De la teoría a la práctica: Campus Villarrica hizo mentorías para alumnos de Enseñanza Media

Siete alumnas de las carreras Pedagogía en Educación Parvularia y Pedagogía General Básica de Campus Villarrica participaron en un programa de voluntariado que fue financiado por la Fundación Olivo y se desarrolló entre la Escuela de San Francisco de Cunco Chico y la corporación Formando Chile.

Las principales labores que realizaron las estudiantes fueron reforzar contenidos y apoyar el aprendizaje de jóvenes de primero y segundo medio.

Paz González, jefa del Sistema de Prácticas, explica que este apoyo “consistió en que estudiantes actuaran como mentoras de alumnos egresados y egresadas de la escuela San Francisco, que estuvieran cursando primero o segundo medio. Desarrollaron un vínculo uno a uno para potenciar sus habilidades socioemocionales y académicas en torno la construcción de su proyecto de vida”.

Marlén Contreras es alumna de primer año de Pedagogía en Educación Parvularia y fue coordinadora de mentorías en la Escuela San Francisco de Cunco Chico. Si bien desde que eligió su carrera su preferencia era el trabajo con menores, afirma que esta experiencia le abrió nuevas perspectivas.

"Desarrollaron un vínculo uno a uno para potenciar las habilidades socioemocionales y académicas de los jóvenes, y así apoyarlos en la construcción de su proyecto de vida” - Paz González, jefa del Sistema de Prácticas.

“Cuando me integré al proyecto vi que iba a trabajar con niños ya grandes, adolescentes. Es una rama que yo no elegí tomar porque no me gusta esa edad, pero terminó por encantarme. El proceso de adolescencia lo tenía mucho como de mi vivencia escolar y llegar acá y ver que no era tan así, que eran niños, como más de piel, me gustó harto”, afirma.

En ese sentido, su participación la califica como integral, pues no solo debió lidiar con los contenidos del aula, sino también con las emociones de sus pupilos durante la pandemia.

“Tuve un alumno, por ejemplo, que estuvo un semestre completo en paro y sentía frustración por no poder ir a clases. A lo único que se conectaba era a mi mentoría, y sentía que quería más y más. Tenía ansiedad por participar en más clases y había que calmarlo un poco, en cambio, había otro estudiante al que tenía que alentar para que asistiera a mentoría”, relata.

Para Marlén, el trabajo con adolescentes y liderar la coordinación del resto de las mentoras la ayudó a superar sus miedos y crecer personal y profesionalmente. “Aprendí a resolver conflictos, a hacer feedback, a recibir retroalimentaciones. En mi futura labor docente veo que sí me gustaría trabajar con adolescentes dentro de lo que es el ámbito de servicio. Siempre he creído en el servicio y la educación, pero siempre me aboqué a los adultos mayores y a los niños. Dentro de esta misma experiencia me reencanté con esta edad, entonces pienso que podría seguir participando en fundaciones. Varias veces ha habido proyectos y no he participado solo por el rango etario”, concluye.

“Aprendí a resolver conflictos, a hacer feedback, a recibir retroalimentaciones. En mi futura labor docente veo que sí me gustaría trabajar con adolescentes dentro de lo que es el ámbito de servicio" - Marlén Contreras, alumna de primer año de Pedagogía en Educación Parvularia

Claudia Ahumada es alumna en vía de titulación de Pedagogía General Básica con mención en Lenguaje y Comunicación y mención Ciencias Sociales Historia y Geografía. También participó como voluntaria en la Escuela San Francisco, recibiendo en dos oportunidades el reconocimiento de mentora destacada a nivel nacional por parte de la corporación ``Formando Chile”.

Al respecto, afirma que “es una oportunidad y experiencia en la que convergen mis dos pasiones y profesiones que son el servicio social y la pedagogía. Una oportunidad para conocer la pedagogía desde distintas miradas profesionales -los mentores no son sólo profesores o estudiantes de esta carrera-, desde un trabajo absolutamente voluntario, desde un verdadero compromiso y pasión por enseñar. También, es una experiencia que ha permitido mejorar y comprender la importancia del trabajo en equipo para lograr objetivos, de cómo ser parte de una comunidad en pro de una educación que se orienta a una reinserción verdadera y concreta de todos los estudiantes”.

Para Claudia, las mentorías deberían continuar y ser parte de la formación de los alumnos del Campus. “Este tipo de iniciativas debería considerarse como parte importante de las prácticas profesionales de los y las estudiantes, pues permiten ampliar y comprender la pedagogía desde distintas miradas y mucho más allá de las cuatro paredes de un aula. No es sólo un espacio de aprendizaje mutuo, sino un espacio siempre abierto a las propuestas e innovaciones que cada uno quiera aportar, se conocen además distintas realidades y se comprende la importancia de un aprendizaje que debe ser contextualizado a cada sector o grupo. Por ejemplo, uno cree que en Santiago toda la enseñanza es igual; pero en la reunión o juntas nacionales en donde se comparte y conversa con todos y todas hemos podido ver, la real diferencia que existe entre una comuna y otra de esa ciudad”, señala.

"Las mentorías deberían considerarse como parte importante de las prácticas profesionales de los y las estudiantes, pues permiten ampliar y comprender la pedagogía desde distintas miradas y mucho más allá de las cuatro paredes de un aula" - Claudia Ahumada es alumna en vía de titulación de Pedagogía General Básica