Cientifica la UC: ciencia al alcance de toda la sociedad
A fines de octubre se estrenó el tercer capítulo de “La ciencia que se comunica”, una serie científica que realiza la Dirección de Investigación y que se creó gracias a la idea del decano de Matemáticas, Mario Ponce. Pero este programa es solo una de las actividades de Científica la UC, una iniciativa que nació hace ya tres años y que busca llevar la ciencia que se hace en la universidad, al público no especializado.
Ciencia y conocimiento con impacto social. Ese es el foco de este año de “La ciencia que se comunica”, una serie realizada por la productora “El Viento Estudio”, de Macarena Rojas Ábalos, comunicadora científica y profesora de Comunicaciones UC, y Beatriz Buttazzoni, documentalista y académica de la Universidad de Las Américas. Este programa, que está siendo emitido en el Cine UC de forma gratuita, es parte del corazón de Científica la UC, una iniciativa de la Dirección de Investigación, de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Católica.
Esta es su tercera versión y arrancó con un minidocumental sobre las investigaciones antropológicas que se están llevando a cabo en la futura Estación Loa -en la cuenca del mismo nombre- en el desierto de Atacama. En el lanzamiento de “La ciencia que se comunica”, Pedro Bouchon, vicerrector de Investigación, aclaró que un tema es producir conocimiento y otro, distinto, ponerlo en valor a la sociedad. “La investigación y la creación son fundamentales en el mundo actual. Parafraseando al investigador Alan Irwin, el conocimiento de las ciencias es un activo democrático, personal y cultural. Por lo mismo, mejorar la comunicación de la ciencia es vital”, dijo.
Justamente, el espíritu de Científica tiene que ver con eso: abrir ese conocimiento a la sociedad; sacarlo de los laboratorios y las aulas.
A los estudios en la cuenca del Loa, le siguieron las investigaciones del Centro de Desarrollo de Tecnologías de Inclusión, CEDETi UC. Y el miércoles 26 de octubre, en su tercera entrega, la protagonista fue la científica Claudia Prieto, directora de iHealth y académica del Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional. ¿El tema? Cómo la ciencia está tratando de implementar tecnologías de bajo costo, utilizando algoritmos e inteligencia artificial, para enfermedades que tienen una alta tasa de prevalencia en nuestra sociedad.
En cada capítulo se realizan diálogos post-función entre la investigadora o investigador a cargo, y un actor de la sociedad civil que entrega un contrapunto sobre el tema de fondo: antropología, inclusión, algoritmos en diagnósticos médicos, infancia y cuidado del borde costero chileno.
Virginia McRostie, académica de la Escuela de Antropología, quien lidera las investigaciones en la cuenca del Loa, cree que es relevante que existan iniciativas como “La ciencia que se comunica”. “Es un formato ameno y directo que permite abordar diversas problemáticas de manera sencilla y llegar a una gran audiencia, o bastante más amplia que aquella a que la o el científico suele hacerlo”. En su mirada, el hecho de haber participado en la serie tiene un impacto positivo sobre la investigación que encabeza. “Puede ayudar a difundir el proyecto que recién comenzamos, desde una manera gráfica, atractiva y holística”, dice la académica.
Y si bien ahora está en pantalla grande, la génesis de la serie fue bien distinta, porque comenzó en plena pandemia, en formato Zoom, y con una producción artesanal. Mario Ponce, decano de Matemáticas UC e impulsor de “La ciencia que se comunica”, lo recuerda así: “Nació de la convergencia de varias cosas que estaban pasando simultáneamente en la UC. Primero, académicos de Comunicaciones y de Ciencias estábamos con la idea de impulsar la ‘Comunicación de la Ciencia’ en la UC de manera más organizada. Además, la VRI -vicerrectoría de Investigación- ya tenía el ciclo Cientifica la UC, y la pandemia, en su primer año, presentaba oportunidades para generar contenido de alta calidad que pudiese ser visto en el encierro de las cuarentenas”, relata el decano Ponce.
En su primera versión y en medio de las cuarentenas, logró gran audiencia. Ya desde la segunda versión se sumó a la parrilla de Cientifica tu Casa y dio un salto en la factura audiovisual, explorando otros formatos como la mirada del protagonista sobre lo que estudia, explica el decano de Matemáticas.
En esta tercera versión se incorporan grabaciones de campo, “que rozan y alcanzan la calidad de documental de gran factura. Creo que la serie podría fácilmente llegar a canales de distribución tradicionales, seguir explotando la masividad de las plataformas de video en la red y por, sobre todo, posicionarse entre el público y los investigadores como el lugar en el que hay que estar”, cuenta su gestor.
Y es que “La ciencia que se comunica” comparte la vocación y el espíritu de Cientifica. “Es un paso inicial importante, de la Universidad Católica, en dar a conocer la investigación que se realiza al interior de esta casa de estudios”, dice María Elena Boisier, directora de Investigación, quien añade que “es una responsabilidad, como universidad, que podamos devolverle a la sociedad lo que esta desarrolla en términos de investigación. Es por eso que Cientifica está orientado a distintos públicos, como internos, escolares y adultos mayores, que es un segmento que siempre está olvidado y muy ávidos de tener conocimientos y actividades orientadas a ellos. Y por supuesto también a público general”.
Un guiño a “Artifica la UC”
Científica partió en 2019, con la idea de difundir así la investigación que se estaba haciendo en la Universidad Católica. En ese tiempo, la Dirección de Artes y Cultura de la Vicerrectoría de Investigación, ya había creado “Artifica la UC” (ver recuadro). “Entonces se me ocurrió el nombre ‘Cientifica la UC’, haciéndole un guiño a lo que estaba impulsando la Dirección de Artes, pero con ciencia”, cuenta hoy María Elena Boisier, quien, en la práctica, dirige Científica la UC en el día a día.
El programa se inició en 2019 con varias actividades en modo presencial. De esas, la más visible y que se robó las miradas fue un mapping que se realizó en abril de ese año, en el frontis del Centro de Innovación de la UC, a cargo de Delight Lab. Se proyectaron imágenes de investigación de células tomadas de microscopios, del profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas Fernán Federici. “Fue muy bonito ese evento”, recuerda María Elena Boisier.
A ello se sumaron visitas de niños y niñas al Cine UC, donde participaron en charlas de Física -"Fisikeando"-, por ejemplo, en tono distendido y adaptadas para escolares de cerca de 10 años. Entre los hitos de ese primer año estuvieron también actividades de mindfulness; un trabajo en liceos de Pirque con el juego Polimorfes, que se había lanzado a fines de 2019; y la alianza con la Facultad de Matemáticas.
“Cientifica, al estar creado desde la vicerrectoría, permite convocar a diversos actores locales, de las unidades académicas, en un proyecto conjunto. Esto es mucho más difícil de hacer desde la iniciativa de una sola unidad”, dice Mario Ponce.
“Científica la UC es un paso inicial importante, de la Universidad Católica, en dar a conocer la investigación que se realiza al interior de esta casa de estudios. Es una responsabilidad, como universidad, que podamos devolverle a la sociedad lo que esta desarrolla en términos de investigación” - María Elena Boisier, directora de Investigación.
Nuevos formatos y públicos
Con la llegada de la pandemia, en 2020, el programa de Investigación debió hacer un giro obligado: sus actividades pasaron al formato online y el nombre mutó a “Cientifica tu Casa”. Su ‘primo hermano’, Artifica, también había sido rebautizado como “Artifica tu Casa”.
En 2021 se mantuvo el formato digital y este año Científica ha tenido una naturaleza mixta: presencial y online.
Otro de los cambios tuvo que ver con adaptarse a los públicos, todos diversos, con actividades específicas para estos. “Se fue definiendo según el grupo al que iba dirigido, como personas mayores, escolares o personas que tenían interés en estos temas”, detalla la directora de Investigación.
Así surgió 60+, una actividad de Científica que tiene su foco en las personas mayores, en alianza con la Facultad de Matemáticas. Uno de los “clásicos” es “Problemas de Fermi”, en honor al gran físico italiano Enrico Fermi. Se trata de abordar preguntas en las que no hay datos exactos y se requiere hacer estimaciones para encontrar una solución aproximada.
“En una primera lectura nos parece imposible resolverlos porque falta información; sin embargo, si dividimos el problema en subproblemas más pequeños, vemos que estos se pueden resolver sin recurrir a expertos, enciclopedias o a Google”, cuenta el profesor de la Facultadd de Matemáticas Renato Lewin, quien ha estado a cargo de esta actividad durante dos años consecutivos.
“A los adultos mayores se nos relega a actividades menores que habitualmente no significan un desafío intelectual. Esta experiencia ilustra que las personas de 60 o más tienen intacta la capacidad de pensar problemas de un cierto grado de abstracción. ¡Los participantes estaban entretenidos! La matemática se puede abordar como una entretención que no solo distrae, sino que promueve la actividad intelectual”, asegura Renato Lewin.
La contribución de esos cálculos en conjunto no es solo para las personas mayores que participan de “Problemas de Fermi”. “Como profesor, enfrentarse a un grupo totalmente distinto de lo que estás acostumbrado es un desafío. El tema escogido, ‘Problemas de Fermi’, dista bastante del tipo de materias que uno enseña en la universidad, de modo que hay que pensar estrategias nuevas”, explica el académico.
Geometría, corales y tejido
“Arrecife Hiperbólico” es otro de los “hits” de Científica que está pensado para las personas mayores. En septiembre se realizó la segunda versión de ese encuentro -en alianza con Matemáticas- que mezcla clases de geometría y talleres de tejido a crochet.
Durante tres días, vecinas y personas de 60 o más años llegaron al Campus San Joaquín para aprender sobre geometría hiperbólica y tejer formas de corales. Algunas habían participado el año pasado y querían perfeccionar su técnica. Otras tenían nociones básicas sobre el crochet y se aventuraron.
Pero fue mucho más que aprender nuevos puntos y tejer formas de colores llamativos. Yenny Fernández es dueña de casa y fue una de las participantes de “Arrecife Hiperbólico”. Dice que le encantó la actividad porque mantiene la mente activa y permite sociabilizar. “Estar con una persona nueva, riéndose o conversando, es súper importante. Una puede aprender a tejer por internet, pero el hecho de que sea presencial, con personas que tienen las mismas inquietudes o dificultades que una, es súper bueno. Me gustó mucho la mezcla de crochet con geometría. Encuentro maravilloso el trabajo".
Como concluye el vicerrector de Investigación Pedro Bouchon: "En esta Vicerrectoría tendemos un puente entre la investigación en creación y la investigación científica, y me parece que iniciativas como Cientifica, al igual a Artifica, cumplen con el rol clave de poner este conocimiento artístico y de ciencias al servicio de la sociedad".
Todas las actividades de Cientifica la UC -y de Artifica- son gratuitas y abiertas a la comunidad.
Revisa el ciclo "La ciencia que se comunica" en el canal de YouTube UC
Miryam Singer, directora de Artes y Cultura de la Vicerrectoría de Investigación, explica que el vocablo “artifica” -tercera persona singular-, es el modo imperativo del verbo “artificar”, “un neologismo creado para invitar al público a participar en la construcción de la obra artística junto al artista”, afirma. Premio Nacional de Artes Musicales 2020, ella cuenta que para que exista el fenómeno artístico “debe concurrir el artista, la obra y el público. Sin este último no se cristaliza el arte. De ahí que encontramos necesario buscar una manera efectiva de invitarlo a co-construir con nosotros”. El verbo “artificar” incorpora el sustantivo “arte” junto al el verbo “fare”, que en italiano significa “hacer”. “Me pareció que era más sencillo interpelar al público sugiriéndole que ‘artifique’ a que ‘haga arte’”, añade la académica.