¿Cómo cuidar la salud mental en la vuelta a la “normalidad”?
Depresión, ansiedad y dificultades para dormir, son algunas de las problemáticas más comunes que hemos experimentado en el retorno a la vida presencial. La universidad ha buscado acompañar este proceso , a través de la Dirección de Salud y Bienestar Estudiantil, y el Proyecto Reencuentro UC.
Retornamos a la ansiada presencialidad. Volvimos a salir, a juntarnos con los amigos y la familia, regresamos a clases y a la oficina… Pero también empezamos a poner el despertador más temprano, recordamos cuánto tiempo perdemos en el transporte, nos acordamos que no nos gusta mucho hablar en público, o nos dimos cuenta que tenemos unos kilos de más…
Agobio.
Esa parece ser la palabra que ha caracterizado este periodo de regreso a la vida “en vivo y en directo”, y también de retomar o crear nuevas rutinas cotidianas. Lo que va acompañado de cansancio, dificultades para dormir, ansiedad, depresión, sensación de soledad e inseguridad, entre muchas otras sensaciones y problemáticas.
De acuerdo al Termómetro de la Salud Mental en Chile 2022, publicado en agosto pasado, un 27,5% de los encuestados exhibió síntomas moderados o severos de ansiedad, aumentando 2,5 puntos respecto del año anterior. De acuerdo al estudio realizado por el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, y la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), el 34,1% de los consultados ha recurrido a algún profesional por problemas emocionales y el 21,1% mostró probable presencia de problemas de salud mental.
Según el mismo estudio, el 47% considera que su vida es bastante diferente a la que tenía antes de la pandemia por Covid-19. Un 29,2% reportó sedentarismo, un 13,1% problemas de insomnio moderado o severo, y un 10,1% admitió un consumo de alcohol riesgoso, entre otros.
Readecuarse a lo cotidiano
La situación de la salud mental en Chile no es muy diferente a la de nuestra comunidad universitaria. Como cuenta la directora de Salud y Bienestar Estudiantil, María Paz Jana, durante el primer semestre de este año, que estuvo marcado por el retorno de las clases presenciales, se experimentó “un alza en las solicitudes de servicios de salud mental, que tiene relación con temas de depresión, ansiedad y dificultades para dormir. También aumentaron las suspensiones académicas por problemas de salud mental”, afirma.
Este año, cerca de tres generaciones de estudiantes experimentaron por primera vez la vida universitaria en los campus. Como cuenta la profesional, los estudiantes han debido aprender a “lidiar o afrontar las clases presenciales, con todo lo que significa, por ejemplo, presentar ante un público “de verdad” y no frente a cámaras apagadas. Hablarle a un otro, “leer” el lenguaje corporal, socializar”. Son todas habilidades que los estudiantes han debido reaprender.
“Es una generación académica que tiene más problemáticas sociales y que debe aprender a enfrentar el día a día, a organizarse”, agrega María Paz Jana.
De ahí que el primer semestre de este año fue más bien un periodo de ajuste. Y no solo para los estudiantes. Como explica la profesora de la Escuela de Psicología Claudia Araya, “ansiábamos volver a la normalidad, pero parece que habíamos idealizado esa normalidad. Ocupamos mucha energía en adaptarnos a la pandemia -al formato online, ocupar las mascarillas, lavarnos las manos, etc.- y resulta que requería mucha energía volver. El retorno implicó un desgaste bastante grande, para algunos surgió la sensación de no poder subirse al carro”.
Como afirma la también académica de la Escuela de Psicología, Dariela Sharim, “en un primer momento, la pandemia generó comportamientos y actitudes adaptativas. Pero cuando empezamos a salir de los confinamientos, empezaron a aparecer situaciones de malestar: estábamos muy solos respecto de todo esto que estaba pasando y de los miedos, de los temores que surgieron”.
Nos enfrentamos con nuestra propia fragilidad.
Ahora nos encontramos en un momento de re-adaptación, de retomar nuestras rutinas. Y el riesgo, como afirma la psicóloga, es de invisibilizar todo lo que nos pasó.
“Es una generación académica que tiene más problemáticas sociales y que debe aprender a enfrentar el día a día, a organizarse” - María Paz Jana, directora Salud y Bienestar Estudiantil.
Detenerse
Como una forma de acompañar a la comunidad universitaria en el proceso de retorno, en 2021 nació el Proyecto Reencuentro UC. La iniciativa -con una duración de tres años-, busca fortalecer nuestros lazos y dar espacio a las diversas experiencias vividas, visibilizando su impacto.
La primera acción fue una “pausa de salud mental”, que tenía como objetivo instalar y legitimar un mensaje claro de cuidado y de escucha de las diversas voces que nos constituyen como comunidad. “La idea fue intentar que la gente se detuviera y ver qué surgía”, cuenta Dariela Sharim.
La invitación era a que cada unidad académica y administrativa de la universidad organizara un espacio de diálogo, en grupos pequeños, con el apoyo de una pauta y una cápsula audiovisual. Luego, la idea era transformar lo recogido en un “producto” o acción, con su sello propio, para entregar un mensaje entregar al resto de la comunidad.
¿Qué resultó de todo ello? Como relata Claudia Araya, “nos entregó información de la gran diversidad que existe al interior de nuestra comunidad, de más de 40 mil personas. Había facultades que no necesitaban ayuda, mientras otras estaban en una situación de crisis. También nos dimos cuenta que habíamos fallado en llegar a los estudiantes. Y por otra parte, algunas personas valoraron los espacios de encuentro y reflexión”.
"El retorno implicó un desgaste bastante grande, para algunos surgió la sensación de no poder subirse al carro” - Claudia Araya, profesora Psicología UC.
¿Qué pasó con nuestra salud mental?
En 2022, el objetivo del Proyecto Reencuentro fue continuar con el mensaje de detenerse, de no subirse a la vorágine y seguir como si nada hubiera pasado. De ahí que se buscó hacer intervenciones en términos de pregunta para interpelar a la comunidad universitaria. No se trataba de imponer algo definido, sino más bien recoger intereses de agrupaciones existentes en la UC.
Así nació un trabajo en conjunto con comités paritarios y la Facultad de Ciencias Sociales. “Nos ayudó a formular la pregunta: ¿Dónde quedó mi salud mental? ¿Qué ha pasado conmigo en este tiempo?...”, expresa Dariela Sharim.
De esta interrogante surgió el “cubo de salud mental”. Un cubo itinerante por los cinco campus de la universidad, con pantallas led que mostraban extractos de músicas, películas y palabras que surgieron en la pausa de salud mental. Mientras que una de las caras del cubo estaba en blanco, solo con la pregunta en cuestión.
“Los estudiantes respondieron en masa. Nos sorprendió el nivel de convocatoria y por otra parte, la profundidad del contenido”, afirma la psicóloga. “Hablaban de la demanda por hacer un receso, pero también de la empatía y solidaridad que hay entre ellos. Los estudiantes se tomaron el espacio”, agrega.
Las imágenes de los textos plasmados en el cubo fueron recogidos en un libro, realizado en conjunto con la Dirección de Asuntos Estudiantiles. “Es importante destacar que no hubo curatoría, se incluyeron todos los escritos. Es importante analizarlo y mostrarlo”, dice Claudia Araya.
También se han realizado otras intervenciones en los campus, como “El teatro de lo invisible”; momentos de pausa con el coro de estudiantes; y un concurso literario en conjunto con Bibliotecas UC y la Facultad de Letras, para que las personas contesten la pregunta sobre su salud mental en forma de cuentos breves de 50 palabras.
Este segundo semestre, se realizó una convocatoria a los voluntariados estudiantiles, para trabajar en conjunto y contar su experiencia -en un formato a definir-. Asimismo, se busca trabajar con profesores de distintas facultades.
Se espera hacer el cierre del Proyecto Reencuentro UC en 2023, con una publicación que plasme toda la experiencia de la comunidad. De hecho, la iniciativa ya ha llamado la atención de otras universidades e instituciones, que ven lo realizado como un referente para sus propias comunidades.
Como concluye Dariela, la idea es que el proyecto culmine con la adopción de medidas permanentes para el cuidado de la salud mental, para integrarlas como parte del quehacer de la universidad.
"(...) cuando empezamos a salir de los confinamientos, empezaron a aparecer situaciones de malestar: estábamos muy solos respecto de todo esto que estaba pasando y de los miedos, de los temores que surgieron”- Dariela Sharim, profesora Escuela de Psicología.
Apoyo en salud mental
La Dirección de Salud y Bienestar Estudiantil cuenta con una Unidad de Salud Mental, que se aboca a tres grandes áreas: promoción, prevención y atención clínica.
En el área de promoción del bienestar psicológico y prevención de salud mental, realiza campañas de difusión masiva, charlas, capacitaciones, talleres psicoeducativos, grupos de entrenamiento, consejerías y grupos de encuentro sobre temáticas que afectan la vida universitaria tales como la ansiedad, estrés y sueño, prevención del suicidio y sufrimiento emocional, autocuidado del consumo de alcohol y otras drogas, adaptación a los cambios, prevención de la depresión, acompañamientoo a la diversidad y construcción de relaciones saludables.
En el área de atención clínica, realiza tratamientos breves para estudiantes con trastornos leves de salud mental, en formatos de atención individual y grupal, los cuales pueden ser derivados a interconsulta psiquiátrica en la red de salud UC-Christus.
Como cuenta María Paz Jana, directora de Salud y Bienestar Estudiantil, durante este periodo de retorno se han reforzado las horas de atención, se ha entregado un especial apoyo a los encargados de asuntos estudiantiles en las distintas facultades, y se han transformado y reforzado algunos programas. También existe el anexo 5000, para todos los campus, al que se puede acudir ante una crisis de salud mental.
“Se nos olvidó cómo vincularnos con otros, con mi físico, con nosotros mismos. Este ha sido un periodo para reconocernos. Pero al mismo tiempo, también humanizó las relaciones, nos hizo valorar el encuentro personal, surgió la necesidad de verse, de conectarse”, agrega la profesional.
• Hablar con otros, ir a clases, interactuar en grupos, hacer deporte.
• El sentido de pertenencia -a una comunidad, al equipo de trabajo, a la universidad- es un factor protector muy importante, ya que nos otorga sentido.
• Ser ayudante o tutor de un curso, participar en un voluntariado o en un grupo con un hobby o interés común.
• Si tienes problemas de sueño, reduce el uso de pantallas (computador, tablet, teléfono…)
• Organizarse: planificar el día a día, evaluar y hacer los ajustes necesarios. • Pedir ayuda.
- Estudiantado:https://www.uc.cl/informacion-para/estudiantes/#preguntas-frecuentes
- Cuerpo académico: https://www.uc.cl/informacion-para/academicos/#preguntas-frecuentes
- Profesionales y administrativos: https://www.uc.cl/informacion-para/personal/#preguntas-frecuentes