Derribar las barreras de las matemáticas
La enseñanza de esta disciplina es un desafío del sistema educativo chileno desde antes de la pandemia y es vital ahora, en el momento de reactivación de los aprendizajes. Por lo tanto, potenciarla, especialmente desde la educación inicial, requiere estrategias de largo plazo, basadas en evidencia rigurosa y en datos locales. Actualmente, hay trabajo avanzado en este tema y contamos con valiosas oportunidades al alcance de muchos para hacer frente a esta crisis. Así lo explica en el siguiente artículo María Inés Susperreguy, Directora del Núcleo Milenio para el Estudio del Desarrollo de las Habilidades Matemáticas Tempranas (MEMAT).
Las habilidades matemáticas son centrales para que niñas y niños puedan desempeñarse de manera exitosa durante su trayectoria escolar. Estas destrezas se desarrollan desde una edad temprana, es decir, antes de cursar primero básico.
Pero no todos ellos y ellas desarrollan estas habilidades de igual forma, y las diferencias individuales en las matemáticas tempranas se asocian no solo al rendimiento posterior en esta materia, sino que también al desempeño de los y las estudiantes en otras áreas del currículo escolar. Los estudios revelan que los escolares que ingresan a primero básico con mejores destrezas matemáticas están más preparados para lo que sigue en la escuela, y muestran un mejor rendimiento en pruebas de lectura y matemáticas en los años posteriores (Duncan, G. J., et al.; 2007; Watts, T. W., Duncan, G. J., Siegler, R. S. & Davis-Kean, P. E.; 2014).
Las habilidades matemáticas son centrales para que niñas y niños puedan desempeñarse de manera exitosa durante su trayectoria escolar. Estas destrezas se desarrollan desde una edad temprana, es decir, antes de cursar primero básico.
A su vez, las aptitudes matemáticas posteriores se asocian a la elección de carrera de las y los jóvenes, específicamente al ingreso a profesiones de las áreas de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), así como también a los ingresos económicos posteriores y a la movilidad social. Más aún, no solo favorecen las trayectorias académicas y laborales de las personas, sino que también benefician el desarrollo global de una sociedad.
Cabe preguntarse entonces por las causas que facilitan este aprendizaje y que pueden promover que algunas personas tengan mejores oportunidades de aprender matemáticas desde etapas iniciales. Estos factores cobran aún más relevancia en el contexto actual que tiene como desafío la reactivación de aprendizajes.
Los números en lo cotidiano
Si bien hay causas individuales, sociales y culturales que favorecen las habilidades matemáticas tempranas, en esta oportunidad me enfocaré en los contextos que las promueven en edades tempranas y en las interacciones que tienen los niños y las niñas con adultos significativos en estos ambientes: el hogar y el jardín infantil. Además, se profundizará en las interacciones que tienen niños y niñas con sus cuidadores principales, educadores y profesores y profesoras, ya que estos resultan estratégicos para favorecer el aprendizaje.
La investigación actual da luces sobre cómo apoyar el desarrollo matemático temprano en el hogar y en la escuela.
En el hogar, las actividades matemáticas que llevan a cabo los cuidadores principales favorecen el desarrollo a lo largo del tiempo (Daucourt, M.C., Napoli, A.R., Quinn, J.M. y Wood, S.G.; 2021; Mutaf-Yıldız, B.; Sasanguie, D., De Smedt y B., Reynvoet, B.; 2020). Estas pueden ser de tipo formal o informal.
Las actividades formales en casa tienen como propósito que los niños y niñas conozcan los números y sus representaciones, que practiquen el conteo o que realicen cálculos mentales. En las actividades matemáticas informales, los cuidadores interactúan con estas de una manera indirecta, por ejemplo, a través de un juego de mesa como monopoly o ludo o cuando se cocina y se miden los ingredientes (por ejemplo, agregar media taza de harina y dos huevos de una receta). También cuando van de compras a la feria o almacén y conversan sobre cuánto cuesta el kilo de alguna fruta. Todas estas actividades se pueden realizar de manera frecuente e incluir en las rutinas diarias (por ejemplo, al poner la mesa, al ordenar los juguetes o al ir de compras) y, por lo tanto, constituyen una oportunidad para reactivar estos aprendizajes desde una temprana edad.
La primera infancia
El jardín infantil es otro contexto central para el aprendizaje matemático temprano y una oportunidad para la reactivación de los aprendizajes. La investigación es clara en mostrar los beneficios de la educación parvularia y de la participación de la educación inicial de manera constante, ya que favorece el desarrollo y aprendizaje de los infantes en distintos ámbitos, como por ejemplo, en el social, emocional y cognitivo.
La investigación es clara en mostrar los beneficios de la educación parvularia y de la participación de la educación inicial de manera constante, ya que favorece el desarrollo y aprendizaje de los infantes en distintos ámbitos.
En la educación inicial las matemáticas cobran gran relevancia, ya que es allí donde los niños y niñas participan de experiencias matemáticas tanto en contextos de juego como en ambientes más formales. Estas experiencias favorecen el desarrollo de nociones fundamentales para los aprendizajes matemáticos posteriores.
La consideración de las matemáticas como un área prioritaria de aprendizaje desde los primeros años es un desafío que han asumido las facultades de Educación y la educación parvularia en general con gran responsabilidad. En el marco actual enfocado en la reactivación de aprendizajes, formar a educadoras de párvulos sobre la base de la evidencia y favorecer el desarrollo de las habilidades matemáticas de niños y niñas desde los primeros años es imperioso.
Es cierto que la reactivación de aprendizajes es una tarea compleja, pero la investigación da luces de estrategias que pueden ser beneficiosas. El trabajo conjunto entre cuidadores principales, educadoras de párvulos y profesores es clave para hacer frente al efecto que ha tenido la pandemia en el aprendizaje matemático de niñas y niños.
La enseñanza de esta disciplina es un desafío del sistema educativo chileno desde antes de la pandemia. Por lo tanto, potenciar su aprendizaje, especialmente desde la educación inicial, requiere estrategias de largo plazo, basadas en evidencia rigurosa y en datos locales. Actualmente hay un trabajo avanzado en este tema y contamos con valiosas oportunidades al alcance de muchos para hacer frente a esta crisis.
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