¿Cómo incluir a la ciudadanía en los debates sobre cambio climático?
Según Manuel Tironi, académico de Sociología y miembro del centro CIGIDEN, mientras el desafío del cambio climático siga siendo visto como un problema tecnológico, la ciudadanía seguirá siendo un actor secundario.
![Niña pequeña dejando un envase Tetrapack en un punto de reciclaje.](/site/assets/files/6071/envases-de-reciclaje.700x532.jpg)
Mientras el desafío del cambio climático siga siendo visto como un problema tecnológico -uno cuya solución reside en la capacidad técnica para ajustar mercados, sistemas productivos, modos de transporte y marcos regulatorios- la ciudadanía seguirá siendo un actor secundario. Sí, se le invocará en discursos y modelará en simulaciones. Se apelará a la necesidad de un “cambio cultural” y a la importancia de la acción local, pero al final del día serán los expertos quienes definirán qué es lo racional y cómo aplicarlo en pos de la sustentabilidad. La ciudadanía será incluida, pero más como un colectivo que debe ser educado e “incentivado” hacia el cambio que como un actor social con recursos y conocimientos propios.
¿Cómo integrar sustantivamente a comunidades y territorios? Tal vez lo primordial sería buscar modos de co-construir el significado del cambio climático y las alternativas para su solución. Un paso fundamental sería crear un lenguaje inclusivo: alejarse de la jerga cientificista y buscar relatos sobre el cambio climático que sean convocantes para una diversidad de públicos.
Y luego crear instancias donde grupos, organizaciones, barrios, colectivos y comunidades puedan expresar cómo viven, sienten y se adaptan al cambio climático, y tomarse estos relatos en serio. Tal como hace unos años se organizaron encuentros y cabildos para una nueva constitución, podrían realizarse “diálogos sustentables” a lo largo de Chile para que las comunidades expliquen qué significa el cambio climático y cómo se manifiesta en sus territorios. A través de este ejercicio se podrían identificar conocimientos ancestrales, prácticas cotidianas y oficios populares que, a pesar de su invisibilización, informan modos más sustentables de vida en el planeta.
Por Manuel Tironi.