Concursos que promueven la conexión entre arte y ciencia
La creación de un nuevo espacio para que niños y niñas se acerquen a la interpretación musical de tradición escrita; un laboratorio de experimentación artística que integra matemáticas, música y acústica; la reinterpretación de la obra “Tramares, tejiendo arrecifes” con nueva materialidad; y un trabajo escénico e interdisciplinar sobre la demencia, son algunas de las propuestas beneficiadas este año por los concursos CCA y ArTeCiH, de la Dirección de Artes y Cultura.
“Para la Dirección de Artes y Cultura (DAC) es un verdadero orgullo llegar a este momento con un cuerpo académico cuya investigación y creación está entrando en ligas mayores. Mi esperanza es que pronto esos proyectos puedan ser acogidos por la ANID y se produzca la tan deseada migración a fuentes de recursos públicos más sustanciosos", dice Miryam Singer, directora de Artes y Cultura, de la Vicerrectoría de Investigación, y premio Nacional de Artes Musicales en 2020.
Se refiere a los proyectos que han sido beneficiados por los concursos de Creación Artística (CCA) y ArTeCiH (Concurso Artes & Tecnologías, Ciencias y Humanidades), ambos instrumentos que tiene la Dirección de Artes y Cultura para fomentar la investigación que se hace en la universidad en temas artísticos, que muchas veces se cruzan con otras disciplinas. Año a año, destacados proyectos reciben financiamiento -de hasta 5 millones de pesos-, lo que les permite ver la luz y, en muchos casos, llegar a una obra artística que luego es exhibida al público.
Ejemplos hay cientos y en 2024 se mantuvo la tendencia de años anteriores, con propuestas que empujan los márgenes de lo imaginable y posible. "Las postulaciones de este año fueron, en su abrumadora mayoría, de altísima calidad. Se observó un alza muy evidente en la calidad de la formulación de los proyectos, los resultados comprometidos, la claridad de la metodología y la calidad general de las postulaciones”, comenta Miryam Singer, quien añade que la alta calificación de los proyectos “nos obligó a buscar más recursos, porque hubo varios que resultaron imposible dejar bajo la línea de corte o de ajustar a los fondos disponibles. La taza de adjudicación fue mayor que nunca, lo cual es una señal de que los académicos están en un muy buen momento de su productividad”, afirma la directora.
En el cruce del arte y la ciencia
Justamente, en esa intersección entre arte y ciencia está la propuesta de Mario Costa, director de la Escuela de Teatro, quien se adjudicó un fondo de Creación Artística este año. “El Cuerpo de Lewy” es el nombre del proyecto en el que participa además Ignacia Agüero, artista escénica y profesora de la misma Escuela.
Se trata de una investigación escénica sobre la demencia, que cruza teatro, movimiento, arte medial y performance, y en el que un grupo de artistas colaboran para generar, artificialmente, un almuerzo entre una hija y su padre que vive con una demencia avanzada. El proyecto consiste en crear y producir una obra de teatro que indague en cómo comprender y dialogar con alguien afectado por una demencia, contrarrestando los menosprecios y exclusiones que se dan hoy a nivel social respecto a esta enfermedad.
"El Cuerpo de Lewy" ofrece un aporte significativo si hablamos de conocimiento e impacto social, explica el profesor Mario Costa. “Desde el punto de vista del desarrollo artístico, el trabajo interdisciplinar complejiza y amplía las posibilidades de investigación para la creación. Ya no solamente se trata de crear una obra narrativa sobre la demencia, sino que se trabajará de manera que cada una de estas disciplinas -teatro, movimiento, arte medial y performance- puedan establecer caminos de investigación del tema”, detalla el productor general del proyecto.
El director de la Escuela de Teatro agrega que el mismo trabajo interdisciplinar permite que el arte escénico se vincule con las ciencias, en este caso la medicina y especialmente la neurología. “Este tipo de alianzas son novedosas y promueven nuevas temáticas para el teatro. Además, el engranaje interdisciplinar facilita nuevas perspectivas y métodos de investigación que pueden enriquecer tanto el campo de las artes escénicas como el de las ciencias. Mediante estrategias de mediación, buscamos que personas relacionadas con la salud puedan participar como espectadores del proceso y de la obra, de forma que el proyecto les proporcione nuevas miradas (sensibles) de las demencias”.
Los creadores de “El Cuerpo de Lewy” creen que dicho trabajo puede alcanzar un fuerte impacto social al fomentar la comprensión, la inclusión y la sensibilización hacia esa enfermedad.
La producción general es de Mario Costa y la dirección de Ignacia Agüero. Y participan ex alumnos y alumnos de la Escuela de Teatro UC, como Carlos Briones, Juan Diego Bonilla, Melchor Pino y Martin Acuña.
Tejer arrecifes chilenos con “biohilos”
Otra de las propuestas ganadoras del concurso de creación Artística es “Tramares, tejiendo arrecifes biobasados”, coordinado por Carolina Pacheco, académica de la Escuela de Diseño. El proyecto propone la reinterpretación de la obra "Tramares, tejiendo arrecifes", realizada mediante la técnica de crochet por un grupo de personas mayores del litoral central de Chile, en la región de Valparaíso. Esta muestra, desarrollada gracias a la colaboración entre la Facultad de Matemáticas, el Núcleo Milenio NUTME y la Dirección de Investigación -de la Vicerrectoría de Investigación de la UC- tiene como objetivo concientizar sobre la importancia y desconocimiento de los arrecifes mesofóticos en Chile, mediante la co-creación de estos tejidos.
Como reformulación de esta iniciativa, Carolina Pacheco y su equipo buscan replicar la muestra incorporando una nueva materialidad: filamentos derivados de organismos marinos, como reemplazo de la lana en el tejido a crochet. Esta especie de “lana marina”, también conocida como “biohilo” de origen algal, se realizan utilizando alginato de sodio, componente de grado alimenticio que se extrae de las algas pardas como el cochayuyo o el huiro. “Involucrar esta materialidad en la obra también busca dar a conocer el cuidado y reconocimiento de las algas en nuestro territorio”, dice la descripción del proyecto.
Que este llegue a puerto significa, en la práctica, “materializar gran parte de lo que ha sido mi camino en la investigación y desarrollo de biomateriales en diseño. Creo que no hay propuesta más coherente que destinar estos materiales en aplicaciones que busquen educar y concientizar sobre la procedencia de estos mismos”, cuenta Carolina Pacheco, quien es investigadora del Laboratorio de Biofabricación de FADEU UC.
Desde su perspectiva, la sustracción de los organismos marinos del ecosistema de la zona central, la elaboración de patrones tejidos a crochet, y la transferencia y co-creación con personas del litoral central en la elaboración de la muestra, “es todo lo que me hace sentido como propuesta de vincular las artes, las ciencias y el conocimiento de las especies no-humanas con las que convivimos”.
En el equipo de “Tramares, tejiendo arrecifes biobasados”, participan también los académicos Max Contreras y Alejandro Durán; Celeste Kroeger, Mariana Milos y Sandra Cerda (asesoría); Josefina Herrera y Trinidad Behm (creación); Vicente Acuña (montaje); y Andrea Latorre y Vicente Palma (difusión).
Laboratorio de experimentación artística
Este año, una de las propuestas destacadas es la llamada “Lower limit: laboratorio de experimentación artística en torno a modelos matemáticos, acústicos, microtonalidad e interpretación musical”, del profesor del Instituto de Música (IMUC) Diego Castro y coejecutado por los académicos Rodrigo Cádiz, de la Escuela de Ingeniería e IMUC, y Cristián Alvear, de la Facultad de Artes.
Juntos se adjudicaron un fondo ArTeCiH para “formar un laboratorio de experimentación artística con el objetivo de integrar la matemática y su aplicación a la microtonalidad, los estudios de acústica, la captación sonora y la interpretación musical”, se lee en la descripción del proyecto.
“La microtonalidad es una manera de hacer música que ha tenido un importante desarrollo a nivel global. Investigar eso, por medio de la puesta en práctica, supone una perspectiva que puede contribuir a su desarrollo”, cuenta Diego Castro.
El punto de partida es la pieza experimental “Lower Limit”, del compositor estadounidense Michael Winter; una partitura hecha de números y “cuyo título alude a un concepto matemático, el ‘límite inferior’. Es el valor más bajo en un conjunto de datos o en un intervalo, y es importante para determinar el rango de un conjunto de datos y para calcular otros parámetros como la media, la mediana y la desviación estándar”, explica Diego Castro.
“En la pieza de Winter, los intérpretes deben resolver la aplicación de una afinación no tradicional o scordatura a sus instrumentos. Esto implica el diseño, exploración y desarrollo -especialmente si el sistema microtonal se basa en un intervalo pequeño- de alturas musicales que sólo se obtienen al aplicar fórmulas matemáticas”, añade el profesor Diego Castro, quien destaca que “Lower limit….” va a generar nuevo conocimiento integrando las disciplinas como la música, matemáticas y acústica. “El impacto social de un proyecto de esta naturaleza es una oportunidad de poner en valor la interdisciplina”.
El profesor Rodrigo Cádiz apoyará en el diseño de las afinaciones, y el levantamiento y análisis de datos mediante una tecnología llamada ambisonics. Y el guitarrista Cristián Alvear, candidato a doctor del Doctorado en Artes en la UC, y el primer intérprete en cursar ese programa en la vía de “Práctica como Investigación”. Diego Castro y Cristián Alvear vienen trabajando a dúo desde hace algún tiempo.
Este último entrega detalles sobre la particularidad e impacto de la propuesta: usarán una tecnología usualmente pensada para videojuegos, el ambisonics -micrófono que puede captar sonidos de manera envolvente, en tres dimensiones. “El modo de captación nos proveerá de material fáctico para entender el impacto que el sistema tiene en la interpretación y esta última en relación con el espacio en el que se interpreta. Con esto no sólo es posible proyectar alcances respecto de la matemática, la microtonalidad y la interpretación musical, sino que además, por medio de la acústica, será posible el levantamiento de datos respecto de espacios de forma no invasiva. Sin duda, esto puede contribuir para generar metodologías para el estudio, por ejemplo, de inmuebles patrimoniales”, dice Cristián Alvear.
En términos personales, como intérprete y doctorante, la microtonalidad ha tomado lugar central en la práctica de Cristián Alvear. “Entonces, poder indagar sobre sus implicancias prácticas, no sólo tiene el potencial de ahondar mi comprensión, sino también serle de utilidad a otros músicos”, afirma.
Conectar la música con las nuevas generaciones
El Instituto de Música tiene la temporada de conciertos más antigua de Chile. Y también espacios como el “Encuentro de Música Sacra” y los “Festivales de Música Contemporánea y Electroacústica”, que se realizan anualmente.
En ese contexto nace “Música UC para Niñas y Niños 2024”, un proyecto del profesor de este instituto Guillermo Lavado, beneficiado por el concurso CCA este año. ¿La idea? Impulsar un nuevo espacio dedicado a niñas y niños donde tendrán un acercamiento a la interpretación musical, en repertorio internacional de tradición y de música actual.
En 2023 se realizó la primera temporada de este ciclo. “La experiencia exitosa nos da la esperanza de que se constituirá como un espacio permanente”, afirma el académico. Este año, el ciclo de conciertos tendrá seis programas que consideran una presentación y su repetición. Serán programados una vez al mes, en mayo, junio, julio, agosto, octubre y noviembre. “Los programas tendrán un argumento narrativo, un narrador y una agrupación instrumental para dar vida a los repertorios propuestos”, se lee en el proyecto.
“Personalmente, pienso que el impacto social y cultural de Música UC para Niñas y Niños ha sido, y espero siga siendo, muy significativo. Por la sencilla razón de que no hay otras instituciones que tengan un proyecto similar que se ocupe de conectar la música con las nuevas generaciones, de manera lúdica, directa y presencial”, asegura el académico del IMUC, ejecutor principal del proyecto.
En este trabajo cuenta con la colaboración de Felipe Ramos -en la gestión de generación de imágenes-; el barítono-relator Patricio Sabaté; el director Christian Lorca; y académicos y alumnos que han acompañado a Guillermo Lavado desde la primera temporada.
“El poder desarrollar este proyecto, como lo fue también la primera versión, es una oportunidad de hacer lo que uno piensa que tiene que ser su aporte en la sociedad a nivel formativo. Y, también, una instancia de crecimiento personal en cuanto a todo el trabajo de investigación, estudio y preparación, donde se presentan nutritivos insumos que hacen de nuestra vida cotidiana, como artistas, un verdadero tesoro”, concluye Guillermo Lavado.
*Conoce más sobre los concursos CCA y ArTeCiH, de la Dirección de Artes y Cultura, aquí.