocia también con la falta de información cuantitativa. Hoy no existen datos fidedignos sobre cómo se ha comportado el Covid-19 en la población indígena y afrodescendiente, en cuanto al número de contagios y vacunados", explica la académica Francisca de la Maza.
Múltiples realidades y riesgos
Según el equipo investigador, la falta de medidas con pertinencia territorial ha afectado la comunicación de las medidas de protección frente al virus. Mensajes como el lavado de manos en zonas con escasez hídrica, o llamar a reducir la movilidad en lugares donde pequeños agricultores o comerciantes deben acercarse a zonas urbanas a vender sus productos, afecta la percepción de esta información en los entornos locales.
"Hoy no existen datos fidedignos sobre cómo se ha comportado el Covid-19 en la población indígena y afrodescendiente, en cuanto al número de contagios y vacunados" - Francisca de la Maza, académica UC y subdirectora CIIR.
Junto con ello, existen diferencias en los distintos pueblos a lo largo del territorio nacional. "Es muy diferente pertenecer a un pueblo aymara con una movilidad específica o a una comunidad colla que puede funcionar de modo autosuficiente, frente a sectores urbanos donde hay una desigualdad marcada por la pertenencia étnica, donde la gente debe trasladarse para sobrevivir ya que se encuentran muy desatendidos", asegura Francisca de la Maza.
Sobre los efectos hasta ahora registrados en territorios indígenas y afrodescendiente, existe evidencia de algunos que han sufrido un fuerte impacto."Hubo comunidades que se aislaron por un tiempo debido a barreras propias, cerrando sus comunidades, pero cuando llegó el virus, este se diseminó de forma explosiva, contagiando a mucha gente. Esto se ha observado en varios territorios, sobre todo, en comunidades más pequeñas y aisladas", comenta Natalia Caniguan, investigadora CIIR y directora del Instituto de Estudios Indígenas e Interculturales de la Universidad de la Frontera.
Los factores protectores
La investigación también pone énfasis en los llamados "factores protectores", como un modo de paliar los efectos de la pandemia en las comunidades indígenas. Un ejemplo es la comunicación a través de internet o celulares, en los casos en que esto es posible, permitiendo mantener vínculos a través de la tecnología, así como también el uso de formas tradicionales de medicina indígena como forma de prevención y cuidado de la salud mental.
"Hubo comunidades que se aislaron por un tiempo debido a barreras propias, cerrando sus comunidades, pero cuando llegó el virus, este se diseminó de forma explosiva, contagiando a mucha gente" - Natalia Caniguan, investigadora CIIR.
En ese sentido, las redes locales han tenido una gran relevancia en el contexto de crisis donde, según explica el estudio, se ha generado una mayor articulación y autogestión local, junto con la activación de redes de solidaridad. "También se ha evidenciado que en varias comunidades ha aumentado su productividad agrícola, fortaleciendo la producción y consumo alimentario autosustentable", agrega la subdirectora del CIIR, Francisca de la Maza.
El proyecto concluirá en noviembre de 2021 y dentro de sus resultados se espera la generación de un instrumento que permita identificar factores de riesgo y de protección en situaciones de crisis. Además, se conceptualizará en torno a una política pertinente en salud indígena, relevando prácticas locales de autogestión, liderazgo y redes de colaboración que puedan ser un aporte para las políticas públicas.
El primer boletín del proyecto está disponible aquí: Boletín N°1 - abril 2021