Comenzó segunda fase de la Campaña contra la Violencia Sexual UC
Esta iniciativa, que hoy recorre todos los campus de la universidad, inició una nueva etapa que busca impactar aquellos comportamientos nocivos que pudieran estar normalizados. A través de diversos afiches ubicados en espacios comunitarios -desde el espejo de los baños a las sillas de las aulas-, la idea es visibilizar aquellos tipos de violencia que están afectando el bienestar de la comunidad UC.
“Di #NoALaViolenciaSexual. Denuncia aquellas conductas que te incomodan y que van en contra de tu integridad". En todos nuestros campus, estas frases buscan generar conciencia sobre aquellas microviolencias que muchas veces se normalizan. "Conoce nuestros canales de apoyo (…)”, por ejemplo, es uno de los muchos llamados realizados las redes sociales de la UC que, desde este mes, apelan a la atención sobre este tipo de agresiones.
Se trata de un proyecto comunicacional que forma parte de la segunda fase de la Campaña contra la Violencia Sexual UC, iniciativa que también se podrá apreciar visualmente en diversas imágenes en los cinco campus universitarios.
La esperanza es llegar de una forma más directa y cotidiana a las 35 mil personas que conviven en la UC, en un intento por cambiar conductas diarias que pudieran estar afectando la sana armonía de la comunidad.
Para Cecilia Rosales, presidenta del Consejo de Prevención y Apoyo a Víctimas de Violencia Sexual, esta nueva etapa de la campaña es un esfuerzo por crear un mayor cuestionamiento a ciertas actitudes que pudieran ser agresivas contra otros miembros de esta institución.
“Queremos avanzar en coherencia con la cultura del respeto, visibilizando el fenómeno de la violencia sexual y crear conciencia acerca del cambio cultural que requiere una comunidad universitaria comprometida con rechazar el abuso y el acoso. Solo podemos hacer esto con el compromiso transversal de todos en la UC, y así erradicar este tipo de conductas, mediante la revisión permanente del modo en que nos comportamos y relacionamos con los demás”, aseguró Rosales.
La también abogada y académica de Derecho UC, describe esta segunda etapa de la campaña como una profundización más específica acerca de qué actitudes pueden considerarse como un hecho de violencia sexual. Para esto, la universidad ha escogido una serie de frases cortas que se plasman a través de afiches que recogen aquellas conductas que son reprochables y que deben ser denunciadas.
“Al entregar estas definiciones conductuales de violencia sexual, la comunidad estará en mejor posición para, primero, prevenirlas; y luego, para denunciar estos hechos dentro de los canales institucionales provistos por la UC. Aquí la persona afectada es la prioridad, por lo que debemos asegurarle un espacio de acogida, confidencialidad y apoyo. La encuesta que se aplicó el año pasado mostró que hoy existe una mayor información sobre este tema, pero que todavía algunos desconocen lo que hace la UC en materia de prevención, sus procedimientos de denuncia y servicios asociados e, incluso, que hay quienes aún no saben bien qué es violencia sexual, por lo que hay que seguir trabajando y afrontar ese desafío”, explicó Rosales.
Trabajo continuo
Frente a un contexto tanto nacional como global, donde temas como al acoso y el empoderamiento de las víctimas han ocupado cada vez más espacios de conversación, la universidad ha sido partícipe de este análisis, generando diferentes instancias reflexivas.
Ya desde 2016, año en que la UC creó una comisión para abordar la temática de violencia sexual, esta comunidad empieza a ver el desarrollo de distintas mecánicas y herramientas con el objetivo de iniciar un cambio transversal frente a este problema.
“Este posicionamiento es algo antiguo. Mucha gente lo asocia con la toma de la Casa Central, ocurrida el año pasado, pero en la UC ya existían esfuerzos previos en cuanto a generar espacios libres de violencia. Estamos hablando de algo en lo que se viene trabajando desde hace tres años, donde esta comisión revisó el contexto de violencia sexual y generó su propio informe. De ahí, en 2017, se desprenden los ejes principales de la política de Prevención y Apoyo a Víctimas, donde surgen cuatro protocolos principales, y los lineamientos para profesores UC, con recomendaciones para la relación entre académicos y estudiantes. Allí se entendió que había que tener un organismo especial para proteger a las víctimas, creándose esta unidad el 18 de junio del año pasado”, contó Carola Cuevas, psicóloga del Programa de Apoyo a Víctimas de Violencia Sexual de la UC.
Esta iniciativa ha ido avanzando junto con la comunidad, reenfocando herramientas como el Fono Ayuda, que a partir de dicha comisión pasó a ser un servicio de orientación confidencial, específico para esta problemática. De allí también nacieron redes de apoyo adicionales como el Programa STOP, que busca enseñar a ser un observador activo ante situaciones de riesgo: la idea es no solo generar una cultura reactiva ante estos hechos violentos, sino que también compartir la responsabilidad de prevenir este tipo de actitudes.
“Hoy, después de realizar diversas consultas y focus group, hemos buscado afinar el concepto de violencia, ver qué cosas son identificables para todos como agresiones y cuáles para algunos aún son percibidas con neutralidad. Porque si queremos generar un cambio cultural hay que ir más allá de lo que se sabe que es un delito y ahondar en aquellos tipos de actitudes que no están tan claras para todos en la comunidad, pero que igualmente trasgreden la cultura del respeto UC”, dijo Carola Cuevas.