Atentado contra iglesias
El rector Sánchez se refiere al incendio y vandalismo que sufrieron la Parroquia de la Asunción y la Iglesia San Francisco de Borja en la denominada zona cero de la capital. Lo que hemos visto -apunta en una carta que publica El Mercurio-, requiere de una condena transversal de todos los partidos políticos y de sus dirigentes, -sin excepciones-, ya que nos presenta un camino muy peligroso de intolerancia que no podemos permitir en nuestro país. “La base en que se funda nuestra democracia es la paz y el rechazo a todo acto de violencia”, señala.
“Las recientes manifestaciones durante la conmemoración del primer aniversario del 18 de octubre han dejado graves actos de violencia que todos debemos rechazar de manera enérgica. Uno de los hechos más repudiables ha sido el incendio y vandalismo que sufrieron la Parroquia de la Asunción y la Iglesia San Francisco de Borja en la denominada zona cero de la capital. Ver la destrucción y en especial la reacción de sus responsables nos ha dejado con un profundo dolor y perplejidad. Esta acción de violentistas encapuchados es un acto salvaje y de barbarie, un grave atentado contra la cultura nacional y en especial contra la libertad religiosa en nuestro país. Para muchos compatriotas, lo que hemos visto nos afecta en lo más profundo de nuestro ser. Es un grave atentado contra nuestra fe y el respeto a la libertad religiosa para vivir de manera libre nuestra espiritualidad. Esta libertad debe ser uno de los pilares de la convivencia nacional.
"Para muchos compatriotas, lo que hemos visto nos afecta en lo más profundo de nuestro ser. Es un grave atentado contra nuestra fe y el respeto a la libertad religiosa para vivir de manera libre nuestra espiritualidad. Esta libertad debe ser uno de los pilares de la convivencia nacional"- Ignacio Sánchez., rector
Lo que hemos visto, requiere de una condena transversal de todos los partidos políticos y de sus dirigentes, -sin excepciones-, ya que nos presenta un camino muy peligroso de intolerancia que no podemos permitir en nuestro país. La base en que se funda nuestra democracia es la paz y el rechazo a todo acto de violencia. Es hora de tener claridad en rechazar la violencia,-independiente desde dónde esta se genere-, y también es hora de poner de relieve la importancia del respeto a las diferentes creencias de nuestros compatriotas.
Lo descrito cobra una especial importancia en la semana previa a un plebiscito de gran relevancia para nuestro país. Este es un momento clave en la historia y desarrollo nacional. Frente a estos condenables hechos, los católicos, -a la luz de nuestra fe-, seguiremos trabajando con la esperanza de que cada persona puede aportar al diálogo y a la paz para reparar este grave atentado a la convivencia nacional”.