17 julio 2020
El uso de estufas, chimeneas, salamandras y otros artefactos de combustión conlleva riesgos de contaminación intradomiciliaria e intoxicación por monóxido de carbono, lo que podría evitarse siguiendo algunas prácticas recomendaciones. Tome nota de las que entrega el CITUC.
photo_camera Durante los meses de frío aumentan hasta un 73% los casos de intoxicaciones por monóxido de carbono. Foto: Freepik
Durante los meses de frío aumentan hasta un 73% los casos de intoxicaciones por monóxido de carbono. Esto se produce porque, para generar calor, algunos de los artefactos que se utilizan necesitan consumir oxígeno mientras liberan gases tóxicos dentro de las viviendas, contaminando el aire que respiran sus habitantes.
Las estufas a gas o parafina, los calefont, las calderas, las cocinas a gas, los braseros, las salamandras y las chimeneas, pueden producir monóxido de carbono (CO) si no están funcionando bien o si hay mala ventilación. El monóxido de carbono se produce cuando se queman materiales combustibles como gas, gasolina, bencina, parafina, carbón, petróleo o madera. Independiente del tipo de combustible que utilice cada artefacto, todos aquellos que combustionan dentro del hogar contaminan y representan un riesgo para la salud de las personas.
“Cada tipo de artefacto emite una cantidad determinada de contaminantes. Las concentraciones que se pueden alcanzar dependen fundamentalmente del nivel de ventilación de la habitación en la cual se utilice cada artefacto. Por lo tanto, aunque las emisiones de una estufa puedan ser bajas, la concentración resultante dentro de un espacio cerrado puede llegar a niveles preocupantes, si las condiciones de ventilación no son las adecuadas”- señala Marli Bettini, coordinadora del Centro de Información Toxicológica y de Medicamentos (CITUC).
Según la experta, el monóxido de carbono es un asesino silencioso “porque es un gas que no posee olor (inodoro), color (incoloro) ni sabor (insípido), que no irrita ni hace toser, por lo que las personas no se dan cuenta de que se están intoxicando”. Esta sustancia puede acumularse en espacios cerrados o mal ventilados y puede causar la muerte cuando se encuentra en concentraciones altas en el aire que se respira.
"Aunque las emisiones de una estufa puedan ser bajas, la concentración resultante dentro de un espacio cerrado puede llegar a niveles preocupantes, si las condiciones de ventilación no son las adecuadas". Marli Bettini, coordinadora de CITUC
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Los síntomas en la intoxicación por inhalación de monóxido de carbono dependen principalmente de la concentración de monóxido de carbono, del tiempo de exposición y de la condición de la salud previa de cada persona.
En caso de sospecha de inhalación de monóxido de carbono, la persona afectada debe salir del lugar hacia un área ventilada para tomar aire fresco y llamar inmediatamente al Centro Toxicológico de la UC (CITUC) desde donde recibirá las primeras indicaciones.
Si la persona afectada presenta síntomas de intoxicación debe ser trasladada inmediatamente al servicio de urgencia más cercano. Ignorar los síntomas, especialmente si los presenta más de una persona, puede llevar a un desenlace fatal.
Mantener ductos de ventilación adecuados es importante para evitar la intoxicación por monóxido de carbono. Foto: Pexels
Las fuentes de calefacción más limpias, seguras y menos contaminantes son las estufas eléctricas, oleo-eléctricas, la calefacción central o calderas con sistemas de agua y radiadores. Pero si no se cuenta con estas fuentes y se utiliza un artefacto de combustión es necesario saber que la intoxicación por monóxido de carbono es prevenible, tomando algunas prácticas y medidas: