Chema Madoz: “Siempre me ha interesado encontrar una falla dentro de la realidad”

En los primeros años de vida de Chema Madoz (1958), hay un evento que el fotógrafo español identifica como su despertar visual. Eso sucede cuando su madre lo inscribe en clases particulares, Madoz va a la casa de una profesora y no hay escritorios disponibles. Allí, ella le dice "no te preocupes", le acerca un banco y le abre la puerta del horno de su cocina: "Usa esta puerta como escritorio", dice, y con eso algo cambia para Madoz. Los objetos ya no son solo lo que son. Siempre pueden significar algo más.

“Yo hilo ese recuerdo con mi trabajo posterior: intentar darle una vuelta al objeto. Cuando estaba en el colegio, para abrir el pan del recreo, también usaba una regla en vez de un cuchillo. En la infancia ese juego es lo más natural del mundo”, cuenta desde Madrid Chema Madoz, Premio Nacional de Fotografía 2000 en España, uno de los fotógrafos vivos más influyentes de su país y de mayor proyección internacional.

“Siempre me ha interesado encontrar una falla dentro de la idea de la realidad” - Chema Madoz, fotógrafo español

Su trabajo protagoniza la reciente inauguración –por ahora virtual- en la galería del Centro de Extensión UC. La exposición "Realismo mágico: Imágenes de Chema Madoz" abrió el 13 de octubre y exhibe 43 piezas de la obra más reciente del artista, con fotografías creadas entre 2015 y 2018. El madrileño lleva más de 30 años centrando el foco no en personas ni en paisajes, si no que en la posibilidad infinita que ve en el objeto, en esos tableros de ajedrez donde Madoz ha imaginado rings de box. El fotógrafo dice que jamás utiliza Photoshop ni otro tipo de intervenciones digitales, pero sus fotos llegan a un surrealismo tal que algunos han catalogado su obra como la de un poeta visual.

“En el momento en que entra la imagen digital, todo pasa a ser posible. Mientras que si trabajas con los recursos del analógico tienes la limitación que te provoca la propia realidad. He querido trabajar desde esa óptica: siempre me ha interesado encontrar una falla dentro de la idea de la realidad”, cuenta Madoz, quien generalmente usa una cámara Hasselblad en sus fotografías a blanco y negro.

De la basura a una poesía

Trampantojos. Así resume Chema Madoz su técnica. Esa ilusión, esa trampa para hacer que alguien vea en sus fotos algo que –materialmente- no existe, hace que sus fotografías involucren un trabajo previo, quizás más cercano a la escultura que a retratar un momento. Sus fotos son escenarios que de a poco va armando.

"Lo que hago es registrar esa imagen que he construido. Tan solo en algunas ocasiones -que se pueden contar con los dedos de una mano-, hay un tipo de técnica que tiene que ver con el collage tradicional: utilizar los negativos de distintas fotos, sobrepuestos, para fundir imágenes. Todo lo demás es tan sencillo como se puede ver, pero para llegar a esa conclusión gráfica hay un trabajo físico. A ratos, esa parte que antecede la foto es el mayor problema a resolver”, cuenta Chema Madoz.

Para dar con esa escenografía, el madrileño busca objetos en los basureros de la ciudad, costumbre que avergonzaba a su hijo cuando pequeño. Si no es la basura, entonces revisa las casas de amigos, los mercados cuando viaja, las vitrinas de tiendas, dónde sea. A veces puede que esté buscando algún objeto en especial para una foto que ya sabe que quiere realizar, y en otras ocasiones simplemente es porque el elemento le llama la atención, se lo lleva a su estudio y después de algunos días le encuentra un uso.

Esa obsesión con capturar solo a objetos ocurrió rápidamente. Después de estudiar Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid, comprar su primera cámara en una tienda de artículos usados, salir de vacaciones con un amigo y descubrir allí que le gustaba mucho eso de sacar fotos; Madoz tomó un curso de fotografía y empezó a retratar personas.

“Hubo un primer instante en el que salí a la calle con la cámara al hombro, y había algo en ese proceso que no me terminaba de convencer. De alguna manera estaba muy influenciado a buscar un momento decisivo con la cámara. Pero yo siempre he sido muy lento, entonces, para cuando quería sacar una foto, se me escapaban todas las cosas que llegaba a ver y aquel momento ya había desaparecido”, se lamenta Madoz, quien cuenta que realizó unas tres series de fotos con personas antes de decidirse a investigar el potencial de los objetos.

“Acabé con la sensación de que estaba ante algo que difícilmente tenía fondo. Era inagotable. Ese ejercicio de combinación de objetos siempre me ha recordado a la Informática, que a partir de un 0 y 1 puede expresar y reproducir prácticamente todo el mundo que nos rodea. Con este pequeño juego de objetos me di cuenta que se podía hablar absolutamente de todo. Hoy, con cada fotografía me sorprendo de algo que estaba dentro de mí pero de lo que no era muy consciente”, asegura.

Para Madoz, entre aquellos elementos que se funden y aparecen en esa imagen final, uno de los más presentes es el humor y el paso del tiempo. En esta selección que hizo especialmente para Chile, el español reconoce una cierta sensación de fatalidad, pero también ve en el resto de su obra influencias del cine y la literatura, especialmente desde quienes abarcaron el absurdo de la vida. Leer a David Foster Wallace, ver a Los Hermanos Marx o algo de Woody Allen y Jacques Tati, son referencias que se traducen de alguna forma en sus fotografías.

“El humor está de una manera inconsciente. Conozco el trabajo de Artefactos de Nicanor Parra, hablé alguna vez de él con Joan Brossa, quien en algún momento conoció a Nicanor. Por mi lado, siento una cierta afinidad con Nicanor Parra, pero también una cierta distancia. Él en Artefactos se apoya en textos, con su irreverencia, y comparto con él esa visión crítica, pero nuestra forma de resolver eso con los objetos nos deja en lugares muy distintos. Me gusta mucho de él ese desparpajo, no le preocupa tanto la puesta en escena. Eso le añade una gran frescura y actitud. No se preocupa de la estética si no que le da valor más al mensaje y a ese sentido del humor que está patente en toda su obra”, dice Madoz.

“El humor está de una manera inconsciente. Conozco el trabajo de Artefactos de Nicanor Parra, hablé alguna vez de él con Joan Brossa, quien en algún momento conoció a Nicanor. Por mi lado, siento una cierta afinidad con Nicanor Parra, pero también una cierta distancia" - Chema Madoz, fotógrafo.

“Lo del paso del tiempo es constante a lo largo de mi trabajo. En esta última parte eso ha tenido una presencia a lo mejor más evidente que en otras exposiciones, y me he hecho mucho más consciente de la fugacidad del tiempo”, cuenta Madoz.

En un primer momento, la exhibición que Chema Madoz tiene en la Galería de Arte UC contará con un recorrido virtual en 3D, entrada liberada, y visitas guiadas a través de su sitio web. La idea es a que a futuro pueda visitarse de forma presencial, según lo permitan las normas y protocolos por la actual pandemia. Por ahora ya está recibiendo varios recorridos virtuales, con esta plataforma que permite ingresar a la Galería de Arte del Centro de Extensión UC y avanzar por sus muros, deteniéndose en cada fotografía de Chema Madoz.