CEVE UC va en ayuda de los hogares de adultos mayores en esta pandemia
En alianza con el SENAMA, el Centro de Estudios de la Vejez y el Envejecimiento de la Universidad Católica publicó una guía comunicacional para orientar a estos recintos en la actual crisis. Estas recomendaciones, destinadas a las residencias geriátricas, esperan mejorar el funcionamiento de sitios que hoy son el lugar más restringido de la sociedad frente a esta emergencia sanitaria.
Poco contacto, encierro, miedo, y la imposibilidad de ver a nuestros cercanos: así es la nueva realidad provocada por la expansión del covid-19, que ha afectado las relaciones personales y dinámicas diarias a lo largo de todo el mundo. Pese a que aquel escenario ya se ha vuelto común, existe un espacio donde todos estos factores han caído con más fuerza y rigidez: los hogares de adultos mayores, residencias que iniciaron una auto cuarentena antes que el resto del país, y cuyo panorama de retorno a una rutina normal se ve mucho más lejano.
Por este motivo, desde el Centro de Estudios de la Vejez y el Envejecimiento de la Universidad Católica (CEVE), se comenzó a idear un material especialmente pensado en estos recintos y su crítica situación frente a esta pandemia.
"Había bastante necesidad de apoyar a residencias geriátricas en su estrategia de comunicación, en todo su ecosistema: equipos de trabajo, familias y las propias personas mayores, que han visto su entorno completamente alterado", sostiene Macarena Rojas, investigadora del CEVE y directora del Programa de Adulto Mayor.
“En todo el mundo, los hogares de personas mayores son los espacios que se han visto más afectados, y fueron el primer dispositivo que tuvo restricción total de visitas. En España, casi el 50% de las personas fallecidas por coronavirus son personas que vivían en centros geriátricos. Entonces, estos sitios son un foco súper central en esta emergencia”, asegura Macarena Rojas. Y agrega que "era vital pensar en la salud mental tanto de los residentes como de los equipos de trabajo, ya que ellos son claves para que las residencias sigan funcionando, y es importante preocuparnos de todo el ecosistema de estos hogares".
“En todo el mundo, los hogares de personas mayores son los espacios que se han visto más afectados, y fueron el primer dispositivo que tuvo restricción total de visitas. Entonces, estos sitios son un foco súper central en esta emergencia”- Macarena Rojas, investigadora CEVE UC
La investigadora también lideró un comité de siete especialistas quienes elaboraron una guía con diversos lineamientos para estas residencias. El grupo de expertos estuvo compuesto por Carmen Luz Belloni del SENAMA; Sara Caro, académica de la Escuela de Trabajo Social UC y miembro del CEVE; Nicolás Cisternas, psicólogo especialista en psicogerontología y colaborador externo del Programa Adulto Mayor UC; Susana González, académica de la Escuela de Psicología UC y miembro del CEVE; Rosita Kornfeld, experta independiente en Naciones Unidas; y Mercè Pérez-Salanova, investigadora del Instituto de Gobierno y Políticas Públicas en la Universidad Autónoma de Barcelona.
"Era vital pensar en la salud mental tanto de los residentes como de los equipos de trabajo. Ellos son claves para que las residencias sigan funcionando, y es importante preocuparnos de todo el ecosistema de estos hogares" - Macarena Rojas, investigadora CEVE.
Un estrés de largo plazo
Algunas de las medidas tomadas para proteger a la población que vive en estas residencias, también han generado ciertos estresores adicionales. Los hogares de adultos mayores actualmente tienen prohibición de visitas de familiares: los Establecimientos de Larga Estadía (ELEAM), desde el 16 de marzo de 2020,comenzaron una cuarentena preventiva para evitar contagios.
Con esa determinación se limitó el acceso a estas residencias de cualquier persona que no cumpla funciones laborales dentro de ella, lo cual también consideró a las visitas de voluntarios, quienes solían ser un buen apoyo para el quehacer de los cuidadores y profesionales de estos recintos. A eso, además, se agregó la suspensión de las actividades grupales en cada centro geriátrico. "Las personas mayores extrañan ese contacto con la comunidad. Y los equipos de trabajo resienten su calidad de vida, porque están en la primera línea. Si bien no están en un hospital, tienen la tensión de ser un vector e infectar al mayor grupo de riesgo", explica Macarena Rojas.
"Las personas mayores extrañan ese contacto con la comunidad. Y los equipos de trabajo resienten su calidad de vida, porque están en la primera línea. Si bien no están en un hospital, tienen la tensión de ser un vector e infectar al mayor grupo de riesgo"- Macarena Rojas, investigadora CEVE.
En Chile, existen un total de 994 Establecimientos de Larga Estadía (ELEAM) con autorización sanitaria, en los cuales viven 24.214 personas mayores. Adaptar los turnos; asumir la sobrecarga de trabajo, y los nuevos requerimientos que se han sumado para comunicarse con el mundo exterior, son algunos de los cambios que están afectando a quienes cuidan de estos hogares.
Para enfrentar esta situación, el CEVE generó un protocolo especial con los ELEAM, enfocándose en tres áreas: favorecer la comunicación dentro del equipo, la comunicación con los residentes, y la comunicación con la familia o personas significativas del entorno. Todo, orientado a sostener un cierto nexo social que sea posible y facilite la rutina de estos segmentos en el largo plazo, porque estas residencias tardarán aún más en salir de la cuarentena.
En cuanto al lineamiento propuesto para la comunicación con la comunidad externa, los expertos indicaron 6 formas en que los trabajadores de estas residencias pueden establecer un sistema de contacto con las personas cercanas al adulto mayor:
- Asignar la tarea de apoyar en la comunicación de los residentes que lo requieran a los miembros del equipo que se consideren más idóneos (que tengan cercanía con la persona mayor y/o con la familia del residente, habilidad en el uso de tecnologías, tiempo y horario disponible, etc.).
- Establecer horarios para la comunicación con los familiares y/o personas significativas, y darlos a conocer de manera clara. De esta manera se evita la sobrecarga de la persona responsable. Se contará con la flexibilidad necesaria en caso de un acontecimiento que requiera medidas urgentes.
- Asignar la tarea de entregar información a los familiares y/o personas significativas a los profesionales o miembros del equipo que se considere más idóneos (quienes cuenten con habilidades comunicacionales, tiempo disponible, manejo de información amplia acerca de la situación de cada residente, etc.).
- Respetar la decisión de la persona mayor en caso de no querer recibir una llamada o hacer un contacto en un momento determinado. Si es posible tomar el mensaje y transmitirlo cuando la persona mayor esté dispuesta.
- Si es pertinente, entregarle instrucciones previas al familiar y/o persona significativa en cuanto a comunicar contenidos emocionalmente positivos y alentadores al residente, y evitar desbordes emocionales durante la instancia de comunicación.
- Respetar la privacidad de la comunicación entre el residente y sus familiares y/o personas significativas.
Para conocer más buenas prácticas de comunicación en residencias en la pandemia, puedes descargar la guía elaborada por el CEVE aquí, o visitar el sitio web: comunicacioneleam.blogspot.com