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Colección Gandarillas inaugura muestra sobre el enigma del color y sus simbolismos


La exposición estudia el uso de los pigmentos en los siglos XVII y XVIII, donde la gama cromática de la pintura y escultura virreinal sur andina era una experiencia visual y espiritual. Además, la muestra "Espíritu y materia del color" cuenta con la colaboración de Diseño UC, quienes -a través de un equipo liderado por la académica Paz Cox- investigaron en un laboratorio las características de las pinturas usadas en esta época.

imagen correspondiente a la noticia: "Colección Gandarillas inaugura muestra sobre el enigma del color y sus simbolismos"

photo_camera Para esta exposición, en la galería de la Colección Gandarillas existen diversos muestrarios donde se pueden apreciar los pigmentos naturales que se utilizaban para crear un color. Fotografías: Karina Fuenzalida.

Un día compras ropa en una tienda, la ves de cierta forma en la vitrina, cuando sales ya puede parecerte que tiene otro tono, y cuando estés en tu casa también habrá una percepción distinta de ese color. Y, si pensamos en cuál es exactamente el logo de algo tan popular como una Coca Cola, cada persona puede también tener una tonalidad un poco diferente en su recuerdo. ¿Qué sucede? Es el enigma del color, un fenómeno visual que precisamente está en el centro de la nueva exposición inaugurada en la Colección Gandarillas, desde el Centro de Extensión UC.

A través de la muestra "Espíritu y materia del color", entre óleos y detalles escultóricos, el arte virreinal sur andino cobra nueva vida y nuevas formas de explorar los pigmentos utilizados en esa época.

"El color es una impresión que se produce con el tono de la luz en nuestros órganos visuales. Es algo que se genera en el cerebro al interpretar las señales que vienen de tipo neurológico, donde los conos de la retina son muy claves para poder determinar con diferentes longitudes de onda. En la oscuridad solo vemos el blanco y negro. Para que exista color, tiene que existir la luz. El color es alegría, es vida, es visión. Y es también un enigma que ha desafiado al pensamiento humano desde los filósofos griegos. En esta búsqueda, la colección que presentamos despliega una amplia gama de colores, que en su materialidad eran parte de un proceso artesanal y personal", describe el rector Ignacio Sánchez sobre la inauguración de la decimoquinta muestra de la Colección Gandarillas

Para aventurarse en este fenómeno, la doctora en Historia del Arte, Isabel Cruz de Amenábar, se remontó al proceso que tenían los creadores de los siglos XVII y XVIII, y fue rastreando los simbolismos que en esos años se le otorgaba a cada color.

 

En el arte virreinal, el color azul se asociaba al desprendimiento de lo mundano y su elevación hacia lo divino.

“Aunque no supieran leer ni escribir, podían interpretar el lenguaje no verbal del simbolismo cromático. A diferencia del contemplador actual, percibían que el color era una hazaña de la capacidad representativa de los artistas y una constelación de múltiples señales, donde se cruzaban saberes y prácticas, creencias y valores. En medio de un mundo donde la luz era un privilegio diurno y principalmente del aire libre, tuvieron muy claro lo que hoy pasa desapercibido: la relación del color con la luz, desarrollada por el arte y la ciencia en esos siglos y en los siguientes”, dice Isabel Cruz, curadora permanente de la Colección Gandarillas.

La tesis fenomenalista contemporánea sostiene que el color no reside en el objeto –en este caso en la pintura o en la escultura virreinal- si no que viene del casi instantáneo proceso de percepción visual, donde nuestro ojo recibe de la luz determinadas longitudes de onda entre el violeta y el rojo. Llegar a esta definición ha sido un largo proceso, no sólo de teorías experimentalmente probadas, sino de prácticas concretas, y también de incertidumbres en muchas áreas de la cultura universal.

Con el tiempo, algunos colores fueron adquiriendo ciertos significados, algo que en esta exposición se grafica a través de distintas obras pictóricas, y con una galería en la que también hay vitrinas con muestrarios de los pigmentos naturales utilizados en la era virreinal.

 

Daniela Rosenfeld, directora de Extensión Cultural UC, y el rector Ignacio Sanchez, durante la inauguración de esta muestra. A su derecha, uno de los dipositivos digitales desplegados junto a las obras de esta exhibición. En estas pantallas, las y los visitantes pueden apreciar los resultados del colorímetro utilizado por Diseño UC, para la medición técnica de estas pinturas y sus tonalidades.

Remirando el color

A lo largo de la muestra y en el catálogo de "Espíritu y materia del color", es posible conocer cómo -por su capacidad para activar y estimular los sentidos-, el rojo se relacionó ancestralmente con las emociones, indicando el conflicto entre el amor y el odio; sangre y fuego, gracia y mal. Era el color de Ares, el dios de la guerra entre los griegos y de Marte en el mundo romano. En el arte cristiano, el rojo es el color del amor de Dios y hacia Dios, el símbolo cromático de la caridad; el color de la sangre de Cristo, del apóstol Juan. En cambio, como infernal, el rojo oscuro simboliza las pasiones descontroladas, la cólera, la crueldad y el crimen.
 
El azul es el color de la profundidad teológica y espacial, mencionado en la Biblia como bello e insondable. Es el cielo, el aire; la inmaterialidad, el desprendimiento de lo mundano y su elevación hacia lo divino. Según su tonalidad adquiere varios significados. La tonalidad más clara, combinada con el blanco, alude a las verdades de la fe; el azul relacionado con el rojo significa el amor celestial a la verdad, y el azul oscuro es signo del espíritu divino que domina el caos.

En esta era virreinal, el violeta es el antiguo color de la elegancia y lujo, y había devenido en el cristianismo -especialmente en la liturgia- en color de espiritualidad y penitencia, de devoción y fe. En el caso del verde,  compuesto por el amarillo –la verdad revelada- y el azul –el entendimiento-, es tradicionalmente el símbolo de la ciencia concebida y desarrollada por el hombre. Asociado a vida y a su permanencia y renovación, alude al nacimiento material y espiritual, a la regeneración. En sus dimensiones humanas representa la juventud, la belleza, el vigor. Sus connotaciones negativas implican la degradación moral, la sinrazón y la locura. En la simbología del arte sur andino, el verde es el color de la virtud de la esperanza cristiana, del advenimiento.
 

Bajo cada cuadro también se puede observar cuál es la gama de colores usados en la obra.

Al recorrer "Espíritu y materia del color", todos esos simbolismos se hacen evidentes y además adquieren una dimensión más técnica, otorgada por el análisis del color realizado en laboratorios de Diseño UC. Esta parte de la exploración visual fue liderada por la académica Paz Cox, quien trabajó junto a las docentes Lina Cárdenas y Soledad Hoces de la Guardia.

"Es una forma de aproximarse a esta aspiración máxima que ocurre en el diseño, que es la búsqueda de la "constante del color". Es una perfección que no existe todavía. Tratamos que no fuera una muestra técnica meramente, sino una manera de que cada persona pueda interactuar con diferentes formas de observar un color, y cómo estos varían según la situación lumínica. A través de esta exposición, uno puede aprender además que los colores funcionan de cierta forma cuando están junto a otros colores, y que los pintores de esta época virreinal ya conocían eso: sabían preparar estos tonos a partir de pigmentos naturales, y sabían cómo generar efectos visuales potentes mediante la conjugación de cada color. Por ejemplo, este verde se ve muy fuerte, porque está al lado de un rojo, y el pintor sabía eso, no tenía por qué hacer un ángel con el manto rojo, era algo intencional", recalca Cox, apuntando a una de las piezas de la Colección Gandarillas.

Al examinar esa "constante del color", este grupo de diseñadoras utilizó un colorímetro, dispositivo que se centra en un solo pigmento, abstrayendo la luz ambiente, para poder rescatar las métricas exactas de la pintura utlizada en estas obras. Esos resultados forman parte de la muestra "Espíritu y materia del color", con pantallas digitales dispuestas junto a los cuadros, resaltando las medidas detrás de una tonalidad en espécifico.

"Lo que queríamos destacar era en qué lugar de cada obra se hicieron las mediciones con el colorímetro, y los códigos que en ese punto nos arrojaron los pigmentos, y cuáles serían las cifras si trataras de reproducir ese exacto color. En estas pantallas graficamos el esquema detrás de estos tonos, con las métricas de rojo, verde y azul, magenta y cyan", dice Paz Cox.
 

  • Para seguir descubriendo más sobre los misterios y significados tras el color, puedes visitar la muestra de lunes a viernes, entre las 10 a 18 horas. Con acceso gratuito en Alameda #390, se pedirá pase de movilidad al ingreso y uso de mascarilla.

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