Comenzó congreso “Medellín 50 años después” organizado por Teología UC
Bajo el título “Medellín 50 años después: Memoria y perspectivas de futuro”, se efectúa hasta el 9 de noviembre un congreso en el marco de las cinco décadas que se cumplen de realización de la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano celebrada en Medellín, Colombia, en 1968. Esa conferencia marcó un hito en la historia de la Iglesia de América Latina y el Caribe, entre otros motivos porque, fue vivida como un momento clave de recepción de la renovación producida por el Concilio Vaticano II en los diversos ámbitos de vida eclesial.
Con asistencia de estudiosos de diferentes países y universidades, se realiza el seminario “Medellín 50 años después: Memoria y perspectivas de futuro”. La iniciativa es organizada por diferentes instituciones, y una de sus organizadoras es la académica Sandra Arenas, de la Facultad de Teología UC.
La importancia de realizar un congreso sobre este tema, reside en que se cumplen 50 años de la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano celebrada en Medellín, Colombia, (1968). Representó un hecho mayor en la historia de la Iglesia de América Latina y el Caribe. Por una parte, fue vivida como un momento clave de recepción de la renovación producida por el Concilio Vaticano II en los diversos ámbitos de vida eclesial. Por otra, gracias a la atención puesta al proceso de transformación socio-cultural de nuestros pueblos ha sido considerada como el nacimiento de la carta de identidad de una Iglesia que, progresivamente, adquirió un rostro teológico y pastoral propio en el marco de una iglesia mundial.
Acerca de los temas principales que se abordaron en Medellín 1968, Sandra Arenas, académica de la facultad de Teología, explica: “Tal vez el núcleo que articula el mensaje de Medellín, es la identidad eclesial propia que el catolicismo del continente adquirió desde la enseñanza conciliar y su propio contexto. Es el contexto discernido en clave bíblica y conciliar lo que determina ese esfuerzo sinodal y, es por esta razón, que en los documentos finales se lee una ocupación por problemas internos y por la misión ad extra, por la relevancia social del mensaje evangélico”.
“Importaba revisar qué aspectos comunitarios pudiesen estar afectando la unidad y la maduración de la fe a través de la catequesis, de la liturgia, todo lo que afectara la potencia de la acción pastoral y evangelizadora. Importaba, igualmente, urgir a un compromiso eclesial real con la promoción de las personas y de los pueblos desde la paz y la justicia social. Con la sistematización teológico-pastoral de Medellín, el catolicismo latinoamericano y caribeño, adquirió una voz de iglesia regional frente al catolicismo romano y mundial. Junto con la mayor madurez de esta iglesia regional, comienzan a adquirir mayor consistencia las iglesias locales”, enfatiza la teóloga.
Medellín respondió a su tiempo y al revisar la historia de sus efectos, se advierte que una re-lectura de ese acontecimiento en su cincuentenario obliga a que la Iglesia continental se haga cargo del contexto social, político, económico, ecológico, pluricultural y religioso actual, desde el cual la Iglesia debe orientar su servicio al desarrollo de las personas y de los pueblos.
“Pensamos que los aniversarios son ocasión de hacer memoria, revisar el presente y proyectar el futuro -declara Sandra Arenas-. Desde el paradigma eclesiológico conciliar de apertura al ‘otro/a’ diverso/a, al devenir histórico en su amplitud y diversidad, los emblemáticos protagonistas de esa Segunda Asamblea del CELAM no dudaron en levantar la voz profética por las enormes desigualdades e injusticias que asechaban a Latinoamérica, como misión irrenunciable de su naturaleza eclesial. Ese rol se ha desdibujado especialmente en las últimas décadas, en donde la tendencia a la auto-preservación eclesial ha ido minando lenta pero eficazmente lo más propio del espíritu de esta tradición, el abandono de un eclesio-centrismo que enferma a la Iglesia resulta un imperativo y los teólogos/as latinoamericanos y caribeños podemos y debemos colaborar en este proceso…este Congreso se inscribe en ese horizonte”.
El encuentro buscará socializar y evaluar desde una perspectiva interdisciplinar la recepción del Concilio Vaticano II a partir del acontecimiento de Medellín; discutir los alcances y límites de las ideas-fuerza de Medellín en el nuevo contexto socio-cultural, político, eclesial y teológico, en los ámbitos latinoamericano y mundial; y proyectar el futuro próximo del camino de la teología y de la Iglesia en el continente y en perspectiva mundial.
El seminario se extenderá hasta el 9 de noviembre.