Aves, bosques y abuelos ayudaron a recuperar la memoria en proyecto de la Araucanía
El proyecto “Escuchando a los Abuelos” vinculó a los niños y sus abuelos en escuelas rurales, a través de los pájaros y bosques. De esa forma, se gestó una cautivadora iniciativa que incluye relatos, memes y un mini-documental, para cultivar la memoria a futuro.
Las aves han influido profundamente en las culturas e identidades de Sudamérica, y Chile no es la excepción. Sin embargo, la devastación de la naturaleza ha generado una pérdida de la memoria biológica y cultural. Además, se presta menor atención a las personas mayores, quienes guardan ese conocimiento. Así ocurre en la Región de la Araucanía, donde se han olvidado saberes mapuche.
En la búsqueda por recuperar la memoria biocultural, nació el proyecto “Escuchando a los Abuelos“, una iniciativa impulsada por investigadores de la Universidad Católica Campus Villarrica, que buscó facilitar los diálogos intergeneracionales entre niños y abuelos en escuelas rurales mapuche en la Región de la Araucanía.
“Los humanos, como otros animales, somos eminentemente sociales. La memoria se va construyendo en las relaciones con otros seres. Hay trabajos maravillosos sobre la memoria biocultural en huertas, por ejemplo, pero faltan metodologías participativas que estén orientadas a cultivar esta memoria. A mantenerla viva. Nosotros pensamos en algo que incluya la transdisciplina, reconociendo que el conocimiento no está solo en la universidad, sino que está en todos lados. Está en el mundo popular, en los pueblos originarios, en los campesinos, y esos saberes hay que integrarlos”, asegura Tomás Ibarra, investigador del Centro de Desarrollo Local (CEDEL) y del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR) de la Universidad Católica, Campus Villarrica.
"El conocimiento está en el mundo popular, en los pueblos originarios, en los campesinos, y esos saberes hay que integrarlos” - Tomás Ibarra, investigador del Centro de Desarrollo Local (CEDEL)
La iniciativa, que fue publicada recientemente en el capítulo de un libro, se desarrolló en tres escuelas rurales, en comunidades mapuche ubicadas en Pucón y Curarrehue. Esta elección no fue mera casualidad, ya que el pueblo mapuche es el que ha acumulado más experiencia en dicho territorio. No obstante, también se ha observado una pérdida de la memoria en las generaciones más jóvenes.
En el proyecto se trabajó con 90 niños, cuyas edades fluctuaron entre los 6 y 12 años, además de contar con la activa colaboración del equipo pedagógico de cada escuela, incluyendo profesores, directores y maestros mapuche tradicionales o kimche.
Implementaron una metodología transdisciplinaria que siguió un ciclo de cinco pasos. De partida, se realizaron talleres de historia natural y narración de cuentos sobre las aves y los bosques, donde los estudiantes incluso construyeron nidos para entender esta compleja tarea que es crítica para la supervivencia de la avifauna.
Luego, los niños se convirtieron en investigadores, entrevistando y grabando a sus abuelos para conocer sus relatos sobre estos animales. Le siguió la transformación de la investigación en arte, donde las narraciones se expresaron en creaciones, como los memes.
La iniciativa se desarrolló en tres escuelas rurales, en comunidades mapuche ubicadas en Pucón y Curarrehue
“Comenzaron con la empatía, sintiéndose parte en el reflejo de las aves, entonces tenían que construir su propio nido. Siempre se hizo desde el juego, que es el lenguaje de la infancia. Participaron en relatos, microcuentos, juegos de adivinanzas y de habilidades perceptivas. También en terrenos y caminatas para recolectar piñones o plantas, para llegar de alguna u otra forma a la voz de los abuelos. Desde ahí llegaron a las familias y a su propio árbol, para recoger las historias y sintetizarlas en imágenes que podían ser un poco más modernas, en relación a los memes”, explica Jeannette Valenzuela, educadora rural y tallerista que trabaja en la gestión pedagógica de la escuela Loncofilo.
Pero, ¿por qué el proyecto “Escuchando a los Abuelos” giró en torno a las aves y los bosques? Porque sin ellos no hay memoria.
“Yo siempre digo que la pérdida de la memoria es el abandono territorial. Acá viven familias con nietos, que han recibido la enseñanza, han vivido la cultura y sus prácticas, por ejemplo, los nguillatunes.Tengo familiares mayores que yo, y busco en ellos el mapuzungún, pero no lo encuentro”, expresa Silvia Navarro Manquilef, kimche o educadora tradicional mapuche que vive en la comunidad de Huampoe, en Curarrehue.
Tomás Ibarra agrega que “por el trabajo que hemos desarrollado nos hemos dado cuenta de que las aves son muy importantes simbólica y materialmente. Hemos observado cómo los pájaros anuncian cambios en el clima. Hemos identificado entre 12 y 13 especies que de cierta forma lo hacen. Son verdaderos sistemas de pronóstico del tiempo, que anuncian de cierta forma que hay que juntar leña, que hay que enfardar o que hay que hacer la chicha”.
Fuente: Ladera Sur, Paula Díaz Levi
Vea el minidocumental “Mis abuelos me lo contaron: las aves y el bosque”.